La violencia vende y se premia
Hanya Yanagihara entrega una obra convertida en fenómeno editorial
Para entender este novelón resulta muy esclarecedor conocer un hito ocurrido en la infancia de la autora. Cuando tenía 10 años, su padre –un médico hawaiano que vivía en Texas– la llevó a presenciar una autopsia que, lejos de espantarle, a la pequeña Hanya le pareció algo maravilloso. «La enfermedad me fascina –dice–, lo que el invasor puede hacerle al cuerpo anfitrión... Me encanta descubrir hasta qué punto un cuerpo es capaz de protegerse a sí mismo, a toda costa. Lo duro que lucha por sobrevivir». Quien se acerque a «Tan poca vida» no podrá olvidar esta máxima, en tanto que deberá luchar denodadamente por resistir cada párrafo pero sin posibilidad de despegar los ojos del libro.
El argumento gira alrededor de cuatro amigos treintañeros, ex compañeros de piso universitario y con poco éxito profesional, a lo largo de varias décadas con pocas referencias temporales externas: JB, un artista negro, gay y egocéntrico; Malcolm, un arquitecto mestizo y de familia acomodada; Willem, un guapo muchacho del Medio Oeste que sirve mesas mientras espera que llegue su oportunidad como actor, y Jude, un brillante y atormentado abogado del que nadie sabe nada de su pasado.
La novela avanza morosamente desvelándonos las arritmias de esta amistad a cuatro bandas: los acercamientos y distanciamientos, los enfados y las reconciliaciones, los gestos de cariño y las traiciones; todo, para mostrarnos un acercamiento individual al carácter de cada miembro de la cuadrilla, siempre mediatizado por las adicciones, frustraciones y obsesiones. Avanzadas doscientas páginas se detiene el tiempo. El plano coral se cierra hasta centrarse en uno de ellos, Jude, cuya vida ha sido un continuo campo de batalla. No escatima, la autora, en detalles cuando describe sus episodios de autolesión que tienen su origen en un pasado que no comparte con nadie: abandonado de bebé en un cubo de basura, violado y vejado por los curas pederastas que le acogieron, carne de prostitución para los camioneros en su huida hacia la Costa Este, aquejado de enfermedades venéreas y mutilado por un psiquiatra sádico. Un hombre perseguido por sus fantasmas que ponen constantemente a prueba los vínculos del grupo, forzándolos a tomar decisiones difíciles y a realizar dolorosos análisis de conciencia.
- Sadismo
«Tan poca vida» es un monumento a la amistad masculina incidiendo en las aristas más oscuras y trágicas, que se interroga sobre su naturaleza y sus límites. Es necesario prescindir de la incredulidad ante tanta sucesión de degradaciones y crueldades a las que la vida somete a Jude, pero ahí reside el mérito de Yanagihara, al dotar la historia de verosimilitud en tanto que narra el sadismo en tercera persona, creando una cómoda distancia para el lector. Por todo lo dicho, o a pesar de ello, su prosa monocorde, aséptica y llena de meandros argumentales fue celebrada como una de las novelas más desafiantes y perturbadoras de los últimos años, convertida en bestseller en Estados Unidos, finalista del Man Booker Prize y del National Book Award y, sobre todo, reconocida como un fenómeno digno de estudio. La violencia del libro puede ser exagerada pero es que así lo quiso la autora con esta narración nada complaciente donde todo es desmedido: el amor, el dolor, la empatía, la compasión y, sobre todo, el horror. Será materia de estudio en las universidades.
Sobre la autora
Nació en Los Ángeles el año 1975, pero pasó su infancia en Hawai y viajó mucho por la profesión de su padre. Ésta es su segunda novela
Ideal para...
reflexionar sobre cómo el dolor no nos puede impedir vivir
Puntuación: 9