Juan José Millás: «Estamos hechos a imagen y semejanza de los cuentos»
El escritor publica «Solo humo», una novela que es un declarado homenaje a las historias tradicionales que hemos heredado y donde reflexiona sobre la paternidad, la suplantación y la identidad de las personas
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«La lógica de la vida está copiada del cuento», comenta Juan José Millás. El escritor ha regresado con «Solo humo» (Alfaguara), un libro que principia con la fisionomía de la novela y acaba tomando el corte y el aliento de los cuentos clásicos. Narra la historia de Carlos, un joven de 18 años que nunca ha conocido a su padre y que al enterarse de su fallecimiento emprende la tarea de averiguar quién era. Millás despliega a partir de ahí un ejercicio de imaginación que aborda la identidad, las relaciones paternofiliales, la suplantación y la influencia de los cuentos, sobre todo los de los Hermanos Grimm, que acaban imbricándose con el texto. «Los cuentos nos han conformado. La realidad está hecha a imagen y semejanza de los cuentos. Algunos aducen que en ellos existe un grado de delirio que no existe alrededor, porque aparece la magia y las hadas, que consideramos delirantes, pero la realidad es también un delirio. Consensuado, por eso nos tranquiliza, pero delirio».
¿Por?
Si observa, como lector de cuentos, en la base de la realidad está la economía. El dinero. El dinero es un delirio. El dólar es un esperanto. Vas a cualquier parte del mundo y puedes desenvolverte con dólares. El mundo está invadido de dólares. ¿Y qué lo respalda? La fe. Antes existían las reservas de oro, el patrón oro, pero hoy en día no es así, es una fe, casi como la que existe en las religiones. Y sobre eso se construye toda nuestra realidad. Otro ejemplo, el metro. Es algo cotidiano. Pero ese viaje es un delirio. ¿A quién se le ocurrió excavar túneles y crear trenes para moverte en la ciudad? Cuando lo pienso, creo que es mentira. Es más, pienso que el metro está quieto y que lo que se desplaza es la ciudad.
"La imaginación es con lo que se intenta traspasar el decorado de la realidad"Juan José Millás
Le gusta la imaginación.
Es fundamental. La imaginación es con lo que se intenta traspasar el decorado de la realidad y ver lo que existe al otro lado. Es una vieja idea filosófica: qué hay detrás de la apariencia. Esta es la misión de un escritor. Ernesto Sábato dijo: «Un escritor es alguien que descubre que la piedra que cae y la luna que no cae es la misma cosa».
¿Qué cuento de hoy le da más miedo?
No soy un comunista que considere que debemos compartir el cepillo de dientes. Yo creo en la sociedad de mercado, pero entre una sociedad igualitaria y lo que vivimos en estos momentos hay términos medios, y que se han experimentado, como la socialdemocracia, donde existía un reparto más equitativo de la riqueza. El cuento que me fastidia es el del neoliberalismo, que vende que la riqueza tiene que estar repartida como está ahora mismo. Esa idea de que el individuo está por encima del grupo y que debe salvarse solo con sus propios recursos; este cuento dominante que, en el fondo, es la sociedad de mercado llevada hasta su extremo.
"Los hombres estamos llenos de prótesis mentales con las que intentamos suplir faltas, como el padre"Juan José Millás
Aborda la paternidad en este libro. Es el tema fundamental
Cuando uno no tiene padre, se lo inventa, y busca figuras paternas que la reemplacen. Igual que existen prótesis, una pierna mecánica, un ojo de cristal, también hay prótesis mentales. Los hombres estamos llenos de prótesis mentales. Con ellas suplimos faltas, como la del padre. Si nos fijáramos más, veríamos que abundan más las prótesis mentales que las físicas. Mi protagonista se ha tenido que construir una. Paulatinamente va ocupando él mismo el espacio del padre. Se quiere vengar de él porque ha sido mal padre.
Recoge el lado oscuro que existe en los cuentos.
