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Objetos universales

Los kurganes escitas, del mito a la excavación

Los kurganes fueron tumbas tumulares de los pueblos de las estepas, especialmente de los escitas cuya imagen, entre lo etnografía y la fábula describió Heródoto. A partir del siglo XIX la arqueología rusa confirmó parcialmente los relatos antiguos

Kurgan es una palabra rusa que hace referencia a un enterramiento tumular
Kurgan es una palabra rusa que hace referencia a un enterramiento tumularLa Razón

Kurgán es una palabra rusa de origen turco que hace referencia a un enterramiento tumular. En el interior del túmulo suele haber una cámara mortuoria subterránea con uno o varios difuntos y sus ajuares. Este fue el método de enteramiento clásico de los dirigentes de muchos de las pueblos de las estepas euroasiáticas desde el IV milenio a.C, hasta los siglos V y VI d.C., utilizados por hunos y magiares. Entre los pueblos de las estepas que utilizaron estos enterramientos se encuentran los escitas, pueblos de origen iranio caracterizados por una cultura nómada basada en el pastoreo y cría de caballos, en un área extensa que va de Siberia a al norte de Mar negro donde tuvieron contacto con los griegos.

Los escitas criaban manadas de ganado vacuno, ovejas y caballos, vivían en carretas cubiertas y luchaban con arcos y flechas a caballo dominando las técnicas de lo que luego sería la caballería ligera. Fueron descritos por Heródoto como estrafalarios bárbaros que vivían al norte del Mar Negro, «de ojos muy azules y cabellos color de fuego» imposibles de ser sometidos por los persas y a los que llegó a asociar con el linaje de Heracles. También describe los rituales guerreros de los cráneos enemigos convertidos en copas para reflejar el prestigio del guerrero y los rituales funerarios de las élites escitas: «Cuando muere su rey, excavan una gran fosa de forma cuadrada en medio de la tierra escita y lo entierran allí. El cadáver, recubierto de cera y adornado ricamente, es colocado sobre un lecho. En torno al cuerpo disponen a las concubinas estranguladas, a los coperos, cocineros, caballerizos, servidores, junto con caballos, carros, aves de corral y otros animales. También se depositan grandes cantidades de oro». Describe también en «Historias», el aniversario de la muerte con un nuevo rito de sacrificio de 50 siervos y 50 caballos dispuestos con una escenografía teatral alrededor del túmulo.

Estas descripciones fueron la base de los historiadores tardo antiguos como Isidoro de Sevilla quien describe a los escitas en sus «Etimologías» dentro de su catálogo de gentes bárbaras, «reciben su nombre de su ferocidad, pues se dice que siempre fueron los más crueles y bárbaros. Hasta el día de hoy se afirma que se alimentan de cuerpos humanos y beben sangre humana» conservando la idea que habitaban regiones septentrionales asociadas al frio y la barbarie. Si bien estas descripciones alimentaron la imaginación occidental durante la época medieval y moderna como marco retórico y cultural de la barbarie, no sería hasta el siglo XIX cuando el contraste arqueológico permitiría verificar si las descripciones de Heródoto tenían fundamento.

Excavaciones de los kurganes

Los kurganes empezaron a excavarse de modo sistemático a partir del siglo XIX por arqueólogos rusos al mismo tiempo que el Imperio ruso se expandía hacia la región del Caúcaso, los territorios de Asia central hacia Taskent y Samarkanda y en el Extremo Oriente donde funda Vladivostok. Las expediciones fueron financiadas por la Academia de Ciencias de San Petesburgo siendo la primera en Crimea para excavar el sitio de Kul-Oba por Paul Du Brux e Ivan Stempkovsky en 1830, un túmulo con una cámara de piedra tallada por un equipo de canteros griegos conocida como «Tumba de Mitrídates». Su planta es cuadrada con dimensiones de 4,6 por 4,2 metros, con una bóveda escalonada que alcanza una altura de 5 metros con enteramientos femeninos y masculinos y ajuares de oro que indicaban el prestigio social de los finados.

En 1913 Nikolái Veselovski (1913) excava el Kurgán de Solokha situado en la ribera izquierda del río Dniéper cerca de la ciudad ucraniana de Nikopol. Se trataba de un túmulo funerario de 8 metros de alto con un diámetro de unos 100 metros cuadrados y que contenían dos tumbas reales escitas, una central con un cuerpo femenino que había sido saqueado y dos caballos y una tumba lateral intacta con un importante ajuar funerario como el peine escita del Museo del Hermitage cuyo peso es casi de 300 gramos de oro macizo. En esos momentos estas tumbas eran consideradas como depósitos de oro y objetos exóticos destinados a los museos y a las colecciones de privadas.

Más recientemente, también al sur de Ucrania, Borys Mozolevsky excavó en 1971 el Kurgán de Tovsta Mohyla, al igual que en el caso anterior la cámara central había sido saqueada pero la cámara lateral estaba intacta con cinco esqueletos incluyendo un niño. Los esqueletos tenían un rico ajuar funerario encontrándose entre las piezas el Pectoral dorado: un pectoral de oro de más de un kilo de peso actualmente en el Tesoro del Museo nacional de Historia de Ucrania (Kiev). Los fallecidos se encontraban acompañados por cuatro personas sin ajuares, y en los accesos a los tumba había tres ruedas desmontadas de carrozas fúnebres y ornamentos de bronce de lo que pudo ser una procesión fúnebre.

De gran monumentalidad es el kurgán de Chertomlyk excavado en 1862-1863 por Ivan Zabelin localizado a 22 kilómetros de Nikopol quien descubrió los restos de un rey y una reina, sus guardas o esclavos, esqueletos de caballos y una gran cantidad de joyas de oro y plata, muchas de ellas con influencias griegas, como un ajuste de carcaj para arcos y flechas (Museo del Hermitage).