París

Entre Escila y Caribdis

La Razón
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De Homero viene la expresión «entre Escila y Caribdis». Significa estar entre dos peligros de forma que alejarse de uno hace que se caiga en el otro. Algo similar les ocurre a los profesores de español. Para la enseñanza de la lengua recurren a los medios de comunicación por las grandes ventajas que presentan. Por un lado, acercan al discente a los temas de interés o de máxima actualidad y facilitan su labor docente al poner a los alumnos en contacto con muestras de la lengua real, diferentes registros y estilos. Pero, por otro lado, los profesores tropiezan con el obstáculo de Caribdis: algunas muestras de lengua (prensa, la radio y televisión) presentan faltas de correspondencia con la norma culta del español. Ilustraré la afirmación. Cambian el género de algunos nombres femeninos: «El apoteosis final llegó a los cuarenta y cinco minutos del partido», «todo el área madridista», «el mismo acta utilizada». Prodigan la discordancia de número entre el pronombre átono «le» y el referente nominal: «Siempre le hacen a los políticos la misma observación». Suelen omitir el artículo tras la preposición en posiciones injustificables: «El Valencia lanzó solo tres tiros directos a () puerta». Deslizan el uso anómalo del infinitivo sin ir precedido de otro verbo al inicio de la narración de un hecho: «En cuanto a la meteorología, advertir que se acerca un nuevo frente». Arrumban el sistema preposicional con usos como ante en lugar de con: «En el enfrentamiento ante el Betis»; sobre en vez de a: «Pitó el penalti sobre Messi»; en por dentro de: «En unos minutos volveremos a conectar con nuestro corresponsal en París». Pues bien, si como docentes han de proporcionar al estudiante un conocimiento exhaustivo de la realidad, como especialistas han de velar para que los desvíos idiomáticos no dañen el sistema hasta el punto de imposibilitar la comunicación. Como escribió el clásico, criticar los usos periodísticos desviados no presupone una censura universal sino advertencia; tampoco una generalización sino la constatación de su frecuencia.