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Francia quiere prohibir los descuentos y los portes gratuitos de Amazon este año

larazon

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El Gobierno galo ha dado un paso al frente en su cruzada contra las prácticas, consideradas desleales, de gigantes de la red como Google, Yahoo o Amazon, y en nombre de la «excepción cultural francesa», y, por qué no, también «europea». Si la irrupción de estos mastodontes del comercio electrónico en el mercado de la cultura ha obligado a los actores tradicionales del sector a actualizarse y reposicionarse, lo que Francia no está dispuesta a admitir es a que los intereses financieros o puramente mercantilistas de algunos acaben estrangulando el medio con el que miles de libreros franceses se ganan la vida y cumplen su misión como difusores culturales. Así se explica el golpe que sobre la mesa dio este lunes la ministra de Cultura gala, Aurélie Filippetti, que acusó, sin rubor alguno, a Amazon de «dumping». «Hoy todo el mundo está harto de que Amazon, mediante prácticas de ''dumping'', rompa los precios para penetrar en los mercados y después subir los precios una vez que están en situación de casi monopolio», sentenció en un corrillo en del segundo encuentro nacional de librerías, que se celebraba en Burdeos.

Vender con pérdidas

Aunque no es la primera vez que la ministra arremete contra la web de comercio on-line, nunca antes se había manifestado tan iracunda, calificando las prácticas de Amazon, instalada fiscalmente en Luxemburgo para optimizar su tributación y obligaciones impositivas, de «destructoras para los libreros». Pero además de la cuestión fiscal, lo que el sector de las librerías independientes reprocha a Amazon es la vulneración de la sacrosanta ley de «precio único del libro», de 1981, que prevé que el editor fije el precio y el comerciante disponga como mucho de un margen de rebaja del 5%. La estrategia de Amazon para vender más barato consiste en añadir al descuento la gratuidad de los portes sin importarle vender con pérdidas. De hecho, se estima que la empresa norteamericana perdería millones de euros con los libros, que compensa con otras ventas, pero le permite escalar posiciones en un mercado en el que los pequeños libreros no pueden competir.
De ahí, la advertencia de la ministra gala y su amenaza de desenfundar el arma legislativa. Su departamento está estudiando la posibilidad de prohibir la acumulación de la rebaja del 5% y los portes gratuitos «y las disposiciones podrían tomarse antes de que acabe 2013», señalaron a LA RAZÓN fuentes ministeriales, que también reconocieron los problemas de distorsión y fiscalidad que plantea que portales como Amazon puedan elegir un tipo de IVA preferente. «En 2015 entrará en vigor la directiva europea que obligará a que se aplique el tipo vigente en el país del comprador. Pero hasta entonces, hay que hacer algo».
Para proteger a un sector en crisis y que en diez años ha perdido un 8% de su cifra de negocio, la ministra Filippetti ha desvelado un plan extraordinario de ayudas por algo más de 18 millones de euros en dos años para favorecer la tesorería de las librerías y sus adquisiciones ,así como para facilitar la transmisión de este negocio. En juego: entre 2.500 y 3.000 pequeñas librerías que representan 13.000 empleos. La ministra de Cultura gala también anunció la creación de la figura del «mediador» del libro, que velará por que todos los actores del sector, y en concreto los grandes portales de venta on-line, respeten la reglamentación, y en particular la relativa al precio único del libro. Además, aseguró cumplir con la promesa de Hollande de bajar el IVA del libro al 5% a partir de 2014.
Pero el combate contra las poco escrupulosas, aunque, por el momento, legales prácticas de Amazon no sólo se libra desde el ministerio de Cultura. También, desde la Hacienda gala le han dado un tirón de orejas. Como sus homólogos Google, Apple o Microsoft, la web estadounidense de comercio en línea apenas paga impuestos en Francia pese a que tiene cinco filiales con sede en París y tres plataformas de distribución. En total, su facturación declarada al fisco galo en 2011 no superaría los 110 millones de euros, tributando así a las arcas públicas solo 3,3 millones. En consecuencia, los servicios de Hacienda realizaban el pasado mes de noviembre un control fiscal a Amazon conminándole a abonar al Estado 200 millones de euros por los ejercicios 2006-2010 en concepto de «concesión de beneficios entre filiales extranjeras».
No es una cuestión únicamente de Francia. Amazon tiene problemas en varios rincones del Antiguo Continente. Sin ir más lejos, la Comisión Europea acaba de admitir a trámite una denuncia contra Amazon Gran Bretaña y otras seis editoriales por prácticas desleales y fijación de precios. Bruselas tendrá que investigar si, como indican los denunciantes, el gran volumen de libros que despacha el portal hace que las editoriales le entreguen los títulos a un menor precio que otras librerías. Así, esta puede ofrecerlos en su web más baratos que en el resto de ventanas. En España, el último enganchón entre el gigante de la red y lo libreros se produjo el pasado Día del Libro. Como el año anterior, el gigante de internet sumó además del descuento de un 10% –el máximo legal– en todas las compras, un cupón que de descuento de 5 euros a cada cliente para gastar durante un mes en cualquier producto a través de Amazon.