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Leiva, bomba “Nuclear” de emociones en Madrid

Cierra en el WiZink Center de Madrid su año más exitoso en solitario

Leiva
Leivalarazon

Tras la separación de Pereza, Leiva pasó de llenar pabellones a conformarse con salas de pequeño aforo. Miguel Conejo Torres (Madrid, 1980) se convirtió en un desconocido que publicaba canciones en solitario que estaban lejos del rock canallita y vacilón que le dio la fama y que se acercaban más a un formato de cantautor rock que a veces buscaba la gloria del pop con grandes orquestaciones y otras se quedaba en el formato clásico y los estribillos pegadizos. Sin embargo, a base de buenas canciones como toda fórmula secreta y un poco de paciencia, su ascensión ha sido imparable. «Nuclear» es su cuarto disco de estudio, el que le ha llevado a superar el estatus de la banda que le hizo famoso primero. Lo de Leiva tiene además otro mérito: ha sido capaz de alcanzar el número uno de «Los 40 Principales» (lo ha sido varias veces, con «Terriblemente cruel», «Superpoderes» y «La llamada», por ejemplo) y formar parte de carteles de festivales tan multitudinarios como el Arenal Sound o el Mallorca Live Festival.

No solo eso: durante el año que viene, será parte del WarmUp Murcia 2020 junto a Kraftwerk y Hot Chip y también está confirmado para eventos tan diversos como el Vive Latino, Sonorama Ribera, Granada Sound y Portamérica, lo que confirma un proceso de apertura de miras en las programaciones de los festivales en España y que el público respalda la mezcla de géneros y estilos. Algo ha cambiado definitivamente en los festivales, que antes se regían por el molde del «indie» y ahora han eliminado la barrera de lo «comercial».

«Milito en las canciones»

La mayor parte de las buenas noticias se las ha traído «Nuclear», un disco intenso y descarnado que en entrevista con este diario Leiva describía como un corazón que se va decapando hasta llegar a su centro, al núcleo. Un trabajo con algo de conceptual que basa su fuerte en la artesanía de las canciones: «Bueno, yo no soy un buen cantante ni ningún crack escribiendo ni un virtuoso en ningún aspecto. Lo que me exige mi público son canciones y yo no puedo hacer trampas y maquillar mis carencias con una voz flipante, pero sigo militando en las canciones», señalaba a este diario. Aunque el fuerte del artista sea el directo, este último trabajo ha conseguido ubicarlo en la categoría de Disco de Oro.

También es un trabajo sincero, sin personajes rockeros que escondan la verdad. «En este álbum he empezado a asumir quién soy y a estar tranquilo con ello. Es un disco sano, escrito con cero resentimiento y que me ha permitido acceder a lugares cerrados», explica Leiva, que por primera vez se atrevió a mencionar en una canción a su hermana o a su padre, por ejemplo, en «Costa de Oaxaca», que «escribí después de trabajar con Sabina un año entero». Y es que Leiva, además, ha cumplido algunos de sus sueños, o más bien ha saldado una especie de deuda con sus maestros. Fue elegido por Johnny Cifuentes de Burning para producir el último disco del legendario grupo, aunque la aventura no salió del todo bien.

Mejor suerte corrió su colaboración con Joaquín Sabina en «Lo niego todo», el que es hasta el momento el último trabajo del jienense. Por si no habían sido suficientes parabienes, en 2018 Leiva ganó un Goya a la mejor canción original por «La llamada», que más que una banda sonora era pieza angular del argumento de la película de Javier Ambrossi y Javier Calvo. Lo único que parece que no volverá a suceder, al menos de momento, es la reunión de Pereza, que se separaron en 2012 asegurando que era una cosa temporal.