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Música

Barry B quiere dejar de huir

El músico de Aranda de Duero publica «Infancia mal calibrada», un EP que mira al pasado para hacer las paces consigo mismo

Dice el tópico que a veces hay que tocar fondo para subir alto, que un buen golpe ayuda para encontrar la dirección correcta. Gabriel Barriuso García (Aranda de Duero, 2000) tuvo un accidente de automóvil que que cambió su vida radicalmente. Pasó de estar a punto de convertirse en ingeniero a lo más opuesto en el universo: ser uno de los músicos jóvenes más prometedores de la escena «underground». Convertido en Barry B (pronúnciese libremente la b en castellano o en inglés) y fichado por la multinacional Universal, publica hoy el testimonio de un pasado del que no puede escapar, al que siempre vuelve, pero con el que cada vez está más en paz. Gracias a escribir sobre ello, su infancia mal calibrada, título de su nuevo EP, se ha convertido en un puñado de canciones fantásticas, una mezcla única de estilos que beben del rock de los 90 y de la estética más contemporánea.

Gabriel explica con llaneza lo que es crecer en Aranda de Duero: «Alcohol a prematura edad, trabajando siempre, grupo cerrado de amigos, veranos en el río». En la cuna del festival Sonorama, el resto del año quedan las fábricas y mucha comida. Creció en una familia «muy musiquera», se educó en los ritmos de Arctic Monkeys, The Strokes o Led Zeppelin y militó en alguna banda local. «Pero no tenía ninguna orientación. ¿Hay que hacer la carrera? Se hace ¿Hay que trabajar? Vale. ¿Echar una mano en el restaurante de mis padres? Lo que sea, para pagar los estudios». Vocaciones, ninguna. Así llegó la viñeta del «crash, pum» de esta historia. «Tuve un accidente bastante tocho con el coche. Estaba celebrando las notas de la carrera y que había salido becado. Y la lié con el coche. Iba a ir becado como ingeniero de IT a México, pero el requisito era tener carnet y no tener antecedentes. Y a mí me quitaron el carnet y me colocaron antecedentes. Perdí la beca. Vuelta al restaurante y a Aranda. Y empecé con la música para desfogarme», explica con franqueza. Así empezó en la carrera que le ha puesto de triunfador en el último Sonorama y que le enfrenta a dos Rivieras en Madrid (7 de noviembre y 6 de diciembre). «No le recomiendo a nadie por lo que yo pasé –dice sonriendo–. Tus padres pierden la confianza en ti y eso es duro. Pero es verdad que ese verano trabajé un huevo y pagué todas las multas y todo rápido. Me hizo clic la cabeza».

Grabó un día un tema, «Kit Kat», y el tema llamó la atención de Sony. Gabriel se mudó a Madrid para empezar una carrera y entró en contacto con una escena independiente que estaba cambiando la música en España y que forma una escena cohesionada. Después llegó «Yo pensaba que me había tocado Dios» con Carolina Durante y, después, «Chato», su primer largo. Con un estilo propio, híbrido de diversas referencias, llegó hasta un millón de oyentes mensuales en Spotify.

El tormento

En el tema con Carolina Durante, Barry B canta que huye de sí mismo, igual que en «Chocolate Axe», tema de su nuevo EP. «Sí... es que cuando algo me raya, me piro. Pero ahora pienso que es mejor enfrentarse a las cosas, aunque pese. Es mejor eso que estar toda la vida huyendo», reconoce. «He llegado al punto que pienso: ‘‘vamos a perdonarnos un poquito. Vamos a poner el karma en la balanza y saber a quién perdonar y a quién agradecer las cosas». En «Infancia mal calibrada» habla de «la mirada traumada / el alma de un infeliz». ¿En qué sentido le faltó calibrar su infancia? «(Piensa) Siempre he tenido el apoyo de mi familia pero yo... sentía una constante por huir de la casa, estar más en la calle, una movida. Nunca he hecho caso a nadie que tuviera autoridad sobre mí, tenía que rebelarme. Y, de alguna manera, eso me ha metido en estos líos», sonríe. Así llegó Barry B, para liberar a Gabriel. «Yo estaba trabajando de ingeniero y era el chaval más sumiso y lameculos. Tenía que hacerlo: ser un ingeniero calladito que vendía cosas que no sabía ni qué eran. Y cuando surge Barry, me teñí el pelo. Simplemente porque ya no tenía jefes». Si ahora la cosa va como parece y triunfa, ¿podrá Gabriel quitarse el tormento? «Yo creo que todos lo tenemos dentro y que hay que enfrentarse a ello. Tener éxito no quiere decir que te libres de ello. Solo que tienes más medios para enfrentarte».

Guitarras de los 90 y electrónica de club

►En «Infancia mal calibrada» las guitarras de los 90 suenan como debajo del agua, las melodías emergen y se amortiguan, se entremezclan con sonidos callejeros y reverberan con ecos y «delays». Otras veces , como en «Monster Truck», el peso lo lleva la electrónica más zapatillera. «Escuché ‘‘Brat’’ (de Charli XCX) y quise hacer algo así», explica Barry B. «Me está dando muchas alegrías».