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Andres Suárez sube la persiana

El gallego, uno de los nuevos nombres de la canción de autor, publica «Mi pequeña historia», que presenta en Madrid en acústico el día 26

«Me miro menos el ombligo, me he liberado», dice Suárez
«Me miro menos el ombligo, me he liberado», dice Suárezlarazon

El gallego, uno de los nuevos nombres de la canción de autor, publica «Mi pequeña historia», que presenta en Madrid en acústico el día 26

La suya comenzó siendo la historia de un hombre y una guitarra. Su Ferrol natal y Santiago de Compostela fueron las ciudades de sus primeros acordes, y hace ocho años los trajo a Madrid para tocar en el Metro, en el Libertad 8, en la sala Galileo, y ante cualquier micro abierto. Eso sí, a pesar del ruido de la capital, sus canciones nunca perdieron ese toque de sal, mar y roca, pues, como dice Andrés Suárez, «es imposible que un gallego pierda el norte». Hace tres años que su guitarra, ella, «porque la música es mujer», está acompañada por una banda, la misma que grabó en directo el último éxito del panorama de la canción de autor en España, «Moraima», un trabajo que lanzó su carrera, y con el que llegó a llenar, siendo un desconocido para el gran público, el Palacio de Vistalegre. Sin embargo, el multitudinario concierto no fue bien recibido por algunos de sus seguidores, que preferían seguir siendo los escasos conocedores de un secreto musical bien guardado: «Hay quien me escribe que ya no me verá más en directo por haber tocado en Vistalegre. Me dan ganas de decirle a esas personas que en realidad tampoco eran seguidores reales antes de eso, no es un público al que quiera porque no les parece correcto que me vaya bien», asegura. Ahora, recién fichado por Sony, publica «Mi pequeña historia», nuevo trabajo que presenta, en formato acústico, el próximo 26 de junio en la Sala Joy Eslava de Madrid, con todas las entradas agotadas.

Sonido de banda

En el álbum se incluyen canciones que ya había presentado a su público en los conciertos como «Si llueve en Sevilla», «Dublín» o «Te doy media noche», temas a los que les ha dado un nuevo sonido, «más británico, con las guitarras de Jan Ozveren delante y la batería más comprimida y más fuerte», explica Suárez. Esto, el «partir del sonido de la banda», y dejar a un lado el formato guitarra y voz que le dio a conocer, ha sido objeto de críticas por ser, supuestamente, comercial, pero él lo deja claro: «Ni la discográfica ni mis ‘‘managers’’ ni mi editorial entraron en el estudio de grabación, lo hice yo con la banda. Es el mejor disco de mi vida, el más crudo, el más sincero, y por lo tanto en el que más me desnudo, en el que soy más yo, en el que mejor-peor lo paso, y en el que más vulnerable soy. Son 11 historias reales que me hicieron llorar cuando escuché el CD de arriba a abajo, y nunca antes me había pasado eso».

Sin embargo, las opiniones descontentas no harán cambiar al cantautor: «Mucho me temo que, pese a quien le pese, incluso a mi casa de discos, voy a hacer lo que me dé la gana siempre, como Bob Dylan o Glen Hansard, que para mí son referentes. Eso es lo que he hecho con este disco: lo que he querido. Qué cómodo, qué cobarde, y qué vendido sería si por publicar ‘‘Moraima’’, un disco que vendió muchísimo, hubiera hecho Moraima 2, 3 y 4. Se me caería la cara de vergüenza, pero dime si no conoces casos de gente que saca diez discos iguales. Yo lo respeto, pero a mí nadie me va domesticar y decirme cómo sacar mis discos».

La razón principal por la que ha dejado atrás sus trabajos anteriores es porque «no me veía haciendo un tercer disco en el que hablara de que ‘‘estoy solo y me abandonaste’’, porque ya no estoy en ese punto, no me da la gana estar deprimido como en “Cuando vuelva la marea” y “Moraima”, en las que bebía más de lo que debía, dormía poco, y escribía con la persiana bajada, llorando por algo, ya ves qué original: una ruptura como la que todos hemos vivido. He evolucionado, me miro menos el ombligo y me he liberado de esa autocompasión y autoflagelación». A pesar de todo, su historia no ha dejado de ser la de un hombre y una guitarra: «Quiero irme con la banda de gira, algo que no he hecho porque no me lo podía permitir económicamente, pero seguiré haciendo conciertos solo con mi guitarra y tocaré “Más de un 36”, “La vi bailar flamenco” y “Hace 320 días’’». Lo comprobarán, el jueves, quienes hayan conseguido una entrada.

Dedicado a Robe Iniesta

Afirma Andrés Suárez que «este disco está más ligado a mi forma de crear y a mis influencias, que van desde El Drogas, Platero y Tú, Rosendo o Leño, a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Antonio Vega o Enrique Urquijo. En el libreto que acompaña el CD pone: “A mi tesón, mi fuerza y mis ganas de luchar por conseguir tocar algún día con Juan Luis Guerra, Robe Iniesta y Joaquín Sabina”. Ése es mi sueño, y si puedes soñarlo, puedes hacerlo; no pararé en el intento, ese día me podré morir tranquilo». Especialmente tiene como referente al líder de Extremoduro: «Robe es dios y le rezo los domingos; es la persona que más me influyó musicalmente y personalmente». Aunque no es menor la admiración que siente por Sabina, «el mejor escritor de todos los tiempos», con quien comparte un ideal de vida: Sabina dijo «vivo tan intensamente que es normal que esté lleno de cicatrices». «Yo acepté el trato, me encanta llevar el corazón por fuera y luego pagar las consecuencias. Prefiero vivir sin condón», afirma.