Laura Gallego: «Hay que salir del armario de forma coplera»
La artista gaditana, ganadora del programa «Se llama copla», presenta «Vintage», su segundo disco, compuesto y producido por Paco Cepero
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La artista gaditana, ganadora del programa «Se llama copla», presenta «Vintage», su segundo disco, compuesto y producido por Paco Cepero
Llegó a la copla casi de casualidad al apuntarla su madre al concurso «Se llama copla» de Canal Sur. Lo ganó y ese fue su lanzamiento profesional, «la puerta que me ha abierto al mundo», comenta. «Vintage», el disco que acaba de sacar, es su segundo trabajo. «“Castillos de sal” lo limité sólo a Andalucía y se quedó un poco pequeño. Ahora estoy más decidida y segura y quiero más». Producido y compuesto por Paco Cepero, su estreno oficial será en febrero en el teatro de la Maestranza de Sevilla y, a continuación, el tour «Vintage» saldrá de gira por toda España.
–¿«Vintage» es un regreso al pasado?
–Se refiere a la forma de hacerlo, sin tanto mecanismo ni retoque, como antes. Es un regreso a los artistas del pasado que podían con todo, baladas, boleros, pasodoble... Las llamaban folclóricas, pero abarcaban distintos tipos de música. En eso se parece a los de antaño.
–¿Que ha supuesto Paco Cepero?
–Es el alma máter del disco, yo sólo le he prestado mi voz. Todas las canciones son inéditas suyas. Es un artista de prestigio internacional. Que me dijera que había pensado en mí fue como una mañana de Reyes, un regalo en mi vida.
–¿Es copla tradicional o un concepto más actual?
–Hay tradicional y moderna. Tiene una parte innovadora, de cantaora de 25 años en el siglo XXI, un pasodoble puro, coplas aboleradas... Un poco de todo, para todos los gustos.
–¿Cree que los jóvenes están por la copla?
–Creo que sí, pero lo tienen como tabú: «No voy a decirlo que eso le gusta a mi abuela» suena a antiguo. Por eso quiero reinventarme diciendo que me encanta la copla y no tengo tapujos en proclamarlo. Muchos tienen una idea equivocada o un gran desconocimiento. Hay que salir del armario de forma coplera. Decir: «Oye, soy joven, me gusta la copla y no pasa nada».
–¿De dónde le viene la afición?
–En mi casa no canta absolutamente nadie. Ni en Navidad los villancicos. Fui yo sola quien me di cuenta de que me gustaba el flamenco. Escuché a la Paquera y quedé enamorada. Mientras mis amigos oían pop, a mí me daba apuro decir que me gustaba el flamenco.
–Y comenzó a frecuentar peñas flamencas.
–Mi madre me lo inculcó. En Andalucía hay muchas donde escuchar flamenco de verdad. Allí coincidíamos niños y entre nosotros nos animábamos y cantábamos todos sin la menor intención de dedicarnos a esto profesionalmente.
–La copla vino de casualidad.
–A los 16 años me apuntaron sin saberlo al «casting» de «Se llama copla». Me lo recomendaban, pero yo no quería, me daba corte. Además, no estaba de acuerdo con los concursos. No me gustaba eso de estar pidiendo el voto, me parecía ridículo y apagaba el televisor. Al año siguiente estaba yo allí.
–¿Cómo fue esa experiencia?
–Increíble, me cambió la vida. Con esa edad fue algo muy especial. De estar en el colegio con mis amigas a verme en Sevilla, en un concurso récord de audiencia, salía a la calle y no podía ni ir a comprar. En mi pueblo ha sido el acontecimiento más importante ocurrido. Cuando llegué estaban todos esperándome.
–De no haber ganado, ¿qué sería de usted?
–Pues hubiera estudiado Derecho o Periodismo. Nada que tuviese que ver con la música.
–¿Qué valoró el jurado?
–La voz era lo importante, pero fue algo más porque no la tenía educada. Decían que era un diamante en bruto, sin pulir, y aún no he terminado. Soy muy salvaje e incluso me gusta esa naturalidad y esa parte auténtica de la voz. Vieron que era muy inocente, que todo me hacía ilusión. Para mí era como un juego, no una competición.
–¿Es más flamenca o más coplera?
–Soy «flamencólica», una mezcla entre folclórica, coplera y flamenca, porque me enamoré del flamenco, que era el amor de mi vida, luego vino la copla y ahora ya es como preguntarme si quieres más a papá o a mamá. Una duda que no tiene respuesta.
–¿Se atrevería con un disco de flamenco?
–Con el que escucho creo que podría, pero nunca me atrevería. Hay artistas muy grandes en él, así que yo me quedo en lo mío que ya bastante tengo.
– ¿Cuáles son sus referencias?
–Mi favorita es Lola Flores. Me gustaría que algún día pensaran de mí lo que yo pienso de ella. Marifé de Triana, Juanita Reina, la Paquera, Caracol... Artistas que no pasan, como Miguel de Molina, un innovador en todo, en vestuario, en personalidad. Me gusta más cómo vestía él que las mujeres con la bata de cola.
–Usted no es mucho de bata de cola.
–No, yo con este «Vintage» estoy enterrándola. Soy joven y no tengo necesidad de llevar una de diez kilos, ni un rabillo hasta la coronilla. Puedo interpretar canciones antiguas con ropa actual. En Murcia lo hice vestida de hombre, con esmoquin. Al entrar quedaron un poco sorprendidos, pero al primer minuto todo era normal. Para cantar no hay que disfrazarse, la gente viene a escucharme, no a ver volantes.
–La Andalucía coplera la tiene ganada, pero, ¿y el resto de España?
–Allí la copla es otro mundo, fuera se vive distinto. Yo defiendo la canción española. En mi disco hay baladas, rancheras, boleros, y creo que a un gallego eso puede gustarle. A mí me da igual copla que fandango, que bolero, que chotis, eso es lo importante.
El LECTOR
«Soy lectora de prensa digital. Tengo aplicaciones de distintos diarios y por las mañana al levantarme los miro. Consulto varios quioscos, que te dan todos los periódicos que quieras, cada uno te ofrece una versión y eso creo que es bueno porque ayuda a hacerte una idea propia. Yo lo visito todo en general. Como hay alertas que te avisan cuando van surgiendo las noticias, lo mismo leo política que deporte... Pero, evidentemente, la cultura me llama más la atención. Hay que estar informado de todo. LA RAZÓN me gusta mucho porque habla muy claro, tiene una idea muy concreta que imprime en todo lo que piensa».