Blanco de la Cerdeña

Debemos hacer enoturismo para buscar lugares donde reconfortar el alma después de tanto malaje como se estila en las españas actuales. Politicastros, profetas de la nada con billeteros llenos y demás fauna que nada nos importa a la gente del vino. En el Valle de Surrau, en el corazón de Gallura (subregión de Cerdeña), hay un paraje idílico en plena costa Esmeralda. Zona excelente para el cultivo del vino y para olvidarse de las cuitas de la vida. Aunque la bodega sea nueva, moderna, sabe combinar, como hacen los italianos, los toques tradicionales y el respeto al medio natural con la más glamurosa actualidad. El resultado es un vino blanco con varios meses de crianza sobre sus lías finas. Así, se exhibe amarillo pajizo con ribetes verdosos, resultando muy brillante. Una intensidad media en nariz, apareciendo en todo momento los albaricoques y demás frutas de hueso sin desdeñar complejos aromas tropicales amojonados con leves flores blancas y algo de hinojo. Sciala 2013 es especialmente un vino que lo bebemos de un modo elegante y equilibrado. Con esa delicadeza propia de una sonrisa italiana de atardecer, que, tras la sorpresa, nos presenta un poco de amargor, característico de la variedad y de las enseñanzas de la existencia. Además, sus notas vegetales y minerales completan el cuadro que nos interesa para vagabundear por la Cerdeña. Untuoso, largo y cálido, como los vinos que nos han superado después de las derrotas. Ejemplar con trabajo y amor, perfectamente integrado en el medio natural que nos habla de islas de escapada.

LA FICHA

Bodegas: Vigne Surrau.

D.O.: Vermentino di Gallura Superiore.

Nombre: Sciala 2013.

Precio: 17 euros.

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