Historia

Crítica de libros

Las cartas del destino

Las cartas del destino
Las cartas del destinolarazon

Toda trayectoria literaria está ligada a la religión, la política, la sexualidad o la nacionalidad del autor, pero hay algunas vigorosamente cinceladas por tales condicionantes. Hijo legítimo de semejante caldo de cultivo se nos muestra Nevo en este libro, donde es capaz de narrar la relación entre la existencia individual y la historia colectiva de una nación. La trama de esta historia parte de un ritual muy arraigado entre los judíos: escribir deseos en tinta. Cuatro amigos se reúnen para ver el Mundial de 1998. Frente al televisor, uno de ellos, Amija, propone a los otros escribir tres anhelos para los próximos cuatro años. Los sobres los abrirán durante el siguiente torneo de fútbol en 2002 para comprobar quién ha alcanzado sus metas. Son jóvenes que frisan la llamada «edad del yeso», rondando la treintena, que es el momento en que se consolida el carácter humano. El desafío, que se desarrollará de forma aparentemente ligera a través de conversaciones, encuentros o anécdotas, pondrá a prueba la lealtad entre ellos así como la autenticidad de sus objetivos y el capricho con el que la vida jugará con ellos a través de insospechados meandros. Cada uno conseguirá aquello que el otro desea sin proponérselo. El autor nos avanza que uno de los amigos ha muerto, dejando esta obra escrita, y otro, es el receptor y editor de la misma. Una magnífica impostura que, además de ocuparse del devenir de los días, permite que la realidad política de un Israel en plena Intifada se infiltre en los planes de estos jóvenes.