Ivo Pogorelich: «No disfruto escuchando los conciertos de otros, es una experiencia que me contamina»
El pianista cierra la temporada de la Fundación Excelentia con obras de Rachmaninov y Tchaikovsky
El pianista cierra la temporada de la Fundación Excelentia con obras de Rachmaninov y Tchaikovsky
Brillante cierre de temporada de la Fundación Excelentia, que hoy pone el broche con su Concierto Fin de Temporada del Ciclo “Grandes Clásicos” en el Auditorio
Nacional en el que se interpretarán obras de Rachmaninov y Tchaikovsky, en concreto, el “Concierto para piano y orquesta número 2”, de Rachmaninov y la “Sinfonía número 4”, de Tchaikovsky, de la mano de la Orquesta Sinfónica de Galicia y la batuta de Dima Slobodeniouk junto al pianista Ivo Pogorelich (Belgrado, 1958), que cierra así su periplo por España. Después de dirigir en La Coruña, el maestro, con tres décadas a la espalda de brillante carrera a la que ha impuesto su ritmo, contesta a varias cuestiones por mail. Imbatible y siempre al pie del cañón.
A punto de cumplir sesenta años, el que fuera considerado un “enfant terrible” del piano, ha demostrado en sus conciertos su forma.
-¿Le sigue imponiendo sentarse frente al piano? ¿Ha sentido alguna vez miedo escénico?
- Sí, bastantes veces cuando era niño y adolescente. Es algo que desaparece con la experiencia, en la juventud uno por un lado desborda entusiasmo; sin embargo, por otro no puede juzgar si está bien preparado o no. De todas formas, la duquesa de Windsor dijo en una ocasión que «una persona nunca puede ser demasiado rica ni delgada» por lo que un artista nunca puede estar demasiado bien preparado para actuar.
- ¿Asistimos al nacimiento de una nueva generación de pianistas? Pienso en JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) como Lang Lang, temporalmente apartado de los escenarios, o Yuja Wang, que acaba de pasar por nuestro país la semana pasada.
-Poco puedo comentar sobre este tema, y no piense que se trata de un acto de soberbia, pero de verdad jamas he tenido interés en lo que hacen los demás porque tengo bastante trabajo en mis manos. Tampoco disfruto escuchando los conciertos de otros porque a menudo esa experiencia me contamina, por lo que no me siento competente para responder a su pregunta.
-¿Cree que la educación musical es vital para la formación de los niños y jóvenes?
-¿Puede usted imaginarse viajar en un avión pilotado por individuos que no han obtenido un grado?
-¿Qué piensa de quienes se escudan en la manida frase de «no entiendo la música clásica» para no asistir a un concierto de piano, por ejemplo, o a una representación operística?
-Desafortunadamente, nuestra vida depende mucho de una buena iniciación. La persona que no ha tenido la oportunidad de acercarse a la música en su infancia no debe ser juzgada por eso, y tampoco tenemos derecho a reírnos porque algunos han entrado a un teatro de ópera o a la sala de conciertos por primera vez y no saben, por ejemplo, cuándo se debe aplaudir. ¿Como podemos explicar la ausencia total de programas de televisión de introducción a la música en los países europeos que forman la cuna de la cultura musical del mundo? ¿Deberíamos dar tanta importancia a los programas que nos bombardean con noticias de economía que son muy poco útiles para la mayoría de los ciudadanos en su vida cotidiana?
-De usted han dicho que es un mito. ¿Le parece exagerado?
-No, pero un mito está formado por una dosis de talento y de esfuerzo que pone el artista y otra dosis de fantasía que añaden los demás ¡con este combustible seguimos adelante!