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El Picasso «de botín» ya duerme en españa

Un espectacular despliegue de seguridad custodió ayer desde Córcega hasta España la obra «inexportable» del genio malagueño, que fue requisada a Jaime Botín el 31 de julio cuando intentaba sacarla del país. El cuadro ha quedado depositado en el Reina Sofía, donde permanecerá mientras se resuelve el litigio
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Un avión de la Guardia Civil ha atrerrizado en torno a las 17,15 en el aeropuerto madrileño de Torrejón de Ardoz con la pintura, que ahora será trasladada al Museo Reino Sofía de la capital.
Sólo una combinación perfecta de factores puede lograr que, en medio de la «tiranía mediática» de futbolistas y políticos, una obra de arte acapare todo los focos a su llegada a Madrid, como si de una «rock star» se tratase. Y esos factores son dignos de un guión de cine: un cuadro de Picasso (el artista, no lo olvidemos, más «rentable» del mercado), un banquero de gran renombre (Jaime Botín, ex presidente de Bankinter), un barco en las costas de Córcega y un traslado espectacular en avión destino a España.
Empecemos por el final: «Cabeza de mujer joven», el Picasso valorado en 26,6 millones, durmió ya anoche en el Museo Reina Sofía, el lugar en el que permanecerá en tanto se dirime la disputa judicial que saltó a la luz pública el pasado mes de mayo. En aquellas fechas, la Audiencia Nacional prohibió la salida del país de este cuadro, al considerarlo «inexportable» por no existir «una obra semejante en territorio español». Sin embargo, desde mayo la pista de la obra se pierde, hasta que el 31 de julio la localizan a bordo de un barco atracado en Calvi (Córcega). El destino final: Suiza. Ésta es la segunda vez que Jaime Botín intentaba sacar del país esta obra con intención de venderla, tras solicitar permiso en 2012, a través de la casa londinense de subastas Christie’s.
La colaboración de la Policía francesa ha posibilitado el hallazgo y restitución a España de esta pieza que ayer regresó en medio de un despliegue con escasos precedentes. El servicio francés de Aduanas entregó ayer alrededor de mediodía «Cabeza de mujer joven» a una delegación española que viajó ex profeso a la isla de Córcega para inspeccionar la pieza y acompañarla de vuelta a España. En la aeronave de la Guardia Civil, junto a la obra de Picasso, viajaban agentes del Grupo de Patrimonio Histórico, personal de la Secretaría de Estado de Cultura, un funcionario del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos del Estado, un restaurador del Museo Reina Sofía y un especialista en manipulación y embalaje de obras de arte. Según confirmaron fuentes de la UCO a LA RAZÓN, el cuadro «venía embalado, pero se le ha cambiado por otro embalaje más sofisticado».
El avión aterrizó en torno a las 17:15 horas en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz, donde se activó un dispositivo de traslado de gran envergadura. En concreto, el camión que trasladaba el cuadro hizo su entrada pasadas las 17:45 horas en el Museo Reina Sofía, custodiado por seis furgonetas de la Guardia Civil, cuatro coches de Policía secreta, dos unidades motorizadas, numerosos agentes del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil, agentes de la UCO y efectivos que aguardaban en el acceso al recinto museístico, acotando el perímetro de entrada. Ante tal despliegue de efectivos, no es de extrañar que los aledaños se llenaran de curiosos que aguardaban la llegada de algún personaje importante.
El Museo Reina Sofía recibe este cuadro, en estado de «embargo preventivo», en calidad de «mero depositario» y en tanto se resuelva el contencioso y se dictamine (si así fuera) una incautación definitiva del mismo. Si eso sucediera, no es descartable que el Picasso acabe finalmente integrando los fondos del Reina Sofía, que cuenta con más de 30 pinturas del artista malagueño. Las autoridades han decidido que «Cabeza de mujer joven» repose en este centro museístico al tratarse de un centro de «referencia» en el que trabajan «los grandes especialistas» en la obra de Picasso y en su restauración. En ningún momento el cuadro será expuesto en este intervalo judicial, quedando custodiado en la sala de depósito y almacén, junto a otras piezas.
La historia de este cuadro se remonta a 1906, cuando Picasso lo pintó. Y aunque el cuadro es «español» en su concepción, fue adquirido por Jaime Botín en el extranjero, en Londres. En concreto, el hermano del fallecido Emilio Botín lo adquirió en 1977 a la galería Malborough Fine Art. Es en 2012 cuando Botín se encuentra con los primeros obstáculos para la venta del mismo en el extranjero. El ex presidente de Bankinter solicitó al Estado permiso para operar a través de la casa de subastas Christie’s y la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico denegó el permiso. Mediante esta solicitud quedaban claros dos extremos que luego han sido negados por Botín: que la obra es de su propiedad y su nacionalidad es española, según consta en la petición de Christie’s.
Desde 2012, las autoridades seguían la pista de esta obra hasta que el 31 de julio fue localizada en el yate «Adix», propiedad de Botín, atracado en el puerto deportivo de Calvi. En primera instancia, el abogado del ex presidente de Bankia declaró que el cuadro pertenece a una sociedad panameña y el barco en el que se halló navega con bandera británica. Sin embargo, las autoridades judiciales, que ya en mayo habían dictaminado la «inexportabilidad» de esta pieza, decidieron incautarse de la misma en virtud al artículo 29 de la Ley de Patrimonio Histórico, según la cual «pertenecen al Estado los bienes muebles integrantes del Patrimonio Histórico Español que sean exportados sin la autorización requerida». En espera de recursos que dilatarán a buen seguro el proceso, «Cabeza de mujer joven» aguarda en el Reina Sofía un destino definitivo.

Gósol o la llave de la modernidad

La principal característica que hace del cuadro «Cabeza de mujer joven» una pieza «inexportable» es que se trata de la única obra que hay en España de la etapa de Gósol de nuestro pintor más importante. Picasso sólo pasó tres meses en este pueblo leridano, en 1906. Un perIodo muy corto pero de importancia capital para el desarrollo del arte universal, ya que en Gósol, el malagueño experimentó con técnicas y colores que, poco después, serían reflejadas en obras magnas como «Las señoritas de Avignon».

Diez coches de policía para un «embajador» muy especial

Hacía tiempo que no se veía un desembarco tan efectista de una obra de arte en las dependencias del Museo Reina Sofía. Pero es que Pablo Picaso, cuyo «Guernica» regresó con honores de Estado a este mismo centro en 1981, es todo un «embajador» de nuestro país. Para que nada sucediera con esta pieza valorada en 26 millones, agentes de la Guardia Civil acotaron el perímetro de la calle de acceso al depósito del museo (imagen 1), donde entró marcha atrás –custodiado por hasta diez coches de seguridad– el gran camión que trasportaba el cuadro (imagen 2). Agentes de la UCO, conservadores y especialistas en embalaje y transporte supervisaron la llegada del cajón en el que se introdujo la pieza (imágenes 3 y 4).