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Un cuento inédito de Luis Martín-Santos y su insoportable brevedad

Publicamos uno de los cuentos cortos que aparecerán en la compilación de la obra completa de Luis Martín-Santos recogida por Galaxia Gutenberg. Con el título «Grosería y modo de evitarla» el texto recoge, pese a su brevedad, los característicos referentes de su narrativa
Una imagen de Luis Martín-Santos, autor de "Tiempo de silencio"
Una imagen de Luis Martín-Santos, autor de "Tiempo de silencio"Archivo herederos Martín-Santos
La Razón
  • Jesús Ferrer Solà

    Jesús Ferrer Solà

Barcelona Creada:

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Al cumplirse este año el centenario del nacimiento de Luis Martín-Santos (Larache, 1924 - Vitoria, 1964), y según costumbre conmemorativa de señeras efemérides, su figura literaria se ha revitalizado con toda razón, porque su obra, más allá de celebraciones culturales, mantiene una consistente vigencia y un renovado interés. Miembro de la generación de narradores de los años cincuenta, junto a Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio o Juan Benet, con quien escribiría un sorprendente volumen de relatos breves -El amanecer podrido-, su nombre se instalaba en la literatura española contemporánea con una transgresora novela: «Tiempo de silencio» (1962). Con ella forzaba los límites del realismo convencional, fracturaba la lógica narrativa con una irónica trama, profundizaba en la técnica del monólogo interior, recreando un elaborado lenguaje de sarcástica erudición, y criticaba el secular atraso científico de un «viejo país ineficiente» en palabras de un compañero generacional, Jaime Gil de Biedma. Ese neonaturalismo que recorría las vicisitudes de un joven médico en busca de ratas para sus investigaciones por los desmontes de un desolado Madrid de posguerra, suponía un punto de inflexión en el mejor costumbrismo crítico. La repercusión de esta novela entre los escritores del momento no se hizo esperar: Francisco Umbral sentenció, con su acerada perspicacia, que este libro era «una parodia de la parodia»; para Guillermo Cabrera Infante esta novela «es, a pesar de su opacidad, un libro transparente y lacónico en su extrema verborrea»; y Alfonso Sastre, sin embargo, aseguraba que «se exageró mucho el valor de esta novela, escrita desde una falta de sensibilidad literaria bastante notable»; sin olvidar que para Mario Benedetti se trata de una obra «imaginativamente concebida, con personajes que no son meros voyeurs y una felicidad de contar que arrastra, seduce y provoca al lector» o la algo contradictoria opinión de Juan Benet, quien aseguraba: «Me interesó esa novela, pero no me gustó nada». Y capítulo aparte merece la fundamentada opinión de su amigo y colega Carlos Castilla del Pino, ahondando este en el carácter barojiano de una obra que en buena medida transformaría la narrativa de su tiempo.
Su prematura muerte en 1964 en accidente automovilístico dejaría inacabada una segunda novela, Tiempo de destrucción, reeditada en 2022 en la versión íntegra que imposibilitó la censura de la época. Es esta una «novela de formación» en la que el protagonista, un prometedor juez, avanza hacia una decadencia personal y profesional, y donde se abunda en la rupturista intención estilística de su autor. El perfil intelectual de Martín-Santos se nutría de su formación como psiquiatra, el compromiso antifranquista, un profundo conocimiento de los clásicos literarios, y una febril curiosidad hacia toda innovación artística. En definitiva, una neta vocación científica que compartía con la denodada dedicación literaria. Lo que acaso no se podía sospechar, creyéndolo autor de una sola novela completa y otra inacabada, es que se acercaba mucho a la figura del tradicional grafómano, incansable creador de muy variadas ficciones.
Transcurridos los años, y con la colaboración de sus herederos, la editorial Galaxia Gutenberg ha abordado el ambicioso proyecto de publicación de sus obras completas, incluyendo numerosos inéditos y en rigurosa versión crítica.
El primer volumen, a cargo del especialista Domingo Ródenas de Moya, compendia toda su narrativa breve, textos en su mayoría desconocidos, escritos entre 1945 y 1964. Hallaremos aquí cuentos inéditos, también las historias compartidas en volumen con Juan Benet, y microrrelatos que el propio autor denominó «Apólogos»; uno de ellos, el titulado «Grosería y modo de evitarla» que se publica aquí en rigurosa primicia, muestra, pese a su brevedad, los más característicos referentes de esta narrativa. Un hombre, un «caballero» por mejor decir, aborda a una antigua amiga de la que estuvo enamorado; realiza el reverencial y anticuado gesto de besarle la mano al tiempo que, galante, le miente al ensalzar su mantenida belleza. Pero la verdad que se confiesa a sí mismo es que está viendo en el envejecimiento de la dama su propia decrepitud. Se adentra entonces en una figuración por la que imagina que debería haber mordido apasionadamente su nuca; realizando ese impulsivo deseo hubiera combatido el paso del tiempo, habría hecho verosímil la mentira cortés, evitando todo rastro de posible grosería. Este microrrelato implica una sugestiva estructura ausente, en la que el lector imagina fugazmente un antiguo enamoramiento y, con posterioridad a ese encuentro, acaso una iniciada o reanudada relación sentimental. La suave contundencia del final concentra, como debe ser, la carga emocional del relato, y el factor sorpresivo refuerza la eficacia narrativa. Es un texto que además se ajusta, en su minimalista brevedad, al concepto que del cuento tenía un clásico en el género como Guy de Maupassant, quien defendía su carácter de «tranche de vie», un anecdótico retazo de vida inserto en una más amplia figuración argumental que tan solo podemos intuir.
En este proceso de recuperación editorial de Martín-Santos, y según la proyectada obra completa, se publicará un segundo tomo conteniendo sus ensayos científicos, Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial y, a finales de este mismo año, el tomo conteniendo dos desconocidas novelas, «El vientre hinchado», de notable contenido social, y «El saco», de ambiente carcelario y cierta autorreferencialidad. De igual modo irá apareciendo su extensa producción poética, así como sus incursiones en el género teatral. A estas iniciativas editoriales cabe sumar la prevista exposición en noviembre sobre su vida y obra en la Biblioteca Nacional. Al reconocimiento académico de esta literatura, que es estudiada desde hace años en el ámbito universitario, se incorpora ahora su rigurosa edición, reivindicando así la originalidad y vigencia del escritor que dinamitó los formantes y temas del realismo convencional, y amplió los márgenes de la expresividad narrativa. Quienes siempre le hemos admirado estamos de enhorabuena.