Irlanda

Benicàssim, otras dos décadas más

A The Libertines les costó encontrar su sonido en su concierto
A The Libertines les costó encontrar su sonido en su conciertolarazon

Oor otros 20 años , ésa es la promesa de los organizadores del Festival de Benicàssim, que ayer echó el cierre en una jornada final con Paolo Nutini y M.I.A como platos fuertes, y una asistencia en la línea esperada. 30.000 personas por jornada pusieron nota a una edición histórica, más por el aniversario que se celebraba, 20 años del festival, que por la brillantez de los directos. El director del certamen, Melvin Benn, escenificó una total sintonía con las instituciones locales. «Éste es un festival con mucha historia y queremos seguir haciéndola con él. Queremos seguir creciendo», dijo. Según los datos oficiales, y aunque la percepción pueda ser otra, el 55% de los asistentes era de Reino Unido e Irlanda, mientras que el 40 por ciento siguiente han sido españoles y el 5 restante del resto del mundo.

La segunda noche del FIB arrancó con unos Manic Street Preachers en estado de forma. Clásicos como «Futurology» y «Show Me The Wonder» hicieron pedagogía entre un público cada año más joven. Lilly Allen hizo su aparición en un atrezado decorado con biberones gigantes y un cuerpo de bailarinas con careta de perro. La británica se metió al público en el bolsillo con un show perfecto y una banda de músicos espectacular. Tiene mérito lo que ha logrado el festival, convertido en un buffet en el que cabe desde el pop de masas a los grupos punk rock underground del entresuelo español. El público del FIB es de una genealogía que disfruta por igual de Paul Weller y Lilly Allen, que ayer se ganó un hueco por méritos propios. Cantó mientras se hacía un «selfie», y dedicó un corte de mangas al público antes de interpretar «Fuck You». «Shhezus», «Smile»y «Somewhere Only We Kno» fueron los mejores momentos. The Libertines empezaron su concierto como si los años separados les estuvieran cobrando factura. Sin embargo, tras calentar las gargantas, el sonido mejoró, aunque la calidad y la calidez de sus canciones punk-rockeras se hicieron notar en las antípodas del pop de chicle de Allen. Con «Vertigo», «Cant Stand Me Now» y la versión de Babyshambles «Albion» y «What a Wasted», vencieron por pura rabia. Coraje le faltó a Cat Power, que tenía todo a su favor por el horario estelar y la ausencia de competidores, pero no rentabilizó la oportunidad. El festival ha encontrado su modelo en la libertad estilística y ha abdicado del «indie» que en otros años causó polémicas absurdas. Que sea por otros 20 años más.