París se viste de blanco y negro
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El blanco y el negro se impusieron en las colecciones para el próximo otoño-invierno de Dévastée, Anthony Vaccarello y Moon Young Hee.
El blanco y el negro se impusieron en las colecciones de "prêt-à-porter"para el próximo otoño-invierno de Dévastée, Anthony Vaccarello y Moon Young Hee, que se presentaron hoy en la jornada inaugural de la Semana de la Moda de París.
La pareja de diseñadores franceses Ophélie Klere y François Alary, alma de Dévastée, ha dotado de una sonrisa a las regaderas, carretillas, azadas e incluso a las tumbas que configuran los estampados bicolor de unos diseños divertidos y a contracorriente.
"Esta colección se basa en algo más cerebral que de costumbre", aseguró a Efe Klere, quien explicó que se inspiraron en elementos concretos de su región, el sudoeste de Francia, para crear unos dibujos que están presentes en el 70 % de las prendas.
Estas ilustraciones con un punto infantil resaltan gracias al contraste del blanco y el negro, únicos protagonistas de la pasarela. Como confirmó Alary, esta combinación es una característica propia de la marca que comenzó su andadura en 2004.
"En invierno, tenemos materiales abrigados y bastante gruesos", afirmó Klere antes de destacar la lana virgen y el terciopelo, que conviven con la seda en lo que ella define como tejidos "simples y nobles".
Las formas se desvanecen en sisas y tiros bajos, mangas francesas y pantalones pesqueros, camisas largas, zapatos planos y abrigos con cola.
Los guantes cobran especial protagonismo gracias a la colaboración de Dévastée con el guantero Causse, y los estampados imprimen rebeldía en unos modelos a diferentes alturas del brazo.
Anthony Vaccarello defendió unas prendas ajustadas en negro riguroso con destellos metálicos, en su desfile celebrado en los fastuosos salones del Hotel Salomon de Rothschild, en el exclusivo octavo distrito de París.
Bajo los frescos del techo y las lámparas de araña, las modelos vistieron minifaldas de cuero, pantalones pitillo, abrigos y boleros estructurados de lana.
Este desfile representa el pistoletazo de salida de la Made Fashion Week, una iniciativa importada de Nueva York que apadrina a talentos emergentes y que celebra su primera edición en París.
La asimetría se fue introduciendo en la pasarela y las faldas empezaron a alargarse hacia un lado y las mangas se estiraron en un brazo y se acortaron en el otro.
Los apliques metálicos fueron determinantes, ya sea en forma rectangular para dibujar cinturones, como en arandelas que construyeron tejidos de cota de malla que se erigieron en una camiseta, en mangas, en tirantes o en franjas diagonales que atravesaban el cuerpo.
La diseñadora surcoreana Moon Young Hee había roto el hielo al abrir la primera jornada de la Semana de la Moda de París con un desfile que se celebró en los salones del Hotel de Varengeville.
La mañana era fría y en este espacio de luz antigua y sofisticada, los drapeados y superposiciones en blanco y negro, con incursiones en crema y marino, fueron moldeando unos diseños voluminosos de formas rígidas.
"He continuado el trabajo que empecé la pasada temporada, con el vestuario masculino", aseguró a Efe la creadora, quien destacó su interés por mezclar "la poesía con la rigidez masculina", como demuestra la combinación de "abrigos, chaquetas y camisas de hombre sobre prendas más ligeras".
Los pantalones son de pata de elefante o subyacen bajo largas faldas, mientras que las gabardinas evolucionan hasta asemejarse a capas monacales.
La firma Ground Zero definió sus intenciones en su segundo desfile en el calendario oficial de París, en el que los hermanos Philip y Eri Chu apostaron por las mallas con torera en un otoño-invierno en colores flúor.
"Utilizamos muchos estampados para dar un sensación futurista", afirmó a Efe Philip Chu a propósito de las formas psicodélicas que se imprimieron sobre unos modelos que combinaron el neopreno con la lana, la seda o la organza.