"Heroico": México a matar o morir
David Zonana se sumerge, envuelto en polémica, en el seno del ejército mexicano para desnudar la violencia sistemática del país
Madrid / San Sebastián Creada:
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Pecado mortal en disciplinas como el teatro, la nuca le ha dado al cine algunas de sus mayores alegrías. Desde los tiempos de Francis Ford Coppola a Béla Tarr, pasando por maestros modernos como László Nemes, hay algo en ese punto de vista que nos inspira más que otros a caminar de la mano de los protagonistas, normalmente por situaciones poco agradables. Con esa referencia estética en la memoria, pero con un brío que baila con lo documental pero acabar besándose con lo descarnado, el mexicano David Zonana estrena «Heroico» en nuestro país tras pasar por el Festival de San Sebastián y levantar una polvareda de comentarios viscerales en su país.
«La película nace de la necesidad de entender, a fondo, la problemática de la violencia en el país. Como mexicanos, se nos expone mucho a las consecuencias de la violencia, como muertos, desaparecidos o violaciones, pero poco a las causas», explicaba realizador, en encuentro con LA RAZÓN en Donosti. Y seguía: «Mucho tiene que ver ahí la pobreza, la falta de oportunidades y la marginación social. Al final, ‘‘Heroico’’ no deja de ser una exploración de una de esas salidas, que es el ejército. La otra es el narcotráfico, y esa esta mucho más que abordada», completa Zonana.
Criticada por lo explícito de su violencia y atacada por exponer el maltrato físico y psicológico al que se enfrentan muchas veces los reclutas, «Heroico» nos pone en la piel de un soldado de nuevo ingreso que, además, es de origen indígena. «Resulta irónico que uno de los estamentos más poderosos del país apenas se haya explorado, había que entender quiénes son estos jóvenes y cómo se convierten en personas capaces de matar», añade Zonana, que para documentarse grabó horas y horas de entrevistas con «supervivientes» –como él los llama– de las malas prácticas en el seno militar. Pero más allá de las polémicas, más allá de la necesidad hecha oportunidad que denuncia el filme para con México, hay en «Heroico» un estudio mucho más universal sobre la hombría. Sobre todo, sobre la hombría mal entendida. No se trata de deconstruir ni revisar nada, sino de desnudar las motivaciones (a veces, hasta ridículas) por lo que un hombre puede sucumbir a la presión del grupo.
Zonana, que entiende que aunque México no haya tenido un dictador como otros países en Hispanoamérica, sí ha estado sometido a los designios del PRI como partido político dominante, opina que el poder que acumula el ejército es una cuestión social: «La primera vez que tuvimos un presidente no militar, que no hubiera estado en un campo de batalla matando gente, fue a mediados de los años cincuenta. No es que la violencia esté instalada en el poder, sino que del propio poder emana de la violencia», sentencia firmando aquí un paisaje tan desesperanzador que asusta. En la línea de «Una película de policías» (Alonso Ruizpalacios, 2021) y con la que comparte a la actriz Mónica del Carmen, «Heroico» envejecerá mejor como documento arqueológico que como película.