Las "fake" sobre Wilfredo el Velloso
La vida del hijo de Sunifredo de Urgel se movió entre diferentes mentiras que se han ido sumando a su biografía
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Era hijo de Sunifredo I y fue el primer conde de Barcelona que legó sus condados a sus hijos. De los reyes carolingios recibió, en el año 878, los condados de Barcelona, Gerona y Besalú. Debido a la decadencia del Imperio Carolingio se le atribuye la independencia de facto de los mismos, el escudo de las cuatro barras y lo que sería la base patrimonial de la casa condal de Barcelona. Wilfredo, entre otras medidas, repobló la Plana de Vic. Este territorio se trataba de tierra de nadie, pues era fronterizo con los territorios carolingios y musulmanes. Con los años se fundó el condado de Osona. En 870 Carlos el Calvo lo nombró conde de Urgell y Cerdaña. Ayudó a este y a Luis el Tartamudo contra Bernardo de Gothia. Mediante el concilio de Troyes obtuvo los condados antes referidos. Ya como conde, fundó los monasterios de Ripoll, Sant Joan de les Abadesses, y restableció el obispado de Vic. Wilfredo mantuvo su fidelidad a los monarcas carolingios. Eso sí, evitó implicarse en las luchas del Imperio. Se opuso a las imposiciones eclesiásticas e hizo prevalecer su voluntad. A partir de 883 los musulmanes se sintieron amenazados por la expansión de Wilfredo en Osona, Berguedá y Vall de Lord (Solsona). Banu Qasi fortificó la ciudad de Lérida y ante tal provocación Wilfredo atacó la ciudad. Perdió la batalla. El 11 de agosto de 897, durante el ataque de Lobo Ibn Muhammad sobre Barcelona, Wilfredo murió.
Heredaron entonces los condados sus hijos: Wilfredo Borrell y Suñer, los de Barcelona, Gerona y Osona; Sunifredo, el de Urgell; y Miró, los de Cerdaña, Conflent y Berga. Esta posibilidad de herencia fue debida a la descomposición o decadencia del poder real de los carolingios y no por una voluntad explícita de Wilfredo. Alrededor de nuestro protagonista hay tres tradiciones o ideas mitológicas que son falsas. Forman parte de una leyenda inventada siglos después de su muerte y cuando existía un concepto histórico de país o nación.
Así, la idea mítica y romántica de que, gracias a él, nació la actual Cataluña es obra de Serafín Pitarra. Esta surgió de la «Gesta comitum barchinonensius» escrita en el siglo XII por los monjes de Ripoll. En ella se sobredimensionó su figura. La realidad, sin embargo, es que la independencia de facto de los condados se debe a la decadencia del Imperio Carolingio y no a un afán independentista de Wilfredo.
La tradición dice asimismo que Guifré el Pilós, en su lecho de muerte, le pidió a Carlos el Calvo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que le concediera un escudo de armas. Este puso sus cuatro dedos en la herida del moribundo y sobre su escudo dorado deslizó los dedos. Con ello creó la senyera, actual bandera oficial de Cataluña. Pero esta afirmación es igualmente falsa y no tiene rigor histórico. Wilfredo el Velloso falleció en Barcelona el 11 de agosto de 897 d.C. Por su parte, Carlos el Calvo murió el 6 de octubre de 877 d.C. Teniendo en cuenta las fechas del fallecimiento de cada uno de los protagonistas, es imposible que Carlos el Calvo pudiera estar en el lecho de muerte de Wilfredo el Velloso, ni que le pintara el escudo de armas, porque llevaba veinte años muerto. El que se inventó esta historia no tuvo en cuenta encajar las fechas. Pero esto no queda ahí. También hay una leyenda en torno al escudo heráldico. En la época de Wilfredo el Velloso no existían, con lo cual difícilmente le pudo pedir a Carlos el Calvo o a otra persona que se lo otorgara.
¿Cuándo, entonces, surgieron los escudos heráldicos? En la Baja Edad Media se fueron sofisticando las armas de los caballeros, que empezaron a cubrirse el cuerpo con más piezas metálicas para protegerse ante el enemigo. No había una moda. Todos los caballeros llevaban los mismos trajes metálicos, las mismas armaduras. Con lo cual era muy difícil reconocer quién era uno y quién otro. Para solucionar este anonimato se pensó en pintar alguna cosa en el escudo que llevaban. Así nacieron los heráldicos. El problema del tema que nos ocupa es que estos aparecieron por primera vez en el siglo XI. Esto es, 400 años después de la muerte de Wilfredo el Velloso.
Lo único cierto de toda la historia es que la senyera empezó a ser emblema de Cataluña cuando Ramón Berenguer IV se casó con Petronila de Aragón, uniéndose los dos territorios. Porque la senyera, mal que les pese a algunos, es de origen aragonés.