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Libros

Laurent Binet: «Reescribir la obra de un autor es peor que prohibirla»

El escritor publica «Perspectivas», un gran policiaco que reflexiona sobre la tolerancia y la libertad de expresión

El escritor Laurent Binet
El escritor Laurent BinetCristina BejaranoLa Razón

Laurent Binet ha creado una novela coral donde los personajes, lejos de emerger de las procelosas aguas de su imaginación, provienen de las páginas de una historia bien conocida: la Italia del Renacimiento. Los hábiles conductores de su relato son una serie de protagonistas conocidos por todos y responsables también del turismo masivo que cada año sufre Italia: Miguel Ángel, Cellini, Vasari... un relato policiaco, elaborado con una estrategia narrativa distinta, que ha titulado «Perspectivas» (Seix Barral) y ha acuñado con una materia prima original: el género epistolar. «Reconozco que mi megalomanía (risas) es uno de los motivos por los que he intentado cruzar dos géneros, confiando en ser su inventor, pero encontré una novela de Andrea Camilleri que funciona así. Por desgracia no soy su inventor», comenta el novelista, un autor que ha sabido enlosar su trayectoria con libros de relieve como «HHhH» o «Civilizaciones».

«En la novela policiaca es importante que el narrador no sea confiable y esta fórmula me permitía introducir doce o trece narradores de los que el lector podía desconfiar. Dejo al lector en una situación de paranoia». El escritor ha viajado al siglo XVI para fabular sobre un hipotético asesinato de Pontormo, uno de los artistas con mayor relieve y así introducirse en una época de enorme conflictividad política y moral. Es el momento de la Contrarreforma, la vuelta a una mirada más pacata y la censura de las libertades que habían impulsado el arte a las mayores cimas de su historia. «Los tiempos son duros para el arte, escribe Miguel Ángel en 1512. Sin embargo, sabemos que fue una de las mejores épocas para la libertad de expresión artística. La intriga se desarrolla en 1557, en la época del Concilio de Trento. Un momento con un ambiente muy crispado. Es una vuelta al orden moral y se habla, incluso, de destruir la Capilla Sixtina. Pablo IV está contra esa pintura y la homosexualidad. La Sixtina no fue destruida, pero Volterra tuvo que tapar con velo los desnudos». Binet añade cuál fue la motivación que lo animó a contar esta historia: «En Francia y el mundo actual aparecía una tendencia a reestructurar las obras de Agatha Christie y Roald Dahl. Ya no nos contentamos con censurar, sino que hay que reescribir los libros. Eso es espantoso para un escritor. Escribir encima de una obra anterior es mucho peor que prohibir esas mismas obras. Estamos en la misma situación que Miguel Ángel».

Binet recapacita sobre lo que sucede hoy y expresa su sorpresa y preocupación sobre el auge de la corrección política: «Es sorprendente que sea la izquierda la que se encuentre en posiciones parecidas a las de Pablo IV y abogue por reescribir, borrar, cambiar y tachar manifestaciones culturales. Aunque sea por buenas intenciones. Eso causa más daño que bien. Como no queremos ofender a nadie, censuras un libro. ¿Qué puedes decir luego a un gobernador de Texas que quiere prohibir una escena de amor de Shakespeare si los progresistas dicen que hay que suprimir esto y lo otro?». Binet cierra su reflexión argumentando: «Cuando se toca la libertad de expresión, hay que plantearse quién va a decidir lo que está bien o mal, quién decide lo que hiere o no. A mí también me hieren un montón de cosas. Esto es un problema absoluto, político, porque lo emponzoña todo y que, además, proviene de la izquierda. No debería ser ella la que tendría que estar en este debate».