Los jóvenes crecen ahora mismo con versiones adaptadas. Los cuentos de los Hermanos Grimm provienen de la tradición oral, de una época en que no se había inventado la escritura. En su origen, servían para los niños y los adultos. No eran solo para los más pequeños. Eran formativos. Cuando tienes hijos, los retomas y te das cuenta de que son brutales, que no concierne solo a los más chicos. También reparas en que son de una extensión muy breve, cinco o seis páginas. Lo impresionante es que sigan funcionando, que sean eficaces a pesar de los siglos que han transcurrido.
¿Y por qué cree que sucede eso?
Solo es explicable por su carga simbólica, que es pura dinamita. La Torre de Babel. Si atendemos a los ensayos y las historias que ha inspirado, cualquiera pensaría que ocupa la mitad del Antiguo Testamento. Cualquier que haya leído la Biblia sabe que ocupa apenas quince líneas. Es el sueño de cualquier escritor de hoy, que publicamos libros de doscientas páginas que a saber cuánto van a durar. En cambio, que un relato tan corto como este perdure durante siglos... Es muy difícil de desentrañar si no fuera por su simbolismo.
"Al aprender a leer, también aprendes a leerte"Juan José Millás
Hoy se adaptan los cuentos.
Los cuentos se han ido adaptando a los tiempos. Pero otra cosa es que se adapten a la imagen que tenemos nosotros del niño. Yo he leído la versión adaptada de «Cenicienta» a un chaval y luego la original, donde las hemanastras se quedan cojas y ciegas... y los niños siempre eligen la de los Hermanos Grimm, la versión que es más simbólica. Ahora tenemos el caso de Roald Dahl. Ya me gustaría a mí escribir esas historias. Hay que tener presente que si un cuento es bueno para un adolescente, también lo es para un adulto. Pero una cosa es que un relato evolucione a lo largo de la historia y otra es que las narraciones de Dahl, escritas ayer, se adapten a lo políticamente correcto. Esto se debe a la idea que tiene el adulto actual del niño. Lo que se hace con Roald Dahl no tiene nada de evolución orgánica. Es una operación quirúrgica.
"Si sacamos el lado perverso de los cuentos, estamos hurtando una parte de la realidad"Juan José Millás
A los niños les gustan los monstruos.
Nacemos con unos cuerpos, pero la identidad es como una aplicación informática que nos meten. Nos construimos a imagen y semejanza de los cuentos, de lo que nos gustó y lo que rechazamos de ellos, porque al aprender a leer, también aprendes a leerte. Cuando leí «Viaje al centro de la Tierra», yo estuve en el centro de la Tierra. Los monstruos son imágenes que me gustan. Hoy se pretende levantar una realidad sin ideas perversas. Se niega ese lado de la vida, pero la realidad es que suceden catástrofes. La novela moderna nace cuando surgen personajes complejos, que son buenos y malos. En los cuentos, esto está repartido en personajes. Los niños identifican su parte buena y malo con estos personajes. Si los sacamos, estamos hurtando una parte de la realidad. La estamos negando. Lo que sucede es que luego aparecen malos en la vida.
Es perjudicial.
El ser humano está hecho de estas cosas. Elegir no significa eliminar las partes perversas, sino tenerlas bajo control. La maldad hoy aparece en todas partes. Los cuentos lo decían. Los relataban contadores. Se contaban porque gustaban, porque eran buenos y eran representaciones del mundo. Y de esto va el arte: de describir el mundo. Con esos espejos, los cuentos, es con los que construimos la identidad y una ética y una moral. Por eso no debemos eliminar estas partes. Solo debemos tenerlas bajo control. Uno es libre para ser lo que quiera en la imaginación, pero no todo lo que se imagina se puede hacer en la vida real. Tienes que distinguir lo que puedes imaginar y hacer. La locura es que se rompa esa distinción y que se crea que es lo mismo imaginar que hacer.
Lo que decía antes.
Justo. No somos conscientes de que la vida es un cuento y que se ha construido como un cuento, como un relato.