Laura Falcó Lara se pasa a la novela negra
La escritora presenta hoy en Sevilla su nuevo libro, «Amanecer de hielo», un «thriller» policíaco con el que da un giro a su producción literaria.
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La escritora presenta hoy en Sevilla su nuevo libro, «Amanecer de hielo», un «thriller» policíaco con el que da un giro a su producción literaria.
«Me ha costado mucho, pero probablemente sea la más redonda de todas mis novelas y eso que la escribí en un momento poco cómodo de mi vida. Tuve que parar varias veces, algo poco aconsejable porque se pierde ritmo y cuesta coger de nuevo el hilo, pero todo se aprende, incluso el oficio escribir», dice Laura Falcó Lara de su nueva novela «Amanecer de hielo» (Edhasa), que hoy presenta en Sevilla. Esta vez se ha escorado desde el terror y el suspense hacia la novela negra, un «thriller» policíaco. Sandra conoce casualmente en Facebook al hijo de un compañero de trabajo que vive en Noruega. Viaja a Alesund para conocerlo sin imaginar que ese viaje se convertiría en su peor pesadilla. Dos días después de aterrizar encuentran a Eduardo asesinado, atado de pies y manos y con los genitales cercenados dentro de la boca emulando las técnicas de la mafia colombiana. Ella ha desaparecido.
«El suspense o el terror no necesita que las piezas del engranaje del reloj sean tan perfectas. La novela policíaca, en cambio, te obliga a ser estricta, que todo cuadre y justifique el porqué de las cosas que se van descubriendo, porque si no, patina la novela entera», afirma Falcó Lara. «Da igual que el género esté escrito por hombres o mujeres, aunque cuando una mujer asesina, es más sutil, se dedica más al veneno, es más retorcida. El hombre es más bruto, menos impulsivo. Se ve en cómo sucede el asesinato, una mente masculina quizá no lo hubiese pensado tan retorcido, sino más básico. De ahí que la protagonista busca que la posible culpable sea una mujer, no hubiera sido creíble que lo hiciese un hombre, incluso la policía se da cuenta que hay algo que, por mucho que intente de emular a la mafia, no cuadra». Y de nuevo, un inicio impactante, un poco gore, que marca el devenir del relato. «Es una constante en mí, porque si una novela no me engancha en las cinco primeras páginas, la dejo. Tendemos a escribir lo que nos gusta leer y si como lectora necesito esto, así trato de atrapar al lector, porque si no, se pierde. Intento que en cada capítulo pase algo porque es mi forma de vivir y de sentir la vida, necesito que suceda algo continuamente. Concentro mucho las acciones, pretendo que sea muy visual, muy movido».
a lo agatha christie
Un relato a lo Agatha Christie que, hasta el último momento mantiene en vilo. Al final, nada es lo que parece. «Es lo que quería –afirma–, como lectora, me horroriza cuando a mitad de la novela ya intuyes cómo acaba, los finales previsibles. Siempre intento dar al final algo que nadie espere, descolocar al lector con algo que sorprenda y nadie contaba». Y en medio se cuela entreverada una historia de amor, de sentimientos y emociones. «Creo –prosigue la autora– que en los momentos de mayor sufrimiento es cuando estamos más bajos de defensas y es fácil confundir sentimientos, que surjan historias de amor, sexo o, simplemente, la necesidad de cubrir una ámbito afectivo que está destrozado. Estos dos nombres están en un momento vital que necesitan cariño y amor ante las roturas de su vida». Casi todos los personajes viven solos, «son soledades dispares que se van encontrando por el camino, pero que viven esa soledad desde diferentes ángulos, unos buscada, otros encontrada. Todos la comparten física o emocionalmente».
La novela refleja dos culturas paralelas, dos mundos, el nórdico –más frío en todos los sentidos– y el mediterráneo. «La chispa por la que surgió es, como se narra al principio, cierta. Conocí por internet al hijo de un compañero de trabajo y me invitó a pasar unos días en Noruega. Nunca había estado en un país nórdico y me chocó todo, su paisaje, la personalidad de la gente, la frialdad... me sorprendió y pensé que sería un buen sitio para ubicar una novela que obligara a interactuar las dos culturas, por ahí surgió “Amanecer de hielo”». Por otro lado, da la sensación de que en ella, nada ocurre al azar. «Efectivamente, para mí es uno de sus temas fundamentales», afirma. «Pienso que los sucesos y las personas importantes en la vida de uno no son porque sí, es decir, creo más en la causalidad que en la casualidad. Todo nos ocurre por algo, tiene un motivo, nada es gratuito. Las cosas realmente significativas de la vida vienen cuando tiene que venir, entran en el momento justo porque detrás hay un aprendizaje, positivo o negativo, una enseñanza que a veces es dura y otras agradable. Por eso quise basar esta historia en las sincronías, por qué en el momento preciso aparece la persona que facilita que ocurra algo que de otra forma no hubiese ocurrido».