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La segunda vida de Xavier Valls

Es el padre del primer ministro de Francia. El Museo Reina Sofía prepara una exposición de la obra de este gran pintor figurativo en Burgos para la primavera de 2015. Su viuda, Luisa, ya ha viajado a Madrid para organizar la muestra
larazon

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Mira a la cámara con un punto, escaso, pero uno, de desafío. Está sentado y levemente girado hacia la derecha. Viste de oscuro, con chaleco, como el auténtico gentleman que era y es, y sostiene entre sus manos una pipa. La fotografía que Lepolodo Pomés le hizo en 1985 es un retrato cuasi perfecto de Xavier Valls, una imagen en blanco y negro, elegantísima, que resume la esencia del pintor nacido en Horta, Barcelona, un 18 de septiembre de 1923. Su nombre, que puede sonar ajeno a algunos, está ligado a la tradición figurativa. Se ha escrito lo suficiente sobre él y se han llegado a emparentar sus bodegones quietos con la mejor tradición zurbaranesca. No es exagerado. Su obra está presente en las colecciones más importantes y cuelga de museos como el Reina Sofía, que posee media docena de cuadros suyos. La sala 427 aloja su obra junto a la de otros grandes del arte tanto españoles como extranjeros. Valls dialoga en las paredes blancas con las impresionantes fotografías de Diane Arbus, las obras de Darío Villalba y Luis Gordillo, Fahlström, Philip Guston, Raysse, Kitaj o Richard Hamilton, con cuya obra colorista «Flowers and shit» habla en silencio. «El Museo posee diferentes cuadros que se exponen con alternancia, pero no todos al mismo tiempo, pues eso no se hace nunca en un museo por problemas de espacio. Los cuadros, por cuestiones de conservación, se van rotando aproximadamente cada seis meses. Las condiciones de conservación son fundamentales y el equipo de restauración del museo considera que no deben estar colgadas más de entre tres y seis meses», explica Joao Fernandes, subdirector del centro y conocedor de la obra del pintor catalán. «Además, es una de las líneas que seguimos para construir nuestra colección, el rehacer. Las propuestas que nos llegan se discuten y se proponen determinados cambios», apostilla.

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