Los secretos que mi mujer se llevó a la tumba
Óscar Martínez protagoniza la nueva cinta, entre la comedia y el drama, del sevillano Santi Amodeo.
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Óscar Martínez protagoniza la nueva cinta, entre la comedia y el drama, del sevillano Santi Amodeo.
Santi Amodeo (Sevilla, 1969) es uno de esos directores que barajan numerosos proyectos, pero a la postre solo pueden llevar a cabo uno cada tantos años. A pesar de ser un realizador influyente, con una sólida trayectoria, afronta cada filme como si fuese el primero y también el último. En ese largo ínterin entre sus películas, las ideas evolucionan y acaban convertidas en un material muy distinto al chispazo que los provocó. Así, «Yo, mi mujer y mi mujer muerta», data de los tiempos en que Santi Amodeo, por cosas de la vida, empezó a reflexionar sobre el duelo.
«Pero luego se fue formando un guión más comercial, lo he hecho conscientemente así, aunque intentando meter mis cosas de autor», confiesa. Además, ha colocado un pie en la comedia y otra en el drama, todo ello aderezado con humor negro, para intentar demostrar cuán poco conocemos a las personas con las que pasamos la vida. Aunque sea tu propia esposa.
Es lo que le sucede a Bernardo (Óscar Martínez), que acaba de perder a su mujer y que, a pesar de literalmente verla aparecer en su casa, se niega a cumplir su deseo de que sus cenizas sean enterradas en la Costa del Sol. ¿Para qué? Es cierto que ella nació allí y cada año iba en verano para visitar presuntamente a su hermana. Al final, Bernardo decidirá cumplir su deseo y, a medida que descubre la vida oculta de su mujer en España, traba amistad con un agente inmobiliario buscavidas (Carlos Areces) y una joven (Ingrid García-Jonsson).
«En la película hablo de lo poco que conocemos a los que tenemos al lado, pero es cierto que he intentado hacerlo con ligereza», asegura Amodeo, para quien ha sido un lujo contar con Óscar Martínez («El ciudadano ilustre») a la cabeza del reparto de esta coproducción hispano-argentina. Él es ese Bernardo narcisista y pagado de sí mismo que, incluso con su esposa ya muerta, es incapaz de aceptar que sus gustos reales fuesen tan diferentes a los suyos y los mantuviera ocultos durante tanto tiempo.
La Costa de Sol (y sus hoteles, sus gentes estrafalarias y sus excesos «flower power», a los que saca punta mediante la sátira el director) son el marco de una película que, a diferencia de lo habitual en la trayectoria del andaluz, no transcurre en Sevilla. El filme participó en el Festival de Cine en Españo de Málaga y se ha estrenado en Argentina con éxito, «gracias en parte al tirón de Óscar Martínez», añade Amodeo.
El fin de la «clase media» en el cine actual
Santi Amodeo emergió en el año 2000 junto a Alberto Rodríguez con «El factor Pilgrim», rodada en Londres y con dos pesetas. Cada vez le parece más difícil mantener unos estándares en la industria actual. «O hay películas muy caras o muy minoritarias. Se ha acabado de un plumazo con la clase media en el cine», asegura. El sevillano no descarta derivar también en el mundo de las series, ya que las plataformas están apostando por productos que en el cine ya no tienen cabida. Lo que será complicado es que vuelva a rodar junto a su amigo Alberto Rodríguez.