Los Secretos,algo prestado, que no regalado
Tras arduas gestiones para lograr los permisos, editan un disco de versiones de Graham Parker, Peter Gabriel o Ron Sexsmith
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«Mucha gente piensa todavía que las canciones de Sinatra, Rocío Jurado o Julio Iglesias son suyas, pero, no lo son, claro. Están escritas por personas con otros nombres y apellidos y a ellos está dedicado el concepto de este disco», explica Álvaro Urquijo, componente de Los Secretos, sobre el último proyecto del grupo, «Algo prestado», un disco de versiones que ha sido resultado de una infinidad de gestiones legales. «Queríamos contar de dónde venimos a través de las canciones que nos han marcado. Pero no pensábamos que iba a ser tan difícil. Llevo 35 años en esto y no me lo podía imaginar. Para hacer una versión, tienes que traducir la letra, maquetar el tema y enviárselo al propietario de sus derechos editoriales. Pero claro, primero tienes que encontrarle... para que te diga que no», añade Urquijo, que asegura que «manosearon unas 200 canciones» antes de quedarse con las 12 finales.
Sin permisos
«Algunas las descartamos porque con los Beatles, los Eagles o Crosby, Stills, Nash & Young tienes un ‘‘no’’ inamovible. Otros, porque, aunque nos lo permitieran, traducir con sentido canciones de Dylan es dificilísimo, o porque el tono en el que canta Tom Petty es demasiado alto para mí y si lo bajas, los temas quedan feuchos. Otras veces, las letras en inglés suenan bien, pero luego te das cuenta de que son un estribillo sin significado», comenta. Sin embargo, cuando estaban a la mitad de la grabación del disco, Los Secretos no tenían permiso para utilizar ninguna de las canciones que habían elegido. «Tuve que hacer casi de abogado, escribir yo a los administradores, porque entre las compañías a veces se llevan regular. Y presentarme, decir quiénes éramos y que iba a ser un trabajo respetuoso... El problema es que los americanos piensan que el inglés es un idioma tan universal que no hace falta traducir las canciones. Te piden la letra en castellano y la traducción literal y te presentan infinidad de pegas. Yo tenía que explicarles que no hablo inglés y que, si las iba a interpretar, tenía que entender para sentir lo que canto –señala–. Ha sido un proceso larguísimo». En los 80, las cosas no eran así. «Una vez nos llegó una liquidación de derechos de autor de Brasil, una buena cantidad. Habían tomado la melodía de ‘‘Quiero beber hasta perder el control’’ pero le cambiaron la letra completamente. Jamás nos pidieron permiso, pero si nos pagaron, pues encantados. Claro, imagino que para evitar esas cosas, cambiaron la legislación. Pero si alguien viene a pedirme permiso para adaptar una canción nuestra, ¡nosostros encantados!».
Los Secretos rinden homenaje a un verdadero genio desconocido de la canción, Ron Sexsmith. «Es el Paul McCartney del comienzo de siglo, así de claro lo pienso. Y además es una persona increíble. Fuimos a verle con no más de 200 personas en Madrid y nos quedamos a felicitarle. Fuimos a tomar una copa a un sitio, y en el bar había un piano. Pidió permiso y se puso a tocar clásicos de Sinatra». Bueno, ahora ya se sabe: Santa Rita Rita, lo que se da no se quita.