Sección patrocinada por sección patrocinada

Papel

Cuando debes dar el pecho a un niño que no es el tuyo

Concepción Revuelta publica “Te di mi palabra”, un homenaje a las famosas amas de cría pasiegas con la Guerra Civil como fondo de una historia de amor y rivalidades

Un grupo de mujeres y de hombres buscan refugio durante la Guerra Civil / Efe
Un grupo de mujeres y de hombres buscan refugio durante la Guerra Civil / Efelarazon

Concepción Revuelta publica “Te di mi palabra”, un homenaje a las famosas amas de cría pasiegas con la Guerra Civil como fondo de una historia de amor y rivalidades.

Tras su debut literario con «Aromas de tabaco y mar», son muchas las expectativas puestas en «Te di mi palabra», la nueva novela de Concepción Revuelta que acaba de editar Plaza&Janés, un recorrido entre Vega de Pas –Cantabria– y un Madrid que vive los estertores tambaleantes de la II República y el inicio de la Guerra Civil. Retrata la historia real de las famosas amas de cría pasiegas, mujeres fuertes que, obligadas por las carencias, abandonaban sus hogares y a sus propios hijos recién nacidos para emigrar a grandes ciudades donde ejercían de nodrizas en familias poderosas, incluidos los infantes de la Familia Real española, así como el recelo y la opresión entre bandos durante nuestra contienda y sus terribles consecuencias. Vega, una joven a la que la vida no ha tratado demasiado bien, debe dejar su casa para trabajar en Madrid al servicio de una familia burguesa, allí ejerce de ama de cría y vive el enrarecido y peligroso ambiente de la capital al comienzo de la guerra, que la llevará de vuelta a su tierra. En ese recorrido, Vega vivirá una historia de secretos, de amor y lealtad, pero también de intrigas, traición y venganza. La guerra acabará con las ilusiones y sueños de todos, en especial, de la pasiega, que luchará por salvar a los suyos al amparo y cobijo de los verdes prados y las abruptas montañas del Valle del Pas.

Abandonar a los niños

«Te di mi palabra» sigue la línea costumbrista de la autora en la que repite dos constantes, las mujeres como protagonistas y la pasión por la tierra. «Trato de reflejar la fuerza, la valentía y el carácter de un pueblo y de unas mujeres que tuvieron que trabajar duramente y salir de casa para criar hijos ajenos. Un episodio del que se sabe poco porque es esa letra pequeña de la historia que no cuentan los historiadores, pero queda reflejada en novelas como esta», afirma Revuelta. Las amas de cría pasiegas eran jóvenes madres, entre 19 y 26 años, criando el segundo o tercer hijo y en perfecto estado de salud. «La falta de recursos las hizo salir de sus valles desde principios del siglo XIX hasta los años cuarenta –explica–. La pureza del ambiente, el estar físicamente robustas y la calidad de su leche les dio tanta fama, que el gentilicio de pasiega llegó a tomarse como sinónimo de nodriza entre las familias burguesas y aristocráticas que las contrataban y exhibían como un lujo cuando no podían amamantar a sus hijos o querían liberarse de esa obligación». Para Revuelta, «lo peor es que esa comodidad contrastaba con la dureza de dejar sus propios hijos con 20 o 30 días para irse a Madrid, Barcelona, Bilbao...algo desgarrador», afirma la autora, muy unida emocionalmente a estas mujeres y su sacrificio. «Eran tiempos difíciles, de trabajo, sufrimiento y escaso dinero, vivían de las vacas, de la carne y leche que transformaban en mantequilla y quesos. Un lugar donde la palabra dada era ley y los tratos se cerraban con un apretón de manos. Cuando Vega da su palabra de pasiega, la cumple por encima de todo».

Por otro lado, «lo que ocurre en un pequeño valle puede manifestar la esencia de la convivencia humana, sus valores y contravalores, con la diferencia de que aquí todos se conocen y valores como la solidaridad y la ayuda mutua arraigan mucho más entre vecinos, pero los enconos y rivalidades, los bandos y las traiciones también se notan y duelen más». Por eso, «la crueldad de la guerra hace mucho daño, el entorno de solidaridades y rivalidades queda reflejado y los bandos muy definidos. Está ambientado en Vega del Pas, pero lo mismo ocurría en cualquier pueblo de España dominado por los poderes locales, el alcalde, el cura, el cacique...en todos se repetía el patrón». Vega, una mujer cuya vida parece haber sido marcada desde su nacimiento, vive ese ambiente. «Es un personaje fuerte, lleno de coraje, trabajadora, familiar, inteligente y muy buena persona. Su vida no ha sido fácil y esto la marca y le hace desarrollar su personalidad».