Eminem vomita su odio
El rapero presentó ayer «Kamikaze», un álbum en el que arremete contra Donald Trump y Harvey Weinstein.
El rapero presentó ayer «Kamikaze», un álbum en el que arremete contra Donald Trump y Harvey Weinstein.
Intenté no darle muchas vuelta a esto... Disfrútalo». Con este breve mensaje presentó Eminem su nuevo trabajo, «Kamikaze», que llega apenas ocho meses después de la publicación de su anterior trabajo, «Revival», y en el que redobla sus cañonazos hacia Donald Trump y elije un nuevo enemigo en la figura del acabado Harvey Weinstein. Nadie esperaba, tan temprano, esta nueva descarga de adrenalina de Eminem, pero solo viene a confirmar su imprevisibilidad como arma comercial. El resto lo pone su vitriolo. Y en el centro de la diana se sitúa Trump. No es nada nuevo si se tiene en cuenta las «cariñosas» palabras que ya le dedicó en «Revival». «Mejor reconozcamos el trabajo de Obama / Porque ahora tenemos en la oficina a un kamikaze / Que probablemente provocará un holocausto nuclear», cantó entonces. Y, efectivamente, «Kamikaze» es el nombre de su nuevo disco.
«The Ringer» se titula el tema de apertura y suelta: «Envió a los servicios secretos / Para saber si realmente pienso en hacerle daño / O preguntar si tengo vínculos con el terrorismo». Y después se compadece de sus votantes: «Empatizo con la gente a la que esta serpiente malvada vendió el sueño que ha traicionado». El álbum entero es una retahíla de reproches con nombres y apellidos. Otro de los más sonados es el productor de cine Harvey Weinstein y todas sus bajezas. En «Not Alike» recita: «Yo, Harvey Weinstein, una bata de baño abierta / Mi nombre cifrado es “el que toca indebidamente”».
A juzgar por los reproches a la Prensa, «Kamikaze» bien podría ser una respuesta a las duras críticas recibidas por su anterior álbum, las peores de su carrera. La inmediatez con la que ha sacado el disco podría avalar la teoría. «Revival» no recibió ni una nominación a los Grammys, un hecho notable para alguien que cuenta con 15 premios de la industria. Atención a las siguientes palabras: «Decidle a los Grammys que se jodan / Le chupan la sangre a los artistas más importantes como sanguijuelas / Los nominan, se los quedan y les dan un nombre / Miren el espectáculo, cada parásito necesita un anfitrión / Y luego le dan el “Disco del Año” a alguien desconocido». Para unos todo es simple provocación en busca de unos réditos comerciales. Para otros es la constatación de que a sus 45 años, y tras dos décadas de carrera, se trata de un artista vivo y con la lengua más afilada que nunca. Lo que es seguro es que a nadie deja indiferente un artista que proclama: «La venganza es la mejor medicina / Hay que subir la dosis y liberar al monstruo».