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Un documental con historia

El ADN de Hitler desvela sus traumas: micropene y monórquido, pero ni rastro de genes judíos

El británico Channel 4 presenta un estudio en el que se ha analizado al Führer hasta el último detalle, como su obsesión con sus sobrina o los restos de actividad sexual en sus sábanas

Hitler, el 5 de diciembre de 1931, abandonando la sede de su partido en Mínich, Alemania
Hitler, el 5 de diciembre de 1931, abandonando la sede de su partido en Múnich, AlemaniaAgencia AP

Se ha especulado mucho a lo largo del siglo XX sobre los posibles orígenes judíos de Hitler. Y esta era una de las búsquedas que se habían marcado con el análisis de su ADN. Una muestra que fue tomada de la tela del sofá del búnker en el que el dictador se suicidó en 1945.

La nueva investigación que se ha llevado a cabo se recoge ahora el documental 'Hitler's DNA: Blueprint of a Dictador', del canal británico Channel 4, tras el cual, el Führer hubiera respirado "tranquilo" al saber que su sangre era "pura". Eso sí, dentro le quedaría ese trauma infantil de no haberse dedicado al arte. Una decisión que probablemente hubiera solucionado una buena parte de los problemas de Europa de mitad del siglo XX.

'Hitler solo tiene un testículo'

Así se presenta un proyecto exclusivo "a nivel mundial", aseguran de un documental en el que la genetista y profesora Turi King y el historiador Alex Kay han llevado el peso del mismo.

Sirva la ocasión para recordar una canción acuñada allá por 1939, cuando el "monstruo" ya era una realidad: 'Hitler Has Only Got One Ball' (Hitler solo tiene un testículo'). Tema compuesto por el teniente F.J. Ricketts que ponía en duda la masculinidad de los líderes nazis alegando su falta de testículos. Desde luego, la letra tenía para todos: Hitler, monórquido; Himmler y Göring, microorquidia (dos, pero pequeños); y Goebbels, anorquia (cero).

"Hitler solo tiene un huevo,/ Göring tiene dos pero muy pequeños,/ Himmler es bastante similar,/ pero el pobre viejo Goebbels no tiene huevos en absoluto", cantaban las tropas "british".

¿Trofeo de guerra o cosas de charlatanes?

Otro tema es la leyenda popular que asegura que ese elemento que faltaba en la entrepierna hitleriana se exhibe como trofeo de guerra en el Royal Albert Hall, pero eso ya está más en el terreno de la charlatanería.

De este modo, King, criada en Canadá, hace alusión al mito: "No se puede vivir en Reino Unido sin conocer esta canción", dice de una chanza que toma cuerpo una vez conocido el nuevo estudio, en el que se afirma que el dictador sufría el síndrome de Kallmann, asociado a niveles bajos de testosterona, disminución del deseo sexual y, en algunos casos, micropene.

Una afirmación que ha llevado el caso de vuelta a un informe médico de 1923 que fue descubierto en 2015 y en el que se concluía que Hitler tenía criptorquidia (en castellano, un testículo derecho no descendido). Ahora, el análisis de ADN refuerza esta información, ya que la mutación en el gen PROK2 está fuertemente asociada al síndrome de Kallmann, que puede provocar que uno o ambos testículos no desciendan correctamente.

Un rumor con mucha verdad

Kay, por su parte y como conocedor de la Alemania nazi, se pregunta cómo es posible que, apoyado en la canción, los británicos conocieran aquel secreto: "No hemos podido averiguar de dónde surgió este rumor, pero era cierto (...) podría haber sido una coincidencia realmente sorprendente", o simplemente una extrapolación basada en el hecho de que Hitler "se distinguía de la mayoría de los demás líderes nazis, quienes no solo tenían esposas e hijos, sino también amantes", apunta The Telegraph.

Además, el documental examina la obsesión de Hitler con su sobrina y analiza los "signos de actividad sexual" (o la falta de ella) en sus sábanas. También la propensión genética del protagonista al comportamiento antisocial, aunque para Kay, el hallazgo más significativo fue el que "desmintió el rumor de que pudiera tener ascendencia judía". Un mito que surgió en la década de 1920 y que surgió de la invención de que su abuela había quedado embarazada tras trabajar en una casa judía (por cierto, repetido por el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en 2022). Sin embargo, la investigación respalda el árbol genealógico elaborado por los nazis.

Mucho, pero no todo

No se alejan estas nuevas teorías de otras formuladas durante años, como la del psiquiatra irlandés Michael Fitzgerald, quien está "absolutamente convencido de que padecía una gran variedad de trastornos del neurodesarrollo". Sin embargo, su puntuación en autismo no es realmente significativa: lo sitúa en el uno por ciento superior de la población. Ante lo que Kay explica que lo analizaron para aportar "conocimientos históricos y contexto a todo esto. Era importante para el equipo de producción, para ser alguien que pudiera decir: 'El ADN nos dice mucho, pero no nos lo dice todo'".

King hace un paréntesis para "no estigmatizar a nadie que padezca alguna de estas afecciones, porque es ínfimo el riesgo de que cometan actos violentos, y mucho menos genocidio. Además, no está solo. Cientos de miles de personas le ayudaron a cometer sus actos, y no todas comparten la misma predisposición genética que Hitler".

Mientras, para el historiador "resulta impactante la infancia traumática que tuvo [Hitler]": "Perdió a cuatro de sus cinco hermanos y a sus padres antes de cumplir los 18 años. Creo que estos sucesos fueron tan importantes para moldear la persona en la que se convirtió Hitler como su propio ADN".

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