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Las confesiones sexuales de Los Beatles: «¿Nosotros hicimos eso?»

La famosa y divertida batalla de almohadas entre los Beatles se produjo en el hotel parisino George V en 1964
La famosa y divertida batalla de almohadas entre los Beatles se produjo en el hotel parisino George V en 1964larazon

Últimamente no ganamos para sustos. El último nos lo ha dado Paul McCartney a la respetable edad de 76 años. Seguramente para aumentar el ruido promocional de su último (y estupendo) disco, «Egypt Station», el de Liverpool ha concedido un puñado de entrevistas con un puñado de tremendas revelaciones. Con la absoluta cautela que da el contexto promocional son, en cualquier caso, confesiones que nos llevan más allá de lo que necesitábamos saber.

Por ejemplo, sucesos como que «Macca» y Lennon se masturbaron juntos y que también lo hicieron en cuarteto, como las canciones. Bueno, las canciones no. Pero lo otro aparentemente sí, en este plan como si nada: «Estábamos todos en unas sillas y las luces estaban apagadas y alguien empezó a masturbarse y entonces todos lo hicimos», recordaba el artista en una entrevista a «GQ». «Estábamos todos mencionando alguna inspiración y alguien decía: ''Brigitte Bardot''. Y todos: ''Uuuuhh''. Y seguíamos, hasta que Lennon puso fin a la diversión cuando dijo: ''Winston Churchill'', comentaba aportando veracidad a la indescriptible anécdota. «Hay tantas cosas así de cuando eres joven que, cuando las recuerdas, te preguntas: “¿Nosotros hicimos eso?”, pero nos estábamos divirtiendo sanamente. No lastimamos a nadie. Ni siquiera a Brigitte Bardot», bromeaba McCartney, que también negó, para las mentes calenturientas, que participasen en orgías cuando su fama les habría permitido cualquier cosa. Sí que recordaba que una vez en Las Vegas le ofrecieron dos prostitutas y las aceptó. «Eso fue la más cerca que he estado de una orgía», aseguraba morboso el intérprete. Hay más: el músico se refirió también a que, aunque no recuerda exactamente, es posible que estuviera durmiendo en la otra cama de la habitación cuando George Harrison perdía la virginidad bajo una sábana. Y si no fue él, pudo haber sido cualquiera de los otros dos. Con este espíritu gratuito y confesional, el bajista también ha confesado que en una ocasión vio a Dios. En declaraciones al «Times», aseguraba que estuvo frente a una presencia enorme y luminosa, que se elevó delante de él fantasmagórica y abrumadora. «Sentí algo muy grande. Fue poderoso y maravilloso. Era Dios y yo me quedé petrificado», relataba su encuentro celestial, aunque de inmediato aclaró, tirando el misticismo por tierra, que «ese día estábamos colocados». En esa entrevista confesaba haber visto el espíritu de Linda McCartney, fallecida en 1998, en la forma de una ardilla blanca. Después de todo esto, uno se queda con ganas de decirle: «Venga Paul, cuéntanos otra».