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Esta firma delata al autor de «La Celestina»

El manuscrito presentado en Talavera de la Reina contiene la firma de Fernando de Rojas en un documento sobre una herencia
El manuscrito presentado en Talavera de la Reina contiene la firma de Fernando de Rojas en un documento sobre una herencialarazon

No es sencillo, con nuestra idea arraigada de la autoría, meter mano a manuscritos de tiempos en que no solo no estaba el «copyright», sino que no se le esperaba. Probablemente todos los aquí presentes pasaremos a mejor vida sin la certeza, no alcanzada en cinco siglos, de que Fernando de Rojas fuese el verdadero y exclusivo autor de «La Celestina». Teorías las hay de todo tipo: dos, tres autores, o incluso una especie de falansterio creativo mancomunado para germinar una obra maestra. Que los clásicos tomaban de donde podían, sin pedir permiso, sin reparar en plagios (palabra terriblemente moderna) y sin ni siquiera estampar ellos mismos su firma, se confunde más aún con el sofisticado concepto de la metaficción que tuvieron. Así, sabemos que Cervantes miente (literariamente hablando) cuando plantea que lo que sabe de Don Quijote es a través del historiador morisco Cide Hamete Benengelí. Entonces, ¿qué pensar cuando Fernando de Rojas asegura en una carta haber tomado su «Celestina» de una obra inconclusa que encontró en Salamanca y dedicarse a terminarla por estar «de vacaciones»? Es tan posible que aquella obra, la presunta «Comedia de Calixto y Melibea», existiese como que Rojas jugara a beber de fuentes prestigiosas. Y es tan posible que escribiera «La Celestina» como que no lo hiciera, ya que su autoría no se constata en los primeros manuscritos. Lo que sí está claro es que hay un amplio consenso para asignarle a él esta tragicomedia excelsa, protagonizada por el personaje más ambiguo, bastardo y tal vez netamente español: una facilitadora, engañabobos, trotaconventos, vendedora de humo y amor encapsulado cual si fuese homeópata de hoy en día. Y también está claro, desde ayer, que la de arriba es la firma (y el único manuscrito hasta la fecha) de Fernando de Rojas. Lo ha sacado a la luz el Ayuntamiento de Talavera, villa de la que fue alcalde, que en aquel tiempo era un cargo más judicial que político. Se trata de un asunto de herencias que arranca de este modo: «En la villa de Talavera a diez y ocho días del mes de junio, año del nascimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil e quinientos e once años. Este dicho día ante el muy virtuoso señor bachiller Fernando de Rojas, alcalde mayor en la dicha villa por el noble señor licenciado Francisco de Barrionuevo, del consejo del muy ilustre y reverendísimo señor don Fray Francisco Ximénez (...)». Para el archivero de la localidad, Rafael Gómez, no hay «la menor duda» de que este documento con una mancha de aceite en un extremo lo firmó él. «No había en la época otro ''bachiller Francisco de Rojas'' que trabajara en el Ayuntamiento», asegura. «Por fin estamos en condiciones de afirmar que nos dejó su huella más personal: la firma con su nombre y rúbrica. Lo único, hasta la fecha, que personaliza a uno de los grandes escritores de la literatura castellana moderna», concluye. No deja de ser emocionante desempolvar toda una tradición literaria, la memoria escrita de un país, a partir de un par de centímetros de tinta envejecida.