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Clases de electrónica con Jean Michel Jarre

El músico francés publica «Electronica: The Time Machine», un disco en el que se alía con artistas que han protagonizado la escena durante las últimas cuatro décadas y que contiene algunas colaboraciones sorpresa
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Empezó en esto hace más de cuatro décadas y por eso reconoce que algunos artistas le consideran «el hermano mayor de la música electrónica». Jean Michel Jarre (Lyon, 1948) recuerda cuando su forma predilecta de crear música era propia de «una gente un poco loca jugando con unos cacharros divertidos», y mira hacia el presente, cuando la electrónica es el «género dominante en el mundo». En parte por hacer balance y en parte por rendir homenaje a una forma de crear en la que lo importante son los sonidos sin traslación al pentagrama, Jarre se ha embarcado en un jugoso proyecto de colaboraciones que se publica el próximo viernes en España: «Electronica 1: The Time Machine» incluye temas con estrellas del género como Moby, Massive Attack, Vince Clarcke, M83, Air, Tangerine Dream y John Carpenter, entre otros. El músico francés pasó por España para charlar sobre el trabajo, que, según dice, «no nace con la voluntad de hacer relato, ni de pedagogía, sino de asociarme con músicos que tienen un enfoque orgánico del sonido que les importa la melodía. Y, además, poseen un estilo reconocible en 30 segundos», sostiene.
- Oficio de músico
El proyecto, aclara el músico francés, no es como el resto de colaboraciones, que «son puro marketing». «Me trasladé a los estudios de los artistas que colaboraron conmigo y trabajamos juntos las canciones. El oficio del músico electrónico es muy solitario. Te sientes como un pintor en su ‘‘atelier’’, poniendo a prueba tu habilidad ante el lienzo, pero muy muy solo. Así que, cuando dejas a alguien entrar en el estudio, estás desnudando tus trucos, recetas, rituales y debilidades», dice Jarre, que enviaba previamente una pista de audio «que yo componía pensando en el estilo de cada músico con el que iba a colaborar. Y lo divertido es que ellos la completaban pensando en qué me gustaría a mí». No todos son nombres previsibles. Además, de los anteriores, están Armin Van Buuren, Fuck Buttons y Boys Noise, pero también el pianista chino Lang Lang o Pete Townshend. «Éste estaba el primero de mi lista de deseos, porque The Who introdujeron el sintetizador en el rock británico («Baba O’Riley») y crearon la ópera pop («Tommy»), que supuso ampliar las fronteras del rock», señala. Sin embargo, algunos de los nombres más populares de la electrónica son franceses, como Daft Punk, Justice o David Guetta. ¿Hay una tradición especial? «Sí, porque pioneros como Pierre Henry o Pierre Schaeffer marcaron la diferencia al decir que la diferencia entre el ruido y la música solo la pone el creador. Revolucionaron las técnicas, crearon los ‘‘loop’’, definieron la figura del DJ. Pero su enfoque no era robótico, como algunos de los lectores pueden pensar. Su estilo era impresionista y estaba apegado a la melodía, a una manera de cocinar las frecuencias como si estuvieras haciendo una paella. Algo sensitivo, físico. El trabajo de un DJ es hacer vibrar el aire y eso no es cosa de robots. Si lo logras, puedes provocar euforia o emoción, puedes empujar al deseo sexual. Eso es lo que cuenta», señala el artista. Una idea que no está efrentada a la creciente comercialidad de la escena: «No. Lo importante sigue siendo provocar experiencias colectivas. A partir de ahí, cada uno tiene sus gustos».

Y en el volumen 2...

«Resulta extraño hablar de este disco mientras ya estoy grabando el segundo», revela Jarre. En él, se mantiene el enfoque. Músicos con personalidad diversa pero marcada: «Estarán Jeff Mills, David Lynch, Gary Numan... y sorpresas». ¿No lo ha intentado con Daft Punk? «Me encantan, pero cuando empecé a trabajar en este disco, acababan de publicar el suyo, que era como un rechazo a la electrónica y una vuelta a la música disco, así que pensé que no iban a encajar».

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