Marías: «Lo peligroso es la estupidez organizada»
Una reedición celebra los 25 años de «Corazón tan blanco», un fenómeno editorial inédito en las letras españolas que vendió 2,3 millones de ejemplares.
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Una reedición celebra los 25 años de «Corazón tan blanco», un fenómeno editorial inédito en las letras españolas que vendió 2,3 millones de ejemplares.
Fiel a su estilo como articulista, Javier Marías comenzó su intervención con un queja, un pequeño dardo a su editorial. Solo ha recibido seis ejemplares de la reedición que conmemora los 25 años de la publicación de «Corazón tan blanco», tal vez su novela más celebrada. Alfaguara, su editorial actual (la novela apareció en su día en Anagrama) le ha racaneado copias de la caja conmemorativa que llega hoy al mercado español. Un lanzamiento en dos volúmenes de la obra que, como recordaba ayer el escritor ante la Prensa, le permitió iniciar una carrera literaria y del que hasta la fecha ha vendido 2,3 millones de ejemplares.
La obra es un reclamo editorial, un «best-seller» literario que sorprende al propio escritor. En la edición de bolsillo, incluso apareció anteriormente una pequeña caja en la que se acompañaba a «Corazón tan blanco» de «Macbeth», la obra de Shakespeare de donde el escritor español extrajo la cita que da título a la novela. Pues con Shakeaspere en la solapa, con la imagen del dramaturgo en un alfiler de corbata prendido de su americana, hizo memoria sobre aquella obra: «Lo llevo siempre a la RAE –dijo en referecia al alfiler–. Para provocar, y porque le debo mucho a Shakespeare».
«Nada dura nada»
La recepción de la novela fue muy exitosa: «Me lo tomé con calma y con la libertad de hacer lo que quería. En tiempos en que nada dura nada... los libros permanecen seis meses y si uno va a la librería a buscar los de 2013, ya no se encuentran. La posteridad pertenece al pasado. Se creía en ella antiguamente. Hoy resulta ridículo pensar que, después de muerto, se le va a leer a uno. Dentro de 10 años ya será mucho», decía el escritor. Han pasado 25 años de aquella obra «que parecen como un siglo» en otro tiempo. «Pero aquí sigo. Aunque en su momento, el éxito me pareció un gran malentendido», señaló en referencia al entusiasmo con que el crítico literario y estrella televisiva Marcel Reich-Ranicki celebró su libro en un programa de la televisión alemana, después de haber sido rechazado por cuatro editoriales de ese país.
Para la presente edición, Marías no se ha releído. «Solo lo hago con unas pocas páginas, por razones utilitarias, cuando recupero un personaje. Pero no me releo, porque siempre me parece que escribía mejor antes. Es algo que me ha pasado toda la vida, de manera que me queda la sensación de que cada vez escribo peor». El escritor Juan Benet le preguntaba a Marías de que trataba la novela que escribía, «y siempre le decía que no lo sabía, aunque llevase 200 páginas. Era una broma entre nosotros. Pero aún hoy me sucede. Escribo sin plan, descubriendo las historias mientras salen. Luego los alemanes decían que mi obra estaba perfectamente trazada. Pero no es cierto, trato de que lo caprichoso sea necesario», comentaba. En la nueva edición, que incluye reseñas, un prólogo, y correspondencia, Benet le reprochaba –con mano izquierda– un «aroma a intriga». «La novela es la mejor manera que tenemos de reconocernos como seres humanos. Y no es un truco de mala ley contar una historia de personajes. Pero si a mí me han reprochado algo es falta de acción y exceso de reflexión», aseguraba el escritor, que admitió que, en el contexto actual, esa obra no habría tenido eco. «El lector es más impaciente y demanda más claridad. El libro trata temas como el secreto y su conveniencia, la persuasión y el matrimionio. Sé que aparecen mucho en mis novelas, pero no tengo queja por reiteración. Al fin y al cabo, a mí me gusta leer a Bernhard o ver a Hitchcock y Peckinpah, y saber que son ellos». La actividad de articulista de Marías le sitúa cada poco en el ojo de Twitter y otras redes. «Creo que hay cierto fanatismo. Hemos pasado de la estupidez de que toda opinión es respetable a que cualquiera pueda indignarse por una opinión. Igual que el crimen organizado es más peligroso que el crimen, la estupidez organizada lo es. Estamos viviendo una era de la tontificación de la sociedad, donde las opiniones de bar se amplifican al escaparate mundial».