Balas de tinta
«Al despertar, en lugar de verse convertido en un insecto gigante, cayó en la cuenta de que cada día suenan menos despertadores». Demoledora reflexión sobre los estragos del paro. Nacida de la pluma de Busutil en este ¿cuentario-columnario? Un terrible abanico compuesto por decenas de «crónico-relatos» que abordan la crisis con una mirada bélica, un tono comba+tivo, sin excusas y atento a la máxima de Kapuscinski: «Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante». Desempleo, recesión, crisis dolorosa, rescates, burbujas, evasiones, desahucios y héroes anónimos... Nada de todo ello le es ajeno a quien ha decidido retratar estos tiempos aciagos desde la única trinchera posible, la palabra, y con el verbo como único fusil. Un abrazo cordial entre periodismo y literatura.
Estamos ante una voz sobre el dolor de estos años tras el «tsunami» económico que, como todas las debacles, cuenta con sus víctimas, sus sombras y sus terrores. Paisajes después de la batalla, propagandas direccionadas y lucha. Sus palabras se convierten en una denodada resistencia, un faro, una suerte de «línea Maginot» por la que ya han transitado Hemingway, Fallaci, Rubén Darío, García Marquez o el mismo Kapuscinski. Por todo ello, cuando el cuentista sigue el disparo del periodista que vive una suerte de «Apocalypse Now» emocional, nacen estas páginas para ayudarnos a atravesar el «Puente sobre el río Kwai» reivindicativo.