Steve Diggle: «Ahora sólo interesa la música inofensiva»
Los compañeros de generación de The Clash presentan en España «The Way», su último trabajo.
Se dice pronto, pero Buzzcocks llevan 40 años defendiendo su punk-rock aguerrido con un enorme talento para las melodías pop. La banda de Manchester es una de las que mejor forma conservan de la cosecha del punk clásico de 1976, el de la quinta de Sex Pistols, The Clash y The Damned, entre otros. Supervivientes natos, el cuarteto mancuniano visita España este mes de marzo para presentar las canciones de su nuevo disco, «The Way», y repasar sus hits de siempre. Estas son las fechas: 24 Barcelona (Apolo), 26 Madrid (But), 27 Santander (Escenario Santander) y 28 San Sebastián (Intxaurrondo). Al habla Steve Diggle, cantante, guitarrista y unas de las cabezas pensantes de la banda.
–El punk-rock siempre ha sido una música combativa, a veces contra el sistema, pero con los años esa actitud se ha ido diluyendo. ¿Cuál debería ser el papel de los grupos en 2015?
–¿Sabe?, las bandas de punk rock no tienen las soluciones a los problemas políticos actuales, pero la música que hacemos es sobre la condición humana. Al menos te abre los ojos y despierta tu mente. Te permite ver a través de las cosas, no te da respuestas concretas, te ayuda a hacerte una idea de quién eres, te aporta algo en la vida, pero no puede solucionar los problemas del mundo. Con el punk- rock eliges ir rápido y una actitud, y eso ya habla por sí mismo de una manera abstracta. Nuestra música no es para dormir, es para levantar a la gente. Se trata de sentirse vivo.
–Llevan cuarenta años escribiendo canciones y dando conciertos, también mantienen una independencia rara de ver en los tiempos actuales. ¿Cómo ha cambiado el negocio de la música desde que empezaron?
–Sí, vamos a nuestro aire. El negocio está dominado por empresarios, las grandes compañías de discos sólo quieren hacer dinero, lo demás no les importa. Ni siquiera quién eres. No les interesa tener bandas de punk- rock, les resulta problemático, quieren grupos sin significado, inofensivos. Nosotros llevamos años en la carretera y la gente nos conoce, pero las nuevas bandas lo tienen ahora más difícil que nunca. Se necesita dinero para sobrevivir. De todas formas, creo que una nueva revolución está por llegar, la gente está cansada de los «talent shows» británicos, está frustrada y quiere que vuelvan las bandas de verdad. Esos programas no son sobre música, sino de cómo obtener fama de forma rápida.
–¿Cuál sería su consejo para una banda joven de punk?
–Tienes que creer en lo que haces, saber la razón de por qué lo haces. Salir ahí fuera y crear algo de magia, excitante. Hay ser consciente de tus actos y tener credibilidad. No pensar: si hago tal cosa seré famoso, como esos «talent shows». Eso no es música. La música puede cambiarte la vida y llevarte a sitios donde nunca has estado.
–¿Qué bandas le cambiaron a usted la vida?
–Crecí en los sesenta. The Who, The Rolling Stones, The Velvet Underground, The Kinks... bandas que hacían ruido. Cuando escuchas determinados discos en diferentes momentos de tu vida es como leer las páginas de un libro u observar un cuadro. Es inspirador. Se trata de cambiar algo en tu alma y tu corazón y luego intentar cambiar el mundo.
–En sus conciertos pasa una cosa sorprendente, no se produce una brecha generacional y se puede ver gente muy joven. Han superado el paso del tiempo y no sólo son una referencia para cincuentones. ¿Cómo han logrado conseguir eso?
–Cierto, creo que se debe a que algunas de nuestras canciones siguen vivas a pesar de haber sido compuestas hace mucho tiempo, y son capaces de conectar con un público más joven. En todos nuestros shows siempre hay mucha gente joven, les gusta la energía que desplegamos en el escenario. Tenemos una electricidad especial. Cantamos sobre cosas reales con las que la gente se puede identificar. No engañamos a nadie, somos honestos. Al final lo que importa es escribir buenas canciones.
–¿Qué buscaban en su último disco?
–Es un álbum que crece a cada escucha dentro de ti. Tiene luz y oscuridad, pasajes duros y otros más pop. Un disco te lleva por una especie de viaje, y «The Way» lo hace.
–Una famosa cantante española, Edurne, ha declarado recientemente, con mucho revuelo, que Manchester en una ciudad fea. Ustedes son una de las bandas mancunianas más ilustres. ¿Están de acuerdo?
–(Risas) Lo es, tiene razón, es una ciudad fea, industrial, no es muy glamurosa. De ahí que salga tantas bandas, para escapar del aburrimiento. Pero tiene un espíritu fuerte.