El 6G nos comunicará con árboles y animales
Aproximadamente cada década hace su entrada un nuevo estándar de comunicación. Y la llegada del 6G es una muestra de ello. Estos son los cambios que traerá la nueva tecnología.
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Aproximadamente cada década hace su entrada un nuevo estándar de comunicación. Y la llegada del 6G es una muestra de ello. Estos son los cambios que traerá la nueva tecnología.
Pasado mañana, 1 de septiembre de 2029, se llevarán a cabo los primeros ensayos de la red 6G. Suena increíble teniendo en cuenta que aún hay países que siguen con la red 4G. Pero la historia viene de mucho tiempo atrás. Cuando aún no se habían realizado las primeras pruebas de 5G. En 2018, la Universidad de Oulu, en Finlandia, anunció la creación de su programa 6G destinado a investigar materiales, antenas, software y otros elementos que fueran necesarios para lanzar 6G. En total, 250 expertos se reunieron en esta primera cumbre.
Para entonces, la FCC (la Comisión Federal de Comunicaciones) también había dado los primeros pasos para abrir el espectro de onda de terahercios (frecuencias entre 95 GHz y 3 THz) con el objetivo de acelerar la llegada del 6G y universidades, como Virginia Tech en Pensilvania el Instituto Tecnológico de Zúrich también se adelantaban para desarrollar el entorno necesario para el despliegue de las nuevas comunicaciones.
Pero todo esto, ¿qué cambios trae? Obviamente, 6G será mucho más rápido. Si se hablaba de 1 giga por segundo, cuando se lanzó el 5G, ahora estamos hablando de cientos de veces más rápido, quizá hasta llegar al 1 tera de datos por segundo. Y la latencia, hasta ahora de 4 milisegundos, quedaría en nada. En 2019, Marcus Weldon, de los laboratorios Nokia Bell, dijo que el «6G será una experiencia de sexto sentido para humanos y máquinas donde la biología se encontrará con la IA».
Básicamente esto quiere decir que ya no solo nos conectaremos a través de sensores, dispositivos o werables, sino que estos también nos permitirán comunicarnos entre nosotros, como por ejemplo con mensajes de problemas médicos detectados por la ropa inteligente que se envían a la familia. Pero no seremos los únicos organismos vivos que se comuniquen: los árboles y los animales también enviarán mensajes alertándonos de epidemias, sequías y eventos meteorológicos extremos.
La realidad aumentada ya no precisará de gafas y las llevaremos constantemente en lentillas o en accesorios y los usaremos no solo en la ciudad sino también en entornos de montaña y hasta en alta mar. Mientras que las ventanillas de los coches proyectarán información, del presente y del pasado, para que los pasajeros valoren y conozcan el paisaje.
Aunque hay un problema. Toda esta infraestructura precisa investigación en nuevos materiales, arquitecturas informáticas, diseños de chips y fuentes de energía para alimentar todos los dispositivos, antenas, etc. que constantemente recopilan, analizan y transmiten. Para ello se ha creado una enorme red subterránea que utiliza el calor del planeta y así alimentar a los billones de sensores. Lo mismo con los paneles solares y, en muchos casos, también han comenzado a utilizarse bacterias como fuente de energía.
Evolución de la IA
Y finalmente hay algo más, el verdadero cambio que podría llegar con el 6G. De acuerdo con Ari Pouttu, director del programa finlandés que comenzó a investigar esta tecnología en 2018, «se trata de una era posterior al teléfono inteligente». A partir de 2030, la capacidad de todos los objetos para capturar y procesar datos visuales será inmensa y acelerará la automatización y la evolución de la IA. Así, nuestra relación con las compañías telefónicas ya no se centrarán en comprar un teléfono, sino tal vez en adquirir tarjetas sim que se podrán colocar en altavoces inteligentes, cascos, vehículos y hasta en la ropa y nos facilitaran conectarnos y comunicarnos en todo momento. Hasta podrían comercializarse redes 6G solo para vecinos de un barrio, comunidades o empresas, elevando notablemente la ciberseguridad.