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El país que no está en los libros de historia

El Museo Arqueológico descubre Magán, un pueblo que, pese a aparecer en escritos mesopotámicos, había sido olvidado.
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El Museo Arqueológico descubre Magán, un pueblo que, pese a aparecer en escritos mesopotámicos, había sido olvidado.
El enlace a una breve explicación de Wikipedia –en inglés– y alguna que otra página haciendo referencia, de pasada, a «Land of Magan». Lo máximo, un estudio que no llena tres folios. Ni siquiera los libros de Historia se paran en este punto. Apenas esto es lo que se puede encontrar en el «sabio y todopoderoso» internet sobre el objeto de estudio en el que se centra la nueva exposición del Museo Arqueológico Nacional (MAN), «En los confines de Oriente Medio. El hallazgo moderno del país de Magán». Hecho que puede entenderse como un termómetro revelador de la importancia de una muestra dedicada a resolver el pasado del espolón nordeste de la Península Arábiga, la de Omán.
De los inicios de la civilización en la zona hasta la llegada del islam en 611. «Es el descubrimiento de un mundo desconocido», en palabras del comisario de la exposición y buen conocedor de esta «tierra olvidada», Joaquín Córdoba Zoilo –primera cabeza del equipo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que ha liderado los trabajos desde 1994–. «Un territorio –Sharjah– situado en el corazón de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), en el que se han producido algunos de los descubrimientos históricos y arqueológicos más importantes de Oriente Próximo», puntualiza.

Lo nunca visto

Tras más de veinte años de excavaciones, estudios e investigaciones, se rescata la memoria de una cultura y un país desconocidos hasta la actualidad, a pesar de que ya aparecían reflejados en textos mesopotámicos. Ahora, 240 piezas y doce maquetas se distribuyen en seis salas del MAN para exponer los «novedosos y revolucionarios» hallazgos –como los han definido en la organización– en dos bloques: «La arqueología en Sharjah. Una aproximación a la historia de Magán y La misión española en Sharjah. Vida y destino de al Madam, un poblado de la Edad de Hierro». Una muestra en la que «el 90% de lo que se expone no se ha visto ni en los museos emiratíes de lo recientes que son», y con la que el doctor en Arqueología de la UAM saca pecho: «Podemos sentirnos satisfechos de que la investigación española llegue a tiempo cuando se descubre algo por primera vez».
Así, el departamento de Antigüedades de Sharjah (EAU) inició hace dos décadas un proyecto con diferentes misiones internacionales para recuperar la historia de una península de la que, más allá de Damasco y Bagdag, poco se sabe en su Antigüedad tardía. Entre esos grupos se encontraba el de la UAM, gracias al cual se ha logrado desenterrar la red de canalizaciones de agua, «falaj», que constituye el primer sistema completo de arquitectura hidráulica de los terrenos de Omán, así como diferentes ejemplos de una verdadera arqueología de la agricultura de la Edad del Hierro; y al igual que se ha logrado llegar al espacio reservado para la fabricación de adobes en el yacimiento de al Madam, ambas nunca antes vistas en las estructuras de Oriente. Hitos «que no se han podido estudiar hasta ahora porque no estaban en los libros de Historia», confesaba Carmen del Cerro Linares, comisaria adjunta de la exposición –junto a Carmen Pérez Die y Esther Pons Mellado–.
Para llegar a los orígenes de esta civilización hay que remontarse hasta 125.000 años antes de nuestra era. De entonces data la primera pieza de la exposición: un hacha de piedra que, como afirmó ayer durante la presentación Sabah Abboub Jasim –director de Antigüedades del Emirato de Sharjah–, «apoya la hipótesis de la llegada del hombre a Eurasia por la Península Arábiga proveniente de África». Por lo que los fundamentos del país de Magán estarían en el Paleolítico y Neolítico. Más adelante, ya situados entre el 5.000 y 3.000 a.C., destacan las primeras artesanías de adorno personal en forma de cuentas de piedras valiosas, conchas y perlas. Además de la ya existente cultura mortuoria de las montañas del Yabal Buhais, cercanas al yacimiento, en la que «las tumbas familiares –habla Córdoba– muestran una cultura funeraria que habla de un mundo en el que lo colectivo era mucho más importante que lo individual».
Jarras, copas, la reproducción de un esqueleto de 4.000 a.C, colgantes, hachas, urnas, huellas de los habitantes de entonces... Todo tipo de elementos perdidos en el tiempo hasta ahora, momento en el que cada uno de ellos ha contribuido a recomponer el día a día del país de Magán. Concretamente, la vida cotidiana de al Madam, el eje del trabajo de los investigadores españoles en la Península Arábiga.