Sección patrocinada por sección patrocinada

Entrevista

Javier Iriondo: "Cuando perdemos el tiempo se nos escapa la vida"

El autor publica “Este es tu momento”, una novela basada en una historia de amor propio y lucha personal que invita a reflexionar sobre el sentido de la vida

Una imagen de Javier Iriondo
Una imagen de Javier IriondoArchivo

Dice Javier Iriondo que ha tenido seis vidas en una vida, a los 17 años dejó los estudios por un sueño, ser deportista profesional y con 20 triunfaba en los EE.UU como deportista de élite, “pero de pronto el mundo colapsó, lo perdí todo, me vi en un agujero profundo y tuve que comenzar a reconstruirme de nuevo”. Emprendedor en distintos negocios, imparte conferencias sobre superación, motivación, desarrollo personal y liderazgo. Ha escrito “best-sellers” como “Donde tus sueños te lleven” o “La vida te está esperando” y ahora publica “Este es tu momento” (Zenith), una novela basada en una historia de amor propio y lucha personal que invita a reflexionar sobre el sentido de la vida.

¿Fracasar es no cumplir las expectativas?

Que se desmoronen tus proyectos después de tanto trabajo y esfuerzo es una desilusión y una decepción enorme, produce la sensación de pérdida de valor interior, no estoy a la altura, pero muchas veces ocurre esto por circunstancias ajenas que escapan a nuestro control y acaban siendo experiencias de aprendizaje, pero hay otro tipo de fracasos peores, los invisibles, cuando no te atreves con un proyecto por miedo, entonces la sensación es de cobardía y sólo lo sabes tú.

¿Estamos preparados para asumir los fracasos ?

No, porque nos hablan de todo lo contrario, de felicidad, de ser positivos, estar contentos…pero no hay una asignatura que te enseñe a cómo levantarte cuando todo se derrumba a tu alrededor y deberían enseñárnoslo, pero no es así, es una especie de vergüenza, qué dirán, escóndete, nos gusta impresionar, aparentar a veces lo que no somos, y cuando todo falla, nos hundimos. Hay que aprender a gestionar el fracaso correctamente, porque ese no es el problema, sino cómo lo interpretas, a dónde te lleva.

O sea, más que los golpes, la manera de enfrentarnos a ellos.

Eso es, porque golpes recibimos todos, uno puede hacer un drama y convertirte en víctima, qué me han hecho, qué injusta es la vida, o analizarlo, ver qué se podría haber hecho, qué ha faltado, analizar para que no se repita y ser capaz de transformar una situación negativa en un aprendizaje, en una lección.

¿A veces tu peor enemigo eres tú mismo?

Casi siempre, nuestra mente debería de ser una voz amable, como la de un sabio o un abuelo, que nos hable con cariño, con calma, que nos ayude a creer, pero se ha convertido en nuestro peor enemigo, es una máquina de compararnos y juzgar, nos critica que no estamos a la altura. Hay miedo de no llegar a todo porque no me da la vida y descansar me parece un sacrilegio, me quedaría atrás. Esa autoexigencia hace que, al final, el enemigo somos nosotros mismos.

¿Es importante tener ayuda?

Es vital contar con alguien que realmente te pueda comprender, pero al final, nadie te viene a rescatar, aquí solo rescatan a los bancos, tú eres quien tienes que rescatarte a ti mismo y esa es la realidad de la vida, tú tiene que recomponerse, reflexionar sobre la situación para intentar levantarla lo antes posible y lo primero es conseguir que tu mente deje de fustigarte porque eso no te hace mejor persona.

"No reaccionamos hasta que no tocamos fondo, hasta que no hemos sufrido lo suficiente"

Javier Iriondo

“A veces, el camino al cielo comienza en el infierno”

Sí, porque no reaccionamos hasta que no tocamos fondo, hasta que no hemos sufrido lo suficiente y a veces pasa que el que creías que era el peor día de tu vida, con el tiempo adviertes que quizá fue el mejor, porque ese día tomaste una decisión que lo cambió todo. Y sí, nos quejamos mucho, pero parece que no nos duele bastante y no reaccionamos hasta que no estamos al límite y hay que aprender a hacerlo antes de llegar a situaciones críticas.

¿Tener objetivos e ilusiones da sentido a la vida?

Ayuda muchísimo porque sabemos que muchas emociones positivas tienen que ver con una meta, un objetivo, una ilusión por alcanzar algo y cuando tenemos algo digno por lo que esforzarnos y luchar, aparece la dopamina, que es la hormona de la motivación, que ayuda a generar más emociones positivas y nos aporta una sensación de dirección.

¿Desperdiciamos el presente por un futuro que nunca llega?

Somos seres insaciables que queremos lo que no tenemos, siempre perseguimos algo más, nos pasamos la vida haciendo cosas para llegar a otro lugar supuestamente mejor, a un futuro que presumimos mejor y eso nos roba el presente, que entendemos como peor que ese futuro prometedor con el que soñamos y así se nos escapa la vida, vivimos como inmortales pensado que ya tendremos tiempo, hasta que de pronto la vida te pega un susto y compruebas que tenemos fecha de caducidad, el tiempo es la materia prima con la que está construida la vida y cuando perdemos el tiempo se nos escapa la vida.

"Vivimos como inmortales pensando que ya tendremos tiempo"

Javier Iriondo

¿Tenemos que aprender a desdramatizar?

Sí, y a reírnos de nosotros mismos, eso libera mucho, cuando nos tomamos la vida demasiado en serio nos exigimos más de la cuenta y la vida ya es suficientemente dura y exigente por sí misma. Si aprendemos a reímos de nosotros mismos y a desdramatizar evitamos esa represión emocional de tener que ser perfecto y estar a la altura siempre, te libera de cargas.

¿Debemos destruir nuestros miedos?

Totalmente, antes de que ellos nos destruyan a nosotros porque son la gran mentira que nos contamos. Los peligros están y el miedo sirve para prevenirlos, pero el miedo de la sociedad moderna es al rechazo, a la soledad, al fracaso, al qué dirán…miedos psicológicos absurdos que crea nuestra mente, un semáforo en rojo que nos frena y nos impide avanzar porque nos roba energía y detiene nuestros propósitos. Cuando te atreves a enfrentarte a ellos compruebas que has estado sufriendo por nada y, enfrentarte a eso que temes te hace crecer, evolucionar y mucho más fuerte.

¿La vida siempre da una segunda oportunidad?

Siempre, a mí los golpes de la vida me hicieron tener que reinventarme, sin ellos no hubiese ocurrido nada de lo maravilloso que vino después, porque las adversidades te fortalecen y humanizan, te ayudan a apreciar más lo importante de la vida, te transforman. Las oportunidades están pero hay que crearlas, irlas haciendo en función de tu evolución y crecimiento, por eso siempre hay que estar aprendiendo hasta ser la persona capaz de conseguir lo que quieres o necesitas y si no lo consigues es porque igual no es tu momento. Necesitamos ser eternos aprendices en un mundo que evoluciona y cambia, porque si no te quedas obsoleto. Es cuando creces y aprendes cuando eres capaz de crear oportunidades, por eso hay que invertir en uno mismo, cuando tú estás bien, ves el mundo muy distinto, con más claridad y otra perspectiva.