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Cine

Santa Cabrini, hermana de los pobres y empresaria pionera: "creó un imperio igual de grande que cualquier Rockefeller"

El cineasta Alejandro Monteverdi rescata en "Una mujer italiana" la vida de esta figura imparable

Un fotograma de "Una mujer italiana"
Un fotograma de "Una mujer italiana"Imdb

En una escena particularmente hermosa, detenidamente poética de "La Misión", vemos a Rodrigo, ese monje soldado redentor a quien da vida un magnífico Robert De Niro, integrado por completo en la cotidianidad natural de los niños guaraníes, emitir una dilatada reflexión en voz alta mientras acompaña sus propósitos con sencillas acciones tales como disfrutar de la lectura en una hamaca, pelear con armas de juguete para que los críos se rían y entretengan, descubrir el nombre las plantas, estar en paz, deshacerse de la culpa, respirar. "La caridad es sufrida, es benigna. La caridad no tiene celos, la caridad no se pavonea, no se infla. Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño, razonaba como niño. Cuando me he hecho hombre, me he despojado de las niñerías. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, las tres. Mas la mayor de ellas es la caridad", pronuncia.

Y por un momento, aunque esta forma de entender la caridad contravenga la mirada de Galeano, quien siempre defendió la idea de que la caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba mientras que la solidaridad es horizontal y lleva implícita un respeto mutuo, casi resulta fácil olvidarse del contexto religioso propio de la misión jesuita a la que pertenece el personaje de De Niro. Aquí lo de menos es la religión que profesa cada cual, lo esencial son las personas y la capacidad para cuidar de ellas. La necesidad de protegernos, de compadecernos, de facilitarnos, dentro de las angostas limitaciones de lo posible, la existencia.

El imperio de una mujer

Eso es precisamente lo que practicó la joven hermana Francesca Cabrini, la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada por el Papa Pío XII, ejemplo de emprendimiento y de poder femenino dentro de los cerrados estamentos de la Iglesia en el XIX que ahora inspira el cuarto largometraje de Alejandro Monteverde, "Una mujer italiana". "Confieso que al principio no tenía ni idea de esta historia. Me presentaron la figura de Cabrini como la de ‘‘la santa olvidada’’ y mi primer instinto fue rechazar el proyecto. No quería hacer una película sobre una monja, pero el productor me insistió en que lo rechazara después de leer el guion. Sabias palabras desde luego, porque cuando lo hice, en la página 10 hubo una línea que me agarró fuerte en la que se podía leer: ‘‘Puedes servir a tus vicios, tus debilidades o puedes servirle a tu propósito’’. Me tocó en lo personal y pensé que eso lo decía una mujer que habla con fuerza y sabiduría", reconoce en entrevista con LA RAZÓN el cineasta mexicano y también autor de la sonada y polémica "Sound of Freedom".

Un fotograma de "Una mujer italiana"
Un fotograma de "Una mujer italiana"Imdb

Y completa: "Cuando seguí leyendo me di cuenta de que no estaba simplemente descubriendo la historia de una mujer con mucha convicción, sino la vida de una auténtica guerrera que peleaba por el bienestar de los demás, una mujer que creó un imperio igual de grande que cualquier Rockefeller. Con la diferencia de que su imperio no era para ella, sino para aquellos que fueron olvidados por la sociedad, una inmigrante que llegó sin nada y logró todo en un país con un racismo muy presente".

"Cabrini fue la primera mujer dentro de la Iglesia que lideró una misión fuera de Europa sin ayuda de los hombres"

Alejandro Monteverde

Por suerte, los tiempos, tal y como admite el realizador, parecen haber cambiado. "Cabrini fue la primera mujer dentro de la Iglesia que lideró una misión fuera de Europa sin ayuda de los hombres. Ella fue un parteaguas, su vida de hecho inspiró a la Madre Teresa pero la situación de la mujer en los diferentes puestos de poder en general, ya no solo en lo eclesiástico, ha evolucionado mucho. Ahorita por ejemplo en mi propio país las dos candidatas que hay para la presidencia son mujeres. ¡En México!, que en su día fue categorizado como el más machista del mundo. Ha habido un enorme progreso y Francesca Cabrini yo creo que forma parte de ese porcentaje de mujeres que hicieron posible el cambio", remata.