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Pablo Victoria: «La leyenda negra es una mentira monumental»

Publica «El tercer conquistador», donde narra la toma del actual territorio de Colombia y las hazañas de un héroe español casi desconocido

Pablo Victoria
Pablo Victorialarazon

Publica «El tercer conquistador», donde narra la toma del actual territorio de Colombia y las hazañas de un héroe español casi desconocido.

Para Pablo Victoria, colombiano que alterna su residencia entre Colombia y España, la conquista de la Nueva Granada –actual Colombia–, es uno de los mayores hitos que ha sucedido en la historia de las conquistas y, en especial, la hazaña de Gonzalo Jiménez de Quesada, «una epopeya difícilmente superada». Acaba de publicar «El tercer conquistador: Gonzalo Jiménez de Quesada y la conquista del Nuevo Reyno de Granada» (ACTAS), donde narra estos acontecimientos «incomprensiblemente poco conocidos» y la vida del conquistador, cuya figura ha quedado relegada a la sombra.

–¿Se conoce en España a Gonzalo Jiménez de Quesada?

–Muy poco, la verdad. Los protagonistas que casi han monopolizado las conquistas son Cortés y Pizarro. Jiménez de Quesada es uno de los grandes desconocidos, junto a Blas de Lezo, al que tengo el honor de haber publicado «El día que España derrotó a Inglaterra», que, precisamente, contribuyó a dar a conocer su figura.

–¿Por qué lo llama el tercer conquistador?

–Porque sus hazañas están a la altura de Pizarro y Cortés. Pretendo que se logre lo mismo que con De Lezo, que se reconozca como el tercer conquistador más importante que dio España, no por estar en tercer lugar, sino por ser «primus inter pares». Fue letrado y guerrero, quizá el único que conquistó una porción de América. Él dio las primeras leyes, ordenanzas y disposiciones en la organización del territorio.

–¿Cuál fue su gran hazaña?

–Penetrar en el territorio de la Nueva Granada. Desde Santa Marta a Santa Fe, atravesó marismas, pantanos, ríos impresionantes, durmiendo en los árboles por temor a caimanes y alimañas, 1.200 kilómetros aterradores, en los que fueron picados por mosquitos y atravesados por flechas envenenadas de aborígenes antropófagos. Liberó a muchos pueblos de la opresión y los tributos de sangre que debían a tribus más avanzadas con solamente un puñado de hombres, por eso lo llamo el primer libertador del Nuevo Reino de Granada.

–Lo tilda de epopeya

–Salió con 1.200 hombres y llegó a Santa Fe con poco más de cien para fundar una ciudad en Bogotá. Su papel fue doble, conquistó y civilizó, y les dio una lengua.

–Hace una narración cronológica, pero basada en las crónicas.

–Sí, los españoles tenían una costumbre muy arraigada, siempre iban acompañados en sus exploraciones de un cura, un escribano y un notario que daba fe de lo que iba viendo, de tal manera, que existen multitud de relatos y crónicas de la conquista.

–¿Qué lo llevó a América?

–Un amor frustrado. El pobre tenía que competir con los ricos indianos que volvían de América y las familias de menos alcurnia querían casar a sus hijas con ellos. Esto le pasó a él, que casaron a su novia y lo dejaron, como decimos en Colombia, «viendo para un chispero».

–Usted ha manifestado ya su desacuerdo con la Leyenda Negra española.

–Es sumamente injusta. España dio la redondez al mundo y no cometió ni un 10 por ciento de lo que hicieron los franceses, los ingleses y los holandeses. Los ingleses eran muy racistas, pagaban por cortar cabelleras de indios, costumbre introducida en Estados Unidos por los franceses que en sus «Code Noir» no permitían la extremaunción a la población negroa, ni siquiera casarse. Los ingleses torturaban, raspaban las espaldas con garfios y echaban sal en las herudas. Hasta cortaban la punta de la nariz. Esas prácticas nunca las realizaron los españoles. Cuando conquistan Jamaica encuentran las leyes españolas, que respetan por ser benignas con los negros. La Leyenda negra es una mentira monumental inventada por ingleses y holandeses para desacreditar y dividir el imperio español.

–¿Cómo fueron aquellas leyes españolas?

–Siempre a favor de los indios, como las de Burgos; no ha habido otras así en la historia de las conquistas. Ningún rey español hizo jamás lo que Enrique VIII. La Leyenda negra es una de las falsedades más grandes de la historia y los españoles se han sentido algo acomplejados por culpas que nunca tuvieron. En su mismo testamento, Isabel ordena que los indios sean bien tratados y respetados sus bienes.

–También explica que se encontraron con algunas prácticas abominables.

–Que los escandalizaron, sacrificio de niños, antropofagia, crueldad de los caciques y un sistema esclavista de tribus sometidas a otras. Cortaban el cuello a niñas recién nacidas para echar su sangre en los cimientos de ciertas casas para dar suerte. Una tribu suministraba niños a los caciques al ser entronizados, les abrían el pecho cuando todavía estaban vivos y si el corazón palpitaba era que iba a tener suerte en su reinado y en la guerra y si no, mal augurio. Jiménez de Quesada prohibió esto totalmente.

–¿Cree que fue quien inspiró a Miguel de Cervantes, que lo tomó como modelo para la construcción de Don Quijote?

–Hay varias coincidencias. Cervantes estaba casado con Catalina de Salazar, pariente de Jiménez de Quesada. Don Quijote, antes de morir testa a favor de una sobrina y pone de albacea a un cura y a un letrado, lo mismo que él. Tenía varios nombres, Quijada, Quesada, Quijano, Quijote, esta coincidencia también hace sugerente la posibilidad. Cervantes pide al rey permiso para emigrar al reino de Nueva Granada, pero se lo negó. Por último, las coincidencias físicas, pues éste era también flaco, desgarbado, de barba enjuta... Es posible que por la sobrina conociese su vida y hazañas y esto le inspirara su Quijote. Mantengo la sospecha de que pudo ser su modelo, pero no la certeza.