Blake, rap y sentimiento
El rapero de Salamanca debuta con “Visceral”, un álbum marcado por la pérdida de su abuelo
El rapero de Salamanca debuta con “Visceral”, un álbum marcado por la pérdida de su abuelo
Llevaba muchos años escribiendo en casa, rimando con su grupo, Gran Calibre, pero sin saber muy bien hacia adónde se dirigía. Algunos cortes en internet ya anunciaban que había un talento en la periférica Salamanca, pero a Blake le faltaba un impulso. Después de un año que describe como “de rabia y melancolía”, un suceso le empujó definitivamente a hacer canciones. Fue el fallecimiento de su abuelo, con el que tenía una estrecha intimidad, lo que empujó a Blake a escribir las canciones de “Visceral”, su álbum de debut, publicado por el sello BOA, al que presentan como una de las voces más prometedoras del hip hop en España.
“La verdad es que el disco es puramente eso, una introspección vital. Y me gusta que sea así, estoy muy contento con eso. Yo también puedo escribir temas de vacilar, pero por esa circunstancia saqué todo lo que tenía”, comenta sobre el trabajo. “Mi abuelo era como mi segundo padre y cuando falleció estuve una semana sin ser capaz de escribir ni apenas de reaccionar. Pensaba en él, en su imagen y eso me removió. Tenía que ser sincero, sacarlo. Me costó mucho porque a veces es difícil describir lo que sientes, pero creo que es lo más honesto que puedes ser en música”, explica. Con su abuelo compartía la música, las rimas que iba escribiendo. “Sí, es gracioso, porque se paraba a escucharla. Venía a veces a casa con un pen-drive y yo le pasaba las canciones. Él iba diciendo a quien se encontraba que su nieto era rapero. Y para mí significó mucho, porque mucha gente mayor no se toman la molestia o el interés. Compartíamos muchos momentos”, explica.
Las emociones salieron del tirón pero después hacía falta un aprendizaje, entrar en la liga profesional del hip-hop. “Siempre he trabajado sin medios y esto ha sido otra liga”, comenta Alejandro Cabrera, nombre real del artista, que ha incluido algunas bases que huelen a flamenco o música árabe, igual que su fraseo. “Siempre me ha gustado esa entonación, desde pequeño. El flamenco y la música árabe despertaron algo en mí, y yo antes más que rapear, cantaba. Creo que el rap permite mezclarlo todo, en contra de lo que algunos piensan , como si fuera un mundo cerrado. Hay que jugar con todo lo que se quiera y te emocione. Eso es lo que yo intento hacer, y esa mezcla es como mi universo personal. Intento no cerrarme y sobre todo, no juzgar. Si te gusta algo, es perfecto”.
La escena de Salamanca ha ido creciendo, pero durante mucho tiempo, los raperos de la zona estaban contados. Hay un municipio a las afueras de la capital charra, Santa Marta, donde Blake se reunía con gente que escribía rimas. “Ahora ha crecido muchísimo. Hay muchas batallas de gallos y gente que organiza conciertos y salas que los programan. Veo mucho movimiento, más que hace cinco años”, comenta el artista, que le dedica algún verso menos amable a la “ciudad de paletos”. “No me quiero meter con nadie, es algo que te surge de repente y que no lo puedes evitar. Creo que en el fondo, todos los que amamos nuestra ciudad también la odiamos un poco, y es una línea que me surgió en un momento concreto. Hay gente a la que no le gusta que saques la cabeza. Y si empiezas a destacar y tienes un poco de suerte, enseguida te acusan de no ser real. Y con esas cosas hay que vivir”.