¿Cuál es el origen de la expresión "de pe a pa"?
El escritor mexicano Arturo Ortega Morán explicó que el origen de esta expresión es más antiguo que la imprenta
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Pocas veces nos paramos a pensar detenidamente en las palabras que salen de nuestra boca. Y es algo que definitivamente juega en nuestra contra, porque las palabras son una de las herramientas más poderosas con las que los seres humanos nos relacionamos con el mundo. Así que convendría que supiéramos con precisión por qué usamos las palabras que usamos. Y posiblemente, las palabras del español que más tienen que enseñarnos son las frases hechas.
Una frase hecha es una expresión que tiene una forma fija, que tiene un sentido figurado y que es de uso común para los hablantes de una misma comunidad lingüística. Locuciones como “A buenas horas, mangas verdes”, “Al pie del cañón” o “ser más feo que Picio” se utilizan constantemente y en todos los niveles socioculturales de nuestro país y del mundo hispánico. Y, sin embargo, pocas veces sabemos por qué las decimos. Sabemos cuál su significado, pero no sabemos por qué esas expresiones tan extrañas tienen esos significados tan concretos.
Por ejemplo, no sabemos quién era Picio y por qué su nombre se ha convertido en un sinónimo de algo o alguien feo o antiestético. Pero cuando la decimos, todo el mundo sabe que estamos hablando de que algo o alguien ha alcanzado unos niveles de fealdad sobresalientes. Otro buen ejemplo es la locución “por si las moscas”,... ¿por si las moscas qué?. En el artículo de hoy nos vamos a centrar en desentrañar cuál es el origen de la expresión “de pe a pa”:
Uno de los inventos que más ha influido en el transcurso de la historia ha sido la imprenta. Significó un cambio a nivel histórico y cultural sin precedentes en Europa además de un paso adelante hacia la modernidad. Hay que remontarse hasta el año 1440 y a la figura del alemán Johannes Gutenberg, pero no fue hasta el año 1456 cuando por fin vio publicada la Biblia en dos tomas de 324 y 319 páginas, imprimiéndose un total de 180 unidades.
Antes de aquella invención, los encargados de transcribirlo todo eran los llamados copistas o escribanos. En Europa durante la Edad Media los monjes fueron los encargados de ocupar esta labor manteniendo el legado escrito de la Antigüedad. Y su trabajo era reproducir a mano obras literarias, leyes y escritos de cualquier tipo.
El escritor mexicano Arturo Ortega Morán explica en un artículo de El Horizonte que, al terminar de copiar el contenido de uno de estos escritos, los copistas daban fe de que habían hecho una trascripción literal, fiel y completa del texto escribiendo “de palabra a palabra”. Al ser una fórmula que debían repetir una y otra vez, los escribanos empezaron a utilizar la abreviación “de P. a P.”.