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Afganistán

Gervasio Sánchez: «Hay que hacer un periodismo valiente»

«Prótesis. Afganistán» (1996). Fotografía de Gervasio Sánchez
«Prótesis. Afganistán» (1996). Fotografía de Gervasio Sánchezlarazon

Es uno de los grandes. Uno de los nombres que ennoblecen el periodismo y hacen que este oficio tenga sentido. «Cuando uno va por primera vez a un conflicto armado va con una idea preconcebida. Cree que allí va a encontrar situaciones que están mitificadas por las películas, cuando ir a una guerra por aventura es una tontería, porque un error te puede costar caro. A una guerra tienes que acudir por razones más serias que una mera aventura. Al final vas a esos sitios para documentar una tragedia, porque una guerra sin información es peor que una guerra mediática. La gente debe estar informada. Aunque la primera vez que fui yo también estaba influido por la retórica cinematográfica». Gersavio Sánchez, que acaba de recibir el Premio Bartolomé Ros que entrega PHotoEspaña, arrastra una trayectoria que le ha conducido por los principales conflictos de América, Europa y Oriente, pero rechaza la exaltación habitual que se hace del corresponsal de guerra. «Esa imagen está mediatizada por los filmes, donde los periodistas parecen Rambo. Mi experiencia es que cuando cae un bomba hay que esconderse. Es una estupidez estar a la intemperie. Luego sales a buscar las consecuencias». Cuando se le pregunta cuáles son las principales víctimas de un conflicto, no tiene duda: «Yo hago mi trabajo. Documento lo que sucede. La verdad es la primera víctima de una contienda y lo único que nunca se puede cuestionar son las víctimas civiles. Cuando tengo dudas, porque todo es propaganda y los políticos y los combatientes de las diferentes partes mienten, me acerco a las víctimas». Gervasio Sánchez rechaza a aquellos que aseguran que hace un periodismo de denuncia o de solidaridad. Lo dice porque habla claro, de frente, sin cobardes circunloquios o adjetivos anestésicos. «En la fotografía o el periodismo literario a veces hay cierta superficialidad. Parece que los reporteros o la imagen son más importantes que lo que sucede alrededor. Si alguien piensa que la foto debe ser perfecta es que algo falla. Las cosas hay que documentarlas con rigurosidad. Y no estoy de acuerdo con la objetividad. Es una mentira que habría que erradicar. Es imposible pedir que un periodista sea objetivo cuando su medio está comprometido con ciertos intereses. Hay que hacer periodismo valiente y riguroso por las víctimas de las historias que contamos. Para eso hay que hacerlo con honestidad y pelear en los medios para ganar espacio». Uno de los apagones informativos se ha producido en Siria, donde los secuestros derivados del conflicto ha limitado la entrada de corresponsales. «Existe manipulación cuando no hay periodistas, como sucede en Siria. Toda las informaciones que recibimos proceden de las partes. Ves imágenes de las matanzas, pero no sabes si son verdad o es una teatralización. Pero eso sucede en una guerra y al lado de tu casa. Hace unos días ganó una formación política nueva y los medios de comunicación no tenían ni idea de quiénes eran». Gervasio Sánchez estuvo en Yugoslavia, un conflicto que hizo renacer los fantasmas de Europa. Ahora, el viejo continente parece regresar a posturas anacrónicas, como el recelo al inmigrante. «Las crisis económicas producen manipulaciones de los ciudadanos. Se acusa entonces a la gente de fuera, pero los que han robado no vienen del extranjero. Hay que echar la culpa a los partidos políticos que lo han permitido. A toda la juerga bancaria que ha habido, las maneras obscenas de algunos banqueros. La crisis no las han provocado los inmigrantes de África o América. Son ciertas capacidades humanas egoístas, la imposibilidad que tienen ciertas personas para ser generosas. Pero la gente que tiene dinero, quiere más dinero; los ricos, más ricos. Y eso desemboca en situaciones como la actual».