Nueva York

Lennon, con las manos en la masa

Lennon, con las manos en la masa
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Una autobiografía novelada en dieciocho sesiones. O lo que es lo mismo: dieciocho sesiones en las cuales John Lennon cuenta cosas sobre su infancia, sobre sus vínculos familiares, sus mujeres, el vértigo de estar al frente de un grupo como los Beatles, su manera de ver el mundo y, sobre todo, su relación con Paul McCartney y Yoko Ono. Sólo que, en realidad, quien lo cuenta no es él, John Winston Lennon, el hombre nacido el 9 de octubre de 1940 y asesinado el 8 de diciembre de 1980 en Nueva York, sino un John Lennon que ha sido diluido en la pluma de David Foenkinos, el autor de esta breve autobiografía novelada en la que el creador de «In My Life» se convierte en narrador y protagonista de su propio relato.v«Se necesita un poco de divinidad en la sangre para vivir una vida como la mía», dice el Lennon de Foenkinos en 1975 cuando, «tras años de vagabundeos y de droga», se retira de los medios y de la música para ocuparse de su segundo hijo, Sean, que está a punto de nacer el mismo día que él pero con treinta y cinco años de diferencia. Así que Lennon, en unas sesiones que «tuvieron lugar entre el 21 de septiembre de 1975 y el 7 de diciembre de 1980, víspera de su asesinato a manos de un desequilibrado», tuvo tiempo de reflexionar, ante un interlocutor imaginario que no responde, «sobre la locura de su trayectoria».

Marcado por el «9»

Publicada en Francia en 2010, y ahora traducida al castellano por el escritor argentino César Aira, la novela de Foenkinos propone un recorrido bastante acotado por la vida de John Lennon. Tal vez porque parte de su biografía es prácticamente de conocimiento público o porque se trata de un personaje que, durante su carrera, no dejó de figurar en los medios y de dar muchísimas entrevistas, Lennon es alguien que pudo reescribir, de alguna manera, su propia historia. «Soy sólo un artista que hace una pausa, que se ocupa de su hijo y vuelve a verlo a usted porque le afectó la muerte de Elvis», dice Lennon, ya en1977. En ese momento está obsesionado con su propia muerte y con el lugar que ocupará junto a las estrellas del rock en el futuro. También por un número que, él considera, lo acompaña desde que nació: el nueve. «El 9 es decididamente el número de mi vida. Nací el 9, conocí a Yoko un 9, y podría darle una decena de razones por las que estoy persuadido de vivir mi vida bajo la influencia de ese número. Apuesto a que moriré un 9. Es el número del fin del ciclo. El número que anuncia el comienzo de una era».

Mito y leyenda, figura preponderante del rock de la década de los sesenta, este Lennon que ofrece Foenkinos mediante su relato no deja de ser, sin embargo, una interpretación libre y honesta de la vida de quien compuso la banda sonora de casi toda una generación. Lennon, en ese sentido, es un hombre alejado de las luces de la fama, un hombre que se acerca a los cuarenta años y que se desplaza en un ámbito doméstico, que hace pan, que convive con su hijo y con su pasado y que intenta dar una versión oficial de su vida, convencido de que una parte de él mismo cree que es un pobre diablo mientras que «la otra piensa que soy Dios.»

Sus padres (una mujer que lo abandonó por la vida nocturna y un marinero que nunca estaba en casa, un «ser egoísta, oportunista, insensato»), la crianza a manos de su tía materna, la muerte de su madre atropellada por un policía borracho, la soledad que sobrevino después («el abandono de una madre condena a un hombre a la soledad»), el encuentro con Bob Dylan, la rivalidad con los Rolling Stones («Cuando sacamos "Sgt. Pepper's", ellos sacaron "Their Satanic Majesties Request". Era casi el mismo concepto»), el nacimiento de su primer hijo («había cumplido con mi deber casándome, pero eso era todo») y la conformación de los Beatles como una forma de escapar de la soledad («La vida en banda permitía no seguir solo, no seguir enfrentando las situaciones de manera autónoma»), son algunos de los puntos más importantes de este libro escrito con canciones de Lennon como música de fondo y en el que también aparecen sus diferentes opiniones sobre Paul Mc.Cartney y la controvertida Yoko Ono.«¿Habría ido tan lejos sin él?, se pregunta Lennon sobre McCartney, con el que durante un tiempo estuvo distanciado pero con el que llegó a hacer las paces. «Es raro pensar que nos reconciliamos. Durante mucho tiempo pensé que no había retorno del odio que hubo entre nosotros», dice acerca de Paul, a quien conoció en 1957 y del que pudo separarse gracias a Yoko Ono. «Ella me salvó la vida. Hasta entonces había vivido en la incompletud de mí. Pero con ella había encontrado el refugio. Había encontrado la madre. Yoko es yo. Antes estaba ligado a los Beatles, eran mi verdadero matrimonio desde siempre, y ella me dio al fin la fuerza para divorciarme. Me tomó de la mano y me dijo: la vida está en otra parte». El día después de la decimoctava sesión, un 8 de diciembre de 1980 (según el huso horario, imagina Foenkinos, en Inglaterra ya era el día 9), Lennon murió.