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Julio Martí: «Un músico que no me saluda no viene al festival»

Esta noche en la Universidad Complutense arranca un evento con grandes estrellas como Elvis Costello, Kraftwerk, Serrat o David Byrne.
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Esta noche en la Universidad Complutense arranca un evento con grandes estrellas como Elvis Costello, Kraftwerk, Serrat o David Byrne.
Para Julio Martí, la música es una manera de vivir. Se ha arruinado un par de veces por traer a España maravillosos músicos que han supuesto una deliciosa insolvencia y un quebranto con Hacienda. Pero aquí está de nuevo para montar un cartelazo como el de las Noches del Botánico de este año: Elvis Costello, Kraftwerk, Joan Manuel Serrat, Jeff Beck, David Byrne, Little Steven & The Disciples of Soul, Bomba Estéreo entre muchos otros pasan en los próximos dos meses por el Jardín Botánico de la Universidad Complutense de Madrid.
–Madrid ha agotado la lluvia este año, estará tranquilo.
–Todos los años llueve un día por lo menos, pero no todos consigo cobrar el seguro. Hay que tenerlo siempre, pero a veces te piden unas cosas increíbles para cobrar. Nosecuántos mililitros, que se cancele en la primera mitad, que no se pueda reanudar...
–Y hay artistas que pegan una espantá.
–Yo gasto 20–30.000 euros en seguros cada año. Siempre se quieren escaquear de pagarte.
–¿Es un sinvivir de oficio?
–No, es lo siguiente. Y no te cuento de la reglamentación, que funcionamos con normas del sector de la construcción y con dos libros de texto, el nacional y el autonómico.
–¿De la construcción?
–Sí, son regulaciones draconianas que te dicen que si un escalón tiene medio centímetro de menos de huella, no te dan la licencia. Y es una escalera de seis peldaños. O te piden una rampa para discapacitados con una pendiente del 6 por ciento, y para subir dos metros necesitas una pasarela de 40. Y los baños de movilidad reducida, que te piden 80. Aunque sepas que, como mucho, van a venir 10 sillas de ruedas.
–Un poco disparatado.
–Mira, en nuestro festival no tenemos problemas de ruido, porque no hay viviendas, pero yo todos los años gasto 3.000 euros en una medición desde la Fundación Jiménez Díaz, que ni sé dónde está. ¿Cuántos rayos matan a alguien en Madrid cada año? Pues yo tengo un pararrayos de 4.000 euros. Y así todo.
–Hay gran precariedad laboral en el sector.
–La realidad con respecto a los músicos es que las altas tienen un reglamento del 83 que es un desastre. No puedes trabajar si no estás dado de alta, porque las inspecciones van a llegar. Esto solo pasa con los grupos nacionales. No sabes si están dados de alta pero la responsabilidad es del promotor.
–¿De alta como autónomos?
–Pues... ¿o como qué? Es que algunos artistas no pueden ser autónomos porque trabajan 20 días al año. Y no sabes cómo hacer. Es un tema recurrente.
–¿Y el resto del personal está bien pagado?
–Somos un trabajo temporal que se paga muy bien, que nadie se engañe. Tenemos inspecciones de todo tipo.
–Cuénteme cómo ha cerrado semejante cartel.
–La clavees que no buscamos nada que esté de modo, o efímero o del momento. Y por eso no competimos con el mercado. Buscamos la tradición o la historia. No queremos traer a Bruno Mars, y por eso convencemos con el enfoque del show. ¿Que el músico quiere tocar tres horas? Perfecto. ¿Que necesita una prueba de sonido de cuatro? Ok.
–El gran pelotazo es Kraftwerk, este sábado.
–Mira, es un buen caso de esto que te digo. Ellos vienen el día antes y, como proyectan imágenes en 3D, tienen que probar no solo el audio, sino el vídeo. Y hacerlo de noche. Así que el día anterior no podemos programar nada. Pero mira, encantados, que vayan a ver a Bruno Mars (ríe).
–¿Logra cosas por amistad?
–Tengo amistad con su agente. Nos conoce y le gusta el modelo. Nora Jones tenía una oferta para tocar en el Teatro Real el mismo día que en nuestro festival. Le pagaban mucho más, pero ella no quería tocar para una élite ni que sus entradas fueran a 200 euros. Muchos artistas tienen sensibilidad con su público y pierden dinero por ellos.
–¿No solo miran la cifra?
–No. Se habla mucho, pero la mayoría tiene un nivelazo humano espectacular. Hay cretinos, claro, como en todo.
–¿Negocian con ellos el precio del ticket?
–Claro. Tú enseñas el coste del show y el artista quiere entre el 80 y el 85 por ciento de la recaudación. Y llegas a un acuerdo de garantía o fijo mínimo en caso de que no llenes. Pero los grandes te dan el 2 o el 5 por ciento.
–¿No se gana mucho con este oficio?
–No. Yo lo hago porque me gustan los artistas que traigo y porque me apetece conocerles. Artista que traigo y que no me quiere saludar, no lo vuelvo a contratar. No quiero saber de alguien que viene y no quiere conocerme. Yo le quiero conocer a él y espero que por lo menos tenga la cortesía del saludo. Yo para maleducados no trabajo. Me han decepcionado artistas a punta pala. El mítico, el más maleducado de la historia de la profesión, Bob Dylan. Nunca lo traeré. Un tipo de 70 años que no da las buenas noches y no tiene humanidad...