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Objetos universales

El atributo papal: entre mitras y tiaras

Desde la decisión de Pablo VI los papas utilizan una mitra blanca, un distintivo que identificaba a los obispos de siglo XIII, pero con su característico color puro

El papa Francisco tocado con una mitra sujeta una camiseta de su equipo de fútbol, San Lorenzo de Almagro Club Atlético San Lorenzo de AlmagroEFE/

La muerte de un papa constituye uno de los momentos claves en la historia de la Iglesia, en los medios se especula sobre candidatos y nuevas líneas de actuación del futuro titular del solio pontificio, un trono que desde el Concilio Vaticano II (1963) se ocupa sin atributos regios desde que Pablo VI colocó la triple tiara sobre el altar de la basílica de San Pedro como gesto de humildad y signo de renuncia a la gloria y el poder humano en armonía con el espíritu renovado del Concilio. Desde entonces ningún papa ha sido coronado sustituyéndose la ceremonia de coronación por una misa usando los papas una mitra, como obispos de Roma, de color blanco que los distingue del resto de cardenales. ¿Pero cuál es origen de estos dos diferentes atributos, mitra y triple tiara?

La palabra mitra deriva del griego «mítra», banda, vendaje y posiblemente designe una pieza de metal protectora bajo las corazas de soldados griegos en combate como se menciona en «La Iliada» de Homero. Más tarde sirvió para designar las diademas ornamentales que las mujeres usaban alrededor de sus frentes. Pero si bien la palabra tiene origen griego, el objeto que utilizan los obispos como signo distintivo deriva del mitznefet, ornamento para la cabeza que según el «Libro del Éxodo» distinguía a los miembros de Sanedrín. En los primeros tiempos los obispos no llevan ningún atributo ornamental siguiéndose las prescripciones de la carta a los Corintios donde se establece que se debe rezar a cabeza descubierta.

Con el transcurso del tiempo empezaron a usar atributos, en Hispania ya llevaban mitras en el siglo VI. San Isidoro mencionaba la mitra como Cetharim en sus «Etymologias». También se menciona en el «Liber Ordinum» de la liturgia hispano-mozárabe como uno de los ornamentos de las abadesas, y en el 852, Leovigildo de Córdoba lo menciona en «De Habitu Clericorum».

Esta insignia litúrgica pontificia empezó a ser difundida a partir de principios del XI y concedida por el Papa como un privilegio a algunos obispos, abades y presbíteros fuera de Roma. León IX (1049-1054) la otorga a Eberardo de Tréveris, Liutbaldo de Maguncia y Hentwig de Bramberg y a los canónigos de Besançon, comenzando en ese momento sus primeras representaciones plásticas como el códice «Exultet de Bari» (Biblioteca Capitular de Bari). Su sucesor, Alejandro II, continúa haciendo lo mismo con el abad Egelsino de Canterbury hasta que progresivamente se va multiplicando este privilegio entre los obispos. A partir de Inocencio III (1198-1216), la mitra es mencionada como un distintivo episcopal ordinario y su representación es frecuente en los códices litúrgicos medievales.

La tiara, reservada a los papas

A los papas estaba reservado el uso de la tiara papal, un atributo que recibió a partir del siglo VIII diferentes nombres en los textos como camelaucum, pileus, o phrygium. Originariamente se trataba de una corona de oro y lino que cubría la cabeza del pontífice pero cuando estos asumieron el control político territorial de los Estados Pontificios con los primeros carolingios, a la corona basal se le añadieron joyas compitiendo con las coronas de los príncipes. La segunda corona se añade en el siglo XIII, durante el pontificado de Inocencio III o Bonifacio VIII, representantes ambos de lo que se conoce como teocracia pontificia, es decir una afirmación del poder papal sobre el poder espiritual. La triple tiara o triregnum, forma que poseen las 22 tiaras papales conservadas, adquiere su forma definitiva durante el papado de Aviñón. ¿Pero que significaban las tres tiaras? En las antiguas ceremonias de coronación papales se explicaba: «recibe la tiara adornada con tres coronas, y sabe que eres Padre de los Príncipes y Reyes, Rector del Orbe, y en la tierra Vicario de Nuestro Salvador Jesucristo, al que sea honor y gloria por los siglos de los siglos», aludiendo con ella a su significado teológico.

Con independencia de su valor teológico no se debe olvidar la pugna existente entre el Emperador y el Papado en la Edad Media, una pugna que comienza en el siglo XI entre el Papa Gregorio VII y Enrique IV conocida como, «querella de las investiduras». A pesar de su finalización en 1122 con el concordato de Worms no supone el final de la tensión entre Imperio y Papado ya que la rivalidad continúa en el siglo XIII con las aspiraciones de Inocencio III y sus sucesores y Federico II Hohenstaufen, tensión que tendría sus ecos con el cisma protestante a principios del XVI.

En los sigo XII-XIV el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico era coronado con tres coronas, la corona de plata de Alemania en Aix-la-Chapelle, la corona de hierro de Lombardía en Milán o Monza y la corona imperial de oro en Roma, hecho que pudo inspirar al Papado medieval en la creación de la triple tiara, utilizándose desde Clemente V hasta 1963, con algunos aditivos como el globo y una cruz en la parte superior de las coronas introducidas en el siglo XVI. Hasta el pontificado de Juan Pablo II la triple tiara formaba parte del escudo de armas papal, cambiada por una tiara con tres niveles por Benedicto XVI y mantenida en su escudo por el difunto papa Francisco. Tiara o corona, lo sabremos la tras próxima fumata blanca.