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Primavera Sound, crudeza e intimidad

La oscuridad reina en la segunda jornada del festival, con Sleaford Mods y Run The Jewels de triunfadores
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La oscuridad reina en la segunda jornada del festival, con Sleaford Mods y Run The Jewels de triunfadores
La segunda jornada del Primavera Sound cambió de cara. A cara de perro como la de Sleaford Mods o Run The Jewels, crudas versiones de hip hop contemporáneo que destacaron entre el resto de actuaciones del día. Un sentimiento de incomodidad que fue paliado a ratos por el pop electrónico de The XX, gran atracción del día.
Belako tampoco son una perita en dulce. Los donostiarras rebosan juventud y talento y se comportan en el escenario como un cuchillo de doble hoja. Aún con el sol bien alto, y con Fermín Muguruza entre el público, el cuarteto no fue los única representación vasca: los conciertos de Berri Txarrak y Kepa Junkera junto a los Hermanos Cubero dieron muestra de la diversidad y la fuerza musical de una escena potente.
Sleaford Mods se sobrepusieron a diez minutos de apagón sonoro y eso que Jason Williamson seguía declamando su mezcla de punk y de rap pensando que se le escuchaba. A su lado, bebiendo cerveza de una lata, cuando la corriente había vuelto, Andrew Fearn solo sonreía, quieto en el escenario con la única misión de pulsar un botón en el portátil para dar paso a los ritmos bastante austeros de "English Tapas". Rabia y mordiente no les faltó: enormes.
Mientras Run The Jewels devoraban el escenario con las consignas anti-Trump, también se enfrentaron a un fallo de sonido. Pitido y apagón. Por suerte, el público, de abrumadora mayoría anglosajona, no se enfadó y se entretuvo con lo que tenía a mano: lanzar la bebida al cielo y duchando al personal. Mucho más tranquilo fue lo del trío británico The XX, que arrullaron a las masas con sus canciones sedosas a las que les faltó potencia de sonido. Sin embargo, se sobrepusieron a la presión de ser el gran reclamo de la noche tras la baja un tanto sospechosa de Frank Ocean. Su apuesta por la intimidad no terminó de cuajar en la inmensa explanada del Fòrum.
Hubo también detalles suculentos, como los veteranos Descendents y su punk rock de pedrigí, así como la programación del Heineken Hidden Stage, frente a cuyo acceso se formó una larguísima cola para ver a Radio Dept. La programación de este rincón "de culto", con nombres como Thurston Moore, Surfin Bichos y Jarvis Cocker se ha convertido en todo un acierto y los pases de entrada en un bien muy preciado.
Y es que en el Primavera Sound, con sus enormes dimensiones, sus múltiples escenarios y una programación extenuante el reto es ganar la atención. En este festival, donde el minuto está disputadísimo, igual que el metro cuadrado, las marcas pugnan por hacerse ver. Algunos escenarios hasta tienen dos patrocinadores. Pero es que, sin algunas de ellas, nada de lo que pasa durante estos días emocionantes sería posible. Así sucede con Heineken, que impulsa el festival y se ha involucrado en la música desde hace 20 años con el propósito de acercarla a todos los públicos. La marca lanza la campaña "Necesitas un festival"para hacer que tanto los aficionados a la música como los que no se atrevan con la experiencia de un evento en el que lo más importante es el tiempo y el espacio. Y no, no son relativos, sino dos medidas que se presentan infranqueables.
La segunda jornada, por ejemplo, hacía incompatibles a Swans (uno de los pocos grupos que puede actuar dos horas en vez de la hora escasa reglamentaria) con Arab Strap y a Jaime XX con Flying Lotus. No hay tiempo para sentarse ni para comer. Y a veces hay tiempo pero no hay lugar donde hacerlo. Lo dicho: una cuestión de espacio y de tiempo. El que ha estado en un festival, lo sabe.