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Córdoba despide a Antonio Gala a la espera de la publicación de sus inéditos

La capilla ardiente por el escritor y pensador se instaló esta mañana en la sede de su fundación, por la que pasaron centenares de vecinos a darle un último adiós
Capilla ardiente del escritor Antonio Gala (Córdoba)
Capilla ardiente del escritor Antonio Gala (Córdoba)Francisco J. OlmoEUROPAPRESS
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

Madrid Creada:

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Todavía consternados por la noticia de su fallecimiento, ayer a los 92 años, han sido centenares los vecinos y amigos de Antonio Gala que han querido darle un último adiós en Córdoba. Lo han hecho en la capilla ardiente dedicada al escritor y pensador, que su familia ha decidido instalar en la sede de su fundación. Ello casa con las numerosas muestras de cariño y admiración que se han ido produciendo en las últimas horas y, también, los duelos oficiales, como el del Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, que ha decretado tres días de luto para llorar la muerte de uno de los andaluces más universales.
Entre vecinos y conocidos, también se dejaron ver por el homenaje figuras como la de José María Gala, sobrino del escritor y principal responsable de su fundación y legado. Fue justo antes de acceder a la estancia del féretro donde este último atendió a los medios: "Antonio Gala nos ha dejado a todo el mundo, a toda España, a toda Andalucía y también a Córdoba, su fundación, que sigue muy viva y va a seguir muy viva, que se despierta todas las mañanas, se alimenta y acoge y seguirá acogiendo a centenas de jóvenes creadores de todo el mundo que vendrán aquí a tener una oportunidad", explicó, antes de arrojar luz sobre los posibles inéditos que pueden quedar pendientes de publicación.
"Hay obra no editada que posiblemente vea la luz pronto", explicó breve el sobrino de Gala, antes de añadir que la fundación retomará también sus funciones otorgando sus habituales becas y ofreciendo sus talleres creativos. Uno de esos residentes, de hecho, fue el encargado de cerrar el acto a las cinco de la tarde, con la lectura de un poema de Antonio Gala, y dando por finalizado el acto de la capilla ardiente.