Estilo cincuentero y con el sexy subido

Muy guapas, a la moda y, además, con el sexy subido. El elenco femenino del cine español, en materia de estilo, ha estado a la altura en el 30 aniversario de los Premios Goya 2016. La ocasión, desde luego, lo merecía. De Penélope Cruz no esperaba menos. Ya nos ha acostumbrado a los Atelier Versace, o sea, a los de alta costura, realizados a medida para ella y el de anoche, de corte años 50, en negro, entallado con un milimétrico corsé coronado por un escote con enjambre de cristales y falda de vuelo, fue uno de los más espectaculares de una velada en la que el estilo cincuentero sobrevoló la alfombra roja con otros bellos ejemplos. Las actrices Goya Toledo, con vestido blanco de escote palabra de honor y grandiosa falda, con estampado tipo «toile de jouy», firmado por Carolina Herrera, y Marta Hazas, también de Carolina Herrera NY, fueron dos de las bellas embajadoras de la elegancia «made in Spain».

Haciendo gala de la moda patria, destaco a Barbara Lennie, con un precioso modelo del diseñador Jorge Acuña, en rosa palo, con abertura en el abdomen, pedrería y escote asimétrico, y a mi adorada Bibiana Fer-nández, una de las mejor vestidas de la noche, tanto a su llegada a la alfombra roja, con un espectacular modelo en negro con escote de vértigo y detalles en dorado de Juanjo Oliva, como en su actuación junto a Manuel Bandera, cuando lució bata de cola firmada por Vicky Martín Berrocal. Manuel, aprovecho... ¡guapo, guapo!

Otra actriz a la que podemos dar la enhorabuena por la elección de su traje para la fiesta del cine español es Natalia de Molina, divina con un vestido muy al estilo de la nueva hornada de actrices de Hollywood, en blanco, repleto de flores bordadas de lentejuelas y un generoso escote en la espalda, de George Hobeika. Paz Vega, nueva abanderada de la elegancia internacional, eligió un vestido de corte minimal pero de esos que sientan como un guante, de la firma Calvin Klein. Y como no todo pueden ser rosas en el jardín, también hubo algún que otro error, desacierto o, por qué no decirlo, desastre de estilo. Fueron las menos, pero las hubo... ¿Alguien sabe por qué Belén Rueda apareció vestida de novia? Su modelo de Rosa Clará Bridal, con su encaje y todo, hubiera sido perfecto para casarse la próxima primavera, pero no para la noche de los Goya. Termino con una recomendación: vean cine español, que es mucho cine.

Brilló en la noche del cine español, pero no sólo por su modelo bordado de pedrería, del diseñador indo-americano Naeem Kahn, sino por su saber estar y mantenerse en un segundo plano, tras Vargas-Llosa.

Un vestido favorecedor, moderno y perfecto. La actriz aderezó este modelo, de escote asimétrico, con drapeados, sexy abertura lateral y estampados en verdes y azules, firmado por George Chakra, con clutch de Jimmy Choo.

Su vestido de Elie Saab Couture, en tono marfil con aplicaciones de pedrería en el cuerpo y falda de vuelo, fue un auténtico soplo de dulzura y feminidad. La actriz lució un prendedor de aire retro en su peinado.