Leiva: «Sería muy rancio mirar con desdén al hip hop»
Lanza «Cuando te muerdes el labio», álbum donde, a través de 14 canciones, rinde homenaje a Silvana Estrada, Natalia Lacunza, Daniella Spalla y otras protagonistas de «una generación musical extraordinaria»
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Crear es aprender, y esto bien lo sabe Leiva. Compone y canta para enriquecerse, para alejarse de cualquier molde y adaptar su música a los contornos que le conmuevan. Los sentimientos del músico ahora se cultivan en Ciudad de México, donde es testigo de una generación de mujeres de gran talento y prometedora carrera. Un universo creativo que al madrileño le ha cautivado, envuelto, hasta el punto de dedicarles «Cuando te muerdes el labio». En este nuevo álbum, disponible desde mañana, el que lideraba Pereza ha contado con la colaboración de artistas emergentes como Fer Casillas, Elsa y Elmar, Natalia Lafourcade, Zahara, Silvana Estrada, Daniella Spalla, Natalia Lacunza o Ely Guerra. Todas jóvenes, varias quizá no tan conocidas en nuestro país, pero que en México arrasan gracias a su forma de hacer música, de vivir, de cantar, de disfrutar, de crear y, en definitiva, de nunca parar de aprender.
¿Qué encuentra en México que no en España?
Hay una escena muy interesante. A nivel musical están sucediendo cosas que me conmueven mucho. Soy muy inquieto artísticamente y allí tengo una pandilla de compañeros y de compañeras, especialmente compañeras, artistas, que son amigas entre sí. Silvana Estrada, Ximena Sariñana, Natalia Lafourcade, Daniela Spalla... Me encanta estar con ellas, aprendo mucho, y me gusta ser testigo de una escena tan talentosa. El motor de este disco es haberme dado cuenta de que hay una generación muy poderosa, extraordinaria. En estos años que he estado viajando por Lantinoamérica, me he enamorado tanto de lo que he conocido ahí que mi próximo disco quería compartirlo con todas ellas.
¿Busca darlas a conocer?
Parte importante del disco son artistas muy emergentes. De hecho, cuando estuvimos grabando el disco, algunas no tenían ni primer álbum. No las he llamado por su dimensión, sino todo lo contrario. Me gusta servir de altavoz, para que la gente pueda acceder a ellas. Son buenísimas. Hay gente súper joven haciendo cosas muy interesantes.
En la canción «A medio centímetro», que canta con Ely Guerra, dice que «Uno es del lugar al que quiere volver», ¿es de Ciudad de México?
Ahora mismo sí, tengo mucha necesidad de estar allí. Me gusta, me encuentro. Es verdad que también tengo la posibilidad de tener una vida diferente a la que vivo aquí, porque allí soy una persona anónima, y eso te da muchas libertades. De hecho ese verso está escrito pensando en México.
¿Por qué solo colaboraciones femeninas?
Porque en todos estos años lo que más me ha ido conmoviendo e interesando musicalmente es un montón de artistas que están haciendo algo muy extraordinario. Un día en un avión me di cuenta de que el 95% de la música que escucho son todas ellas. Entonces me apetecía hacer un disco con ellas. Pero ha sido de una manera más orgánica que un alegato. Indudablemente, implícitamente tiene un mensaje muy feminista, pero no me senté como alegato. Se ha ido generando, porque verdaderamente creo que, allí por lo menos, quienes están cambiando el rumbo de la música están siendo ellas. No tengo ninguna duda.
¿El feminismo le es inherente?
No era una estrategia. Pudo ser un disco con algunos hombres y algunas mujeres. Pero me di cuenta de que con quien me apetecía hacerlo era con ellas, y no con ellos.
El sentirse anónimo en México, ¿le da más libertad?
No lo digo por que no me paren por la calle, sino porque llego a una cena y nadie sabe quien soy. Digo «hola, soy Miguel y hago música». Vivo en unos edificios de artistas en la Condesa, donde hay mucho pintor, y al fin y al cabo nadie tiene un juicio de ti. No vengo bajo un nombre que la gente conoce y eso genera que sucedan cosas diferentes a las que ocurren en España. Y eso al final se traduce en libertad. Partes más desde cero en las relaciones de amistad o artísticas. Eso es bonito y, para mí, rejuvenecedor.
¿Allí tiene más presente a la persona que al artista?
No hago la distinción, me parezco mucho, soy la misma persona. No tengo un personaje.
Las mujeres que colaboran en este disco son jóvenes.
Uno de los puntos importantes del disco es que no quería hacer uno de artistas consagradas ni que en la contraportada estén brillando sus nombres. El 95% de las artistas no las van a conocer, pero son las que me conmueven. No he llamado a Shakira, y no por nada, sino porque me ha interesado más lo que está sucediendo ahora.
¿Sus estilos musicales conectan con el suyo?
Algunos sí, pero en realidad el reto bonito ha sido encontrar un lugar común, porque musicalmente Silvana Estrada, por ejemplo, hace folclore de Veracruz. Natalia Lafourcade también tiene un poso de folclore importante. Igual estoy más cerca de Ximena Sariñana, Daniella Spalla... Pero el reto era encontrar un lugar donde pudiéramos hacer música juntos y que sonara natural. También es verdad que se suele hacer a la inversa, escribes un disco y luego piensas en a quién te gustaría llamar. En este caso, yo me he sentado a escribir ad hoc para cada una de ellas, y he buceado en su obra, la he escuchado y he escrito pensando en cada una de ellas. Eso ya genera que ellas se sintieran muy cómodas. Me decían que podrían ser canciones suyas, ese era el verdadero reto.
Esa escena musical, ¿no existe en España?
Sí. Es muy bestia lo que está sucediendo en la escena del hip hop, trap, a nivel hispanohablante. Hay un talento brutal. Por supuesto que hay una escena en la que estoy muy interesado.
Es un género con fuerza en las letras, sin melodía, y hay quien afirma que «no es música».
Eso es una gañonada, perdóneme. Hay muy poquitas cosas de reguetón que me interesen, por no decir casi ninguna, pero entiendo que haya un mensaje fuerte que le llega directamente a una generación y conecta. Me interesa más el hip hop, la gente que hace eso tiene un carácter musical, de textos y de actitud brutal. De hecho se han merendado a la escena indie, han arrasado. Ahora mismo lo que suena en Radio 3 y en las Mainstream es eso. Y han arrasado por derecho. En el momento en que un tipo de música, algo de cultura popular, conecta con la gente, tiene todos mis respetos. Ahora hay mucha industria detrás del reguetón, pero eso empezó en la calle, y eso me genera a mí cuanto menos curiosidad.
Hay miedo hacia lo nuevo.
Y hay que entenderlo. Cuando yo estaba con Pereza en 2007, los que llenábamos los sitios de 20.000 eramos los que hacíamos pop rock. Ahora mismo, los que llenan es la chavalería haciendo esto. Y sería muy rancio mirarlo con desdén. Al contrario, hay que enterarse, acercarse y aprender.
En la canción «Premio de consolación» hay un extracto de un poema de Neruda.
Hay un catalán que hacía algunas cosas en francés de Neruda, lo vi en Youtube y me encantó. Justo estábamos grabando la canción con Natalia Lacunza, y le pregunté, totalmente azaroso,si hablaba francés, y me dijo que sí. En ese momento decidimos que recitara a Neruda, y salió. Fue suerte.
En el tema «Stranger things», que canta con Zahara, dice que hay un montón de lava por el suelo, ¿premonitorio?
Sí (ríe). Cuando lo compuse me refería a ese momento en que está todo tan mal que parece que en cualquier momento va a empezar a entrar lava en el salón. Y ahora es una imagen que tenemos casi como algo cotidiano.
Lo increíble ya nos parece normal...
Es una locura lo que está sucediendo y cómo nos acostumbramos a todo. El primer día veíamos esa masa destruir, y era alucinante. Ahora ya estás comiendo y viéndolo en el telediario. Es increíble cómo nos acostumbramos, es una pena. Alucinante que esta gente ha vivido la pandemia y les está tocando este infierno. Confinados otra vez, sin trabajo, sin casas, sin recuerdos... Yo estoy muy compunjido. Me doy cuenta de la dimensión. Qué puto delirio, qué psicodelia, que un volcán esté destruyendo y haciendo desaparecer vidas. Muy fuerte.
Ahora toca la gira.
Sí, empiezo el 12 de mayo en Ciudad de México. El 1 y el 5 de junio toco en el Wizink Center de Madrid. Y estaré dos años de gira. El primer será de presentación y el siguiente festivales. Suelo girar un año, pero después de la pandemia... Como «Nuclear» se vio truncado y tuve que suspender, este año me mola salir a la carretera. Me ilusiona mucho.