«Los sintetizadores tienen su alma»
Mazoni publica “7 songs for an endless night”, un trabajo discotequero en el que vuelve a cantar en inglés
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Mazoni publica “7 songs for an endless night”, un trabajo discotequero en el que vuelve a cantar en inglés
Hace 12 años que Jaume Pla (la Bisbal d'Empordà, 1977) editó su primer disco bajo su nombre artístico de Mazoni. Fue “7 songs for a sleepless night” (Bankrobber), un trabajo electrónico cantado en inglés al que siguieron nada menos que ocho álbumes cantados en catalán que le han hecho bien conocido en su tierra. Sin embargo, algo en su subconsciente le pedía volver a cantar en inglés y a hacer un disco rabioso. Este año ha publicado el envés (o puede que el haz) de aquel trabajo, “7 songs for an endless night” (Bankrobber, 2016), un álbum concebido para salir de fiesta y que presenta en Madrid el próximo 23 de noviembre
-Hay una diferencia de tono notable entre ambos trabajos.
-Sí, creo que ha marcado mucho la mezcla que hicieron los productores en Londres. Brendan Lynch ha producido a Primal Scream y a Paul Weller, y creo que se nota mucho en el sonido, la rabia y la energía. Pero es cierto que yo buscaba eso, en contraste con el de “7 songs for a sleepless night”, que era muy tranquilo, concebí éste para una noche desbocada de juerga y descontrol.
-Es decir, que fue premeditado.
-Desde luego. Incluso hice un pequeño ejercicio antes, porque sabía el resultado, pero para hacer un disco un poco “rocanrol” me pasé un par de meses escuchando muchos temas con Spotify, como cuando te pones la radio centrada en estilos. Iba haciendo mis listas basadas como siete categorías, primero, e iba poniendo las canciones en clasificaciones. Después recogía similitudes dentro de las canciones de la misma lista, sacando conclusiones.
-¿Como una guía?
-Claro. A veces era por “tempo”, y otras por instrumentación o por estructura. Luego me guié un poco con eso para empezar las canciones. Le puse un número a cada una y fui tirando de ese hilo. No se trataba de copiar canciones sino de tener una premisa para saber hacia donde ir. Me ponía un marco para empezar.
-Hizo una investigación...
-Sí, y fue bastante divertido. Tengo las listas todavía y cuando las miro, me quedo un poco sorprendido del trabajo. Estuve cerca de dos meses investigando, descomponiendo los temas que me gustaban. Por suerte me dedico a la música, no tengo otro trabajo, y me lo tomé como una forma de estudio. Porque un instrumentista tiene muy claro que debe seguir ensayando y probando para ser mejor. Aprendiendo, formándote. Pero claro, cuando eres compositor, el hecho es que aparte de la teoría necesitas escuchar canciones como formación. Saber la estructura, los acordes, los timbres. Así que mo lo tomé como clases.
-El disco es muy nocturno y urbano, ¿ha influido el hecho de dejar el Ampurdán para vivir en Barcelona?
-Pues no lo sé, son cosas que se ven desde fuera. Seguro que un amigo mío te lo diría mejor, pero es verdad que el disco suena a ciudad y algo tiene ha tenido que ver eso, seguro.
-El sustrato electrónico no es nuevo, pero el tono sí.
-En los discos en catalán ha ido “in crescendo” la influencia electrónica, hasta ser predominante en este. Pero todo empezó por curiosidad con los sintetizadores, de ir flirteando y coqueteando.
-¿Hay que conocer una máquina como se conoce a una guitarra?
-Exacto. Todos los sintetizadores comparten algo porque hay unos osciladores y filtros que pueden ser comunes, pero existe una versatilidad que no tienes con las guitarras. Me tomé muy en serio saber cómo funcionaba el “sinte”. Se puede trabajar con los presets de fábrica pero también crear los tuyos. Aunque los que viene están muy bien pensados, los hacen incluso músicos famosos. Pero me intereaba conocer el aparato desde dentro, las conexiones y saber cómo pasaban los sonidos de un lado a otro aunque fuera a tientas.