Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Estos fueron los 5 autores literarios que obsesionaron a Albert Einstein

El autor de la teoría de la relatividad era un gran lector, tanto es así, que en una ocasión expresó: “Lo único que debes de saber, es la ubicación de la biblioteca”.
larazon

Creada:

Última actualización:

Sin duda, Albert Einstein es de los individuos más brillantes que jamás haya existido, algo que no llegó a ser de casualidad. El físico aprendió de las mejores mentes de la historia, como lo demuestra su voraz apetito por la lectura y su extensa colección personal de libros. En “Einstein para el siglo XXI”, los autores, Peter Galison, Gerald J. Holton y Silvan S. Schweber, explican que la biblioteca del famoso científico contenía “gran parte del canon de la época”, refiriéndose a la gran colección de libros alemanes. Entre estos se encontraban nombres como Boltzmann, Buchner, Friedrich Hebbel, dos ediciones de las obras de Heine, Helmholtz y von Humboldt. También había muchos libros de los filósofos Immanuel Kant, Gotthold Lessing, Nietzsche y Schopenhauer. Pero, ¿cuáles eran los autores favoritos de Einstein? Tal vez nunca lo sepamos, pero lo que sí sabemos es qué obras consumía una y otra vez.
Ernst Mach con “Análisis de las sensaciones”
El desarrollo de la teoría de la relatividad de Einstein fue, según él mismo admite, influenciado por el trabajo de Ernst Mach, un filósofo y físico austriaco del siglo XIX. En su “Análisis de las sensaciones”, Mach escribió sobre la naturaleza elusiva de los sentidos humanos y la mutabilidad del ego. El trabajo de Mach también incluyó críticas a las teorías del tiempo y el espacio de Newton, otra fuente de inspiración para las ideas de Einstein. De hecho, Einstein nombró una hipótesis que derivó de Mach como “Principio de Mach”: la idea de que la inercia se origina en una interacción entre cuerpos. En una carta de 1915 que le escribió a Moritz Schlick, Einstein explicó qué escritores influyeron en su pensamiento para llegar a la teoría de la relatividad: “También has visto correctamente que esta corriente de pensamiento [el positivismo] fue de gran influencia en mis esfuerzos, y específicamente E. Mach y mucho más aún Hume, cuyo tratado sobre la comprensión estudié con fervor y admiración poco antes del descubrimiento de la teoría de la relatividad. Es muy posible que sin estos estudios filosóficos no hubiera llegado a la solución”. No obstante, aunque reveló en la carta que el trabajo de Ernst Mach y David Hume inspiró su pensamiento, también se sabe que en años posteriores Einstein llegó a repudiar el trabajo de Mach y el positivismo en particular, la filosofía centrada en la lógica que rechaza la teología y la metafísica, manteniendo que toda afirmación racional puede verificarse científicamente y que el conocimiento “positivo” se basa en los fenómenos naturales y sus propiedades.
Miguel de Cervantes con “Don Quijote”
Leopold Infeld, quien trabajó con Einstein, escribió en su autobiografía “The Quest” acerca de cuánto amaba Einstein el clásico de Cervantes sobre el caballero Don Quijote: “Einstein yacía en la cama sin camisa ni pijama, con Don Quijote en su mesilla de noche. Es el libro que más disfruta y le gusta leer para relajarse...”.
Baruch Spinoza con “Ética”
Baruch Spinoza fue un filósofo judío-holandés del siglo XVII cuyos escritos sirvieron de base para la Ilustración y la crítica bíblica contemporánea. La “Ética” de Spinoza es una de las obras fundamentales del pensamiento occidental, que describe una cosmología completa y una imagen de la realidad, al tiempo que proporciona instrucciones para llevar una vida ética. El libro describe a Dios como el orden natural, siendo los humanos los “modos” de Dios. Todo lo que sucede, según el pensamiento de Spinoza, se deriva de la naturaleza de Dios. Este “panteísmo” de Spinoza era parte de la propia visión espiritual del mundo de Einstein, como le dijo al rabino Herbert S. Goldstein: “Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la armonía de todo lo que existe, no en un Dios que se preocupa por el destino y las acciones de la humanidad”.
David Hume con “Un tratado de la naturaleza humana”
Este libro, del famoso filósofo escocés del siglo XVIII, que buscaba comprender el vínculo entre la ciencia y la naturaleza humana, tuvo una gran influencia en Einstein. El logro de Hume de articular una filosofía científicamente moral atrajo al físico al igual que la idea de pasar de la especulación metafísica a los hechos que se pueden observar. También hubo una advertencia importante a esto, según Hume, que la observación por sí sola no puede comprender las leyes de la naturaleza. Esta implicación tuvo un profundo impacto en el desarrollo de las ideas contrarias a la intuición de Einstein.
Johann von Goethe
Quizás la parte más importante de la gran colección de libros de Einstein perteneció al autor alemán Johann von Goethe. El físico poseía las obras completas del autor en una edición de 36 volúmenes, junto con 12 volúmenes adicionales, así como 2 volúmenes de Óptica” (incluido un intercambio de cartas entre Goethe y Schiller), y otro volumen de “Fausto”. Einstein conservó un busto de Goethe y era conocido por citar al escritor a sus asistentes de habla alemana. En una carta de 1932 a Leopold Casper, Einstein escribió que admiraba a Goethe como “un poeta sin igual y como uno de los hombres más inteligentes y sabios de todos los tiempos”. Agregó que “incluso sus ideas académicas merecen ser tenidas en alta estima, y sus defectos son los de cualquier gran hombre”.