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Estreno

Crítica de "Animalia": el cielo puede esperar ★★★ 1/2

Dirección: Sofia Alaoui. Guion: S. Alaoui, Laurie Bost, Raphaëlle Valbrune-Desplechin. Intérpretes: Oumaïma Barid, Mehdi Dehbi, Fouad Oughaou, Oumaïma Oughaou. Marruecos, 2023. Duración: 90 minutos. Drama.

Un fotograma de "Animalia"
Un fotograma de "Animalia"Imdb

Como en toda fábula apocalíptica que se precie de serlo, en “Animalia” el comentario social se hibrida con la deriva espiritual, el conflicto de clases deviene examen de conciencia. Lo que, en un principio, parece un relato que apunta al melodrama, sustentado en el arquetipo de la mujer desclasada, atrapada en una jaula de oro en la que se siente juzgada, rechazada por un espacio de lujo y opulencia al que no pertenecerá nunca, pronto da un brusco giro de guion que desplaza la mirada de la protagonista, que, como la del espectador, se enfrenta a un escenario completamente nuevo, del que solo podemos descifrar signos, huellas, premoniciones.

En pleno Marruecos rural, Itto, embarazada y sola en un palacio de cuento oriental, huye en busca de su familia política cuando algo ocurre en el cielo. La película es deliberadamente ambigua al describir ese “algo”, que parece debatirse como una agitación de lo invisible, como una vibración que captan los animales y ciertos individuos, de repente propensos al aforismo opaco e iluminador.

Digamos que Sofia Alaoui extrema los misterios de una película de Shyamalan -parece que estemos ante una invasión alienígena, aunque no queda claro cuáles son sus formas y alcances- para crear una atmósfera penetrante, extraña y perturbadora, una especie de territorio liminal entre lo real y lo trascendente. A veces la ambigüedad linda con la arbitrariedad, como si la ruptura de la lógica que impone lo fantástico solo fuera un pretexto para contrastar la lucidez de Itto con la ceguera de los que no quieren ver más allá de sus privilegios. Porque, al cabo de la calle, de lo que trata “Animalia” es de un despertar que cuestiona el papel de la mujer en la clasista sociedad árabe y el sentido de la fe cuando se topa con lo que no se puede decir ni comprender, cuando la razón se agota en sí misma.

Lo mejor:

Su atmósfera inquietante y difusa, que evoca la de un despertar pospandémico.

Lo peor:

En su tercio final parece enquistarse en su premisa, sin saber muy bien cómo avanzar